Le doy la razón a Hugo Chávez


El Imparcial:- Álvaro Ballesteros

“A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”. Totalmente de acuerdo. Las cosas claras y las cartas sobre la mesa. La política exterior española expuesta, con luz y taquígrafos y de cara al auditorio, no como hasta ahora.

Dice el dictador venezolano Hugo Chávez que “él no tiene que darle ningunas explicaciones a Zapatero” sobre las afirmaciones de un juez español que lo vincula a él y a su administración con el apoyo a la banda terrorista ETA. Y yo me permito responderle al Presidente de la república bolivariana de Venezuela que tiene toda la santa razón. Él no tiene que darle ningunas explicaciones a Zapatero. El que tiene que dar explicaciones es el mismísimo Zapatero: explicaciones al parlamento de España, explicaciones a su propio partido político y sobre todo explicaciones al pueblo español. Sí, señoras y señores: explicaciones al hasta ahora adormecido pueblo español.

Debe nuestro Primer Ministro explicar a su ciudadanía por qué desde 2004 ha prestado un apoyo ciego e irresponsable al régimen violador de Derechos Humanos de Hugo Chávez en Venezuela. Debe explicar Zapatero por qué ha dañado tanto la imagen de la política exterior española para ponerla al servicio de la apisonadora chavista en América Latina. Debe explicar Zapatero por qué ha mantenido durante tanto tiempo una postura en política exterior que ha hecho que nuestro país pierda su posición de referencia en Sudamérica y que se dañen las relaciones históricas con muchos países americanos por el apoyo a un régimen impresentable como el de Chávez. Un Chávez que no es sino un militar golpista que usa todos los resortes del Estado para ahogar cualquier atisbo de resistencia popular a su agenda disparatada. Un militar golpista que ha apoyado claramente a las FARC y a ETA desde hace años. En esta coyuntura, se llega uno a preguntar si (en la mente de Zapatero) los militares golpistas y los dictadores son solo malos cuando son españoles. Si los violadores de Derechos Humanos son solo malos cuando se dicen de derechas y no de izquierdas. Si los derechos de la gente son solo defendibles cuando los que los violan pueden ser catalogados de “Yanquis”.

La España liderada por Zapatero desde 2004 ha traicionado todo su bagaje de relaciones históricas con América Latina, con EE.UU. y Canadá, y muy especialmente con los propios socios de la UE para intentar dar un reconocimiento “democrático” a regímenes que no lo son y que se jactan de no serlo, como el que lidera el polifacético Chávez.

Y repito: Hugo Chávez tiene razón cuando dice que él no tiene que darle ningunas explicaciones a Zapatero, faltaría más. Como no tiene que dárselas Mohamed VI cuando viola los derechos del pueblo saharaui y la integridad territorial española; como no tiene que dárselas Teodoro Obiang cuando pisotea las aspiraciones democráticas y los derechos de los ecuatoguineanos; como no tiene que dárselas Muammar el Gadafi, que mantiene su yugo dictatorial en Libia; ni tiene que dárselas Raúl Castro, el otro “servidor del pueblo” en la Cuba democrática de la Revolución institucionalizada y eterna.

El que tiene que dar explicaciones es Zapatero. El ridículo internacional al que ha sometido a nuestro país desde 2004 es solo comparable con su propia capacidad de visión selectiva: que solo percibe lo que a él le interesa, que solo oye lo que él quiere oír, que solo advierte lo que sirve a sus propios intereses.

El socialismo zapateriano se parece al soviético mucho más de lo que nos podíamos imaginar. El daño que está haciendo a su propio partido deberá ser estudiado con cautela en el futuro. El daño que está haciendo a nuestro entramado institucional nacional es digno de estudio también. El daño que ha hecho a nuestra política exterior es ya espeluznante. Hay observadores que hablan de que el propio Moratinos dejará Exteriores al final de la presidencia española de la UE para retirarse a la embajada española en el Vaticano. Tal vez pida allí perdón por sus pecados al haberse acercado tanto y al haber apoyado a regímenes violadores de los Derechos Humanos: especialmente el cubano y el venezolano. El retiro expiatorio de Zapatero, sin embargo, se ve mucho más difícil.

Nos va a llevar años el recomponer nuestra muy dañada acción exterior, en multitud de campos. Años, el recomponer alianzas y relaciones estratégicas. Años, el redirigir nuestras reclamaciones, agendas y programas. Años, el poder defender nuestros intereses y mirar al mundo sin vergüenza por una política exterior tan errática.



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