Europa pierde peso en la escena mundial


· ELPAÍS.com

Los europeos empiezan a encajar que a pesar de sus recientes esfuerzos por fortalecer su presencia en la escena internacional con el nuevo Tratado de Lisboa, el interés de Estados Unidos se desplaza cada vez más hacia los países emergentes. La suspensión de la cumbre EE UU-UE con la presencia del presidente de Estados Unidos, Barak Obama, prevista en mayo en Madrid, está ahondado la preocupación por la creciente pérdida de influencia de Europa como interlocutor principal de Obama.

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* Obama vuelve la espalda a Europa
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Aunque la negativa de Obama a viajar en primavera a Madrid hay que leerla sobre todo en clave interna por la necesidad de concentrarse en la política nacional tras su derrota en Massachusetts, existe la sospecha de que también Europa podría haber decepcionado al líder americano.

Obama había ofrecido al indicio de su mandato una propuesta de Gobierno mundial multilateral y probablemente Europa no ha sabido o podido colmar estas expectativas por falta de una política exterior clara con muchas divergencias internas, y la ausencia de una voz única que la represente. Europa sigue presentándose en el mundo con múltiples cabezas. José Manuel Durao Barroso, al frente de la Comisión Europea; Herman Van Rompuy, presidente permanente del Consejo Europeo; Catherine Ashton, Alta Representante, y José Luis Rodríguez Zapatero, que ocupa ahora la presidencia de turno de la UE. Obama ya dio a entender esta preocupación por la multiplicidad de dirigentes europeos en la cumbre de Praga de 2009, con una agenda aparentemente irrelevante.

Distanciamiento

Después, el distanciamiento se ha ido consolidando con gestos como su ausencia en Berlín en la conmemoración del 20º aniversario de la caída del Muro de Berlín y, sobre todo, por su actitud en las negociaciones sobre el clima en Copenhague en diciembre pasado. En este encuentro, el presidente de EE UU prefirió negociar directamente con China y con India, lo que sin duda significó un avance mundial sin precedentes. Europa seguía pensando en su liderazgo simplemente porque se había fijado objetivos más ambiciosos, pero se había olvidado de hablar a fondo previamente con China, India, Brasil, Rusia y determinados países de África.

La realidad es que en materia económica la verdadera angustia de Obama es la política financiera del Gobierno de Pekín, al que podría acusar de "manipulador monetario", como ha señalado Charles Grant, director del Centre for European Reform, (CER). En unos de sus trabajos recientes, el CER ha advertido de que "la Administración Obama se ha fijado como objetivo sellar una relación más estrecha con China, suscitando los temores de Europa de ver que este G-2 reduce más su influencia en el mundo".

A pesar de la inquietud innegable que ha supuesto la evasiva de Obama, los líderes europeos quitan relevancia al asunto. Barroso ha asegurado hoy que entre "EE UU y Europa hay una red muy densa de reuniones de trabajo y relaciones y contactos a todos los niveles incluidos el político". Barroso ha precisado: "Tomamos nota, que después de la enorme cantidad de viajes durante su primer año de mandato, incluyendo repetidos viajes a Europa y varias reuniones con líderes europeos, y con la UE como la reunión de Praga, el presidente Obama ahora necesita reducir un poco sus viajes al extranjero". El presidente de la Comisión ha agregado que trabajaría con EE UU para encontrar una nueva fecha para la cumbre. "En la medida de lo que sé", ha dicho, "el presidente Obama vendrá a Europa en noviembre a la cumbre de la OTAN en Portugal, a Lisboa, de hecho", insinuando que durante el mismo viaje se podría celebrar la cumbre con la UE.

Plantón

La Administración estadounidense quiso quitar hierro al plantón de Obama. "Yo no estaría aquí si no fuera por el hecho de que [en EE UU] se valora enormemente la relación con España y con la UE. El presidente Obama viajó a Europa más que probablemente cualquier otro presidente reciente para abordar los problemas internacionales. El compromiso es fuerte, se valora enormemente la relación con España y estoy convencido de que eso va a seguir hacia delante", ha declarado hoy en Madrid el subsecretario de Estado para Latinoamérica de EE UU, Arturo Valenzuela, informa José Manuel Calvo.

En materia de lucha antiterrorista también ha habido desencuentros importantes entre Europa y EE UU. El reciente acuerdo sobre transferencia de datos bancarios entre la UE y EE UU, conocido como Swift, podría bloquearse la semana próxima por iniciativa del Parlamento Europeo. La Administración estadounidense ya pudo haber olfateado este riesgo en los encuentros entre delegaciones de ambas partes y comprobado que en "Europa pesa más el principio de la libertad que el de la seguridad", como señalaba un destacado eurodiputado socialista.

Para EE UU la prioridad de acercamiento con Moscú también ha causado enfriamiento en las relaciones con algunos países del Este, que preferían acuerdos con George Bush a cambio de sus planes de protección antimisiles. En este sentido, Álvaro de Vasconcelos, director del Instituto de la Unión Europea para los Estudios de la Seguridad, ha señalado que "durante 50 ó 60 años, Europa ha sido la prioridad para EE UU". Pero recuerda que "hoy las relaciones euro-americanas son importantes, pero para la solución de los problemas mundiales, la alianza occidental es insuficiente y ya no es decisiva".

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