Probablemente haya ahora mucha gente en Grecia que empiece a pensar que el euro ha sido un mal invento. Los problemas económicos del país mediterráneo, creados no por la pertenencia al euro, sino por su propia coyuntura, han puesto a la economía helena al borde del colapso, con múltiples consecuencias: el coste de la deuda se ha disparado, no sólo en Grecia, sino también en el resto de países periféricos, entre los que se incluye España, las Bolsas se han visto penalizadas -de nuevo el Ibex ha estado entre los índices más castigados- y la cotización del euro ha caído a plomo, pasando de 1,432 dólares por unidad a los que comenzó el año a situarse ahora en el entorno de 1,362, con el horizonte técnico de 1,35 dólares muy próximo. No es un problema coyuntural, la situación va a continuar.
"La UE no se puede permitir una suspensión de pagos de Grecia, tendría un efecto contagio que no es deseado. Pero la gestión de la reducción de los déficit no va a ser sencilla. Hay que ser austeros y mandar un mensaje muy contundente ante la sociedad, que no es nada fácil", expone Marián Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco, que advierte: "El dólar seguirá siendo una moneda fuerte durante todo este año".
La resistencia social a los planes de austeridad y recorte de gasto no es de extrañar. "La gente no entiende porqué se ha gastado tanto dinero en rescatar al sistema bancario, tanto dinero que al final ha ido a pagar bonus, tanto dinero para ayudar a quienes han cometido errores muy graves, mientras el desempleo no mejora y sigue siendo alto", subraya Christophe Donay, estratega jefe del banco suizo Pictet. En dos años, la tasa de desempleo en la UE ha pasado de poco más del 7% al 10%, una cifra que en España es prácticamente del doble.
"Hay una serie de factores fundamentales en marcha en contra del euro. En el pasado, cuando un país tenía problemas, esto solía desembocar en una salida masiva de inversores en la moneda concreta y la presión se aliviaba devaluando dicha moneda. Eso ya no es posible en la eurozona. Las soluciones son ahora más difíciles de digerir, porque impactarán en todo el área", explica Stuart Frost, gestor de Threadneedle, que pronostica una caída hasta 1,2 dólares.
El euro ha cedido terreno contra casi todos sus socios comerciales. La moneda comunitaria ha perdido un 8,6% frente al yen; un 6,5% contra el peso mexicano; un 5,3% contra el dólar canadiense; un 3,9% frente al dólar australiano; un 2% contra la libra esterlina... La excepción es el real brasileño, que se deprecia un 1,3%; pero no por méritos europeos, sino porque la economía suramericana ha comenzado su propio proceso de enfriamiento, para mantener su competitividad exportadora; se espera que el PIB Brasil crezca entre 4% y 5%.
Esta debilidad del euro no es precisamente una mala noticia para la eurozona. El presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, ya habían manifestado públicamente su incomodidad por un tipo de cambio de 1,5 dólares. "El euro parecía sobrevalorado a medida que avanzaba la crisis y éramos muchos los que habíamos tomado posiciones cortas", explica Roddy MacPherson, director de inversiones en la gestora británica SWIP. "Un euro más débil puede suponer un respiro para la zona y atraer más turistas a países como Grecia, España y Portugal", añade. A comienzos de año, el consenso de mercado se inclinaba por un tipo de cambio a 12 meses vista entre 1,5 y 1,6 dólares, dado el permanente déficit público y por cuenta corriente de EE UU. Esas previsiones están empezando a cambiar y el ajuste añadirá presión al euro.
Apuesta masiva contra el euro
Las perspectivas de debilidad del euro están provocando una apuesta masiva de los inversores especuladores contra la moneda. Febrero ya comenzó con récord histórico en posiciones netas cortas frente al euro, según los datos divulgados por la Comisión de Futuros y Materias Primas de EE UU. Pues bien, esas posiciones netas se incrementaron esta semana un 30%, según la
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"La UE no se puede permitir una suspensión de pagos de Grecia, tendría un efecto contagio que no es deseado. Pero la gestión de la reducción de los déficit no va a ser sencilla. Hay que ser austeros y mandar un mensaje muy contundente ante la sociedad, que no es nada fácil", expone Marián Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco, que advierte: "El dólar seguirá siendo una moneda fuerte durante todo este año".
La resistencia social a los planes de austeridad y recorte de gasto no es de extrañar. "La gente no entiende porqué se ha gastado tanto dinero en rescatar al sistema bancario, tanto dinero que al final ha ido a pagar bonus, tanto dinero para ayudar a quienes han cometido errores muy graves, mientras el desempleo no mejora y sigue siendo alto", subraya Christophe Donay, estratega jefe del banco suizo Pictet. En dos años, la tasa de desempleo en la UE ha pasado de poco más del 7% al 10%, una cifra que en España es prácticamente del doble.
"Hay una serie de factores fundamentales en marcha en contra del euro. En el pasado, cuando un país tenía problemas, esto solía desembocar en una salida masiva de inversores en la moneda concreta y la presión se aliviaba devaluando dicha moneda. Eso ya no es posible en la eurozona. Las soluciones son ahora más difíciles de digerir, porque impactarán en todo el área", explica Stuart Frost, gestor de Threadneedle, que pronostica una caída hasta 1,2 dólares.
El euro ha cedido terreno contra casi todos sus socios comerciales. La moneda comunitaria ha perdido un 8,6% frente al yen; un 6,5% contra el peso mexicano; un 5,3% contra el dólar canadiense; un 3,9% frente al dólar australiano; un 2% contra la libra esterlina... La excepción es el real brasileño, que se deprecia un 1,3%; pero no por méritos europeos, sino porque la economía suramericana ha comenzado su propio proceso de enfriamiento, para mantener su competitividad exportadora; se espera que el PIB Brasil crezca entre 4% y 5%.
Esta debilidad del euro no es precisamente una mala noticia para la eurozona. El presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, ya habían manifestado públicamente su incomodidad por un tipo de cambio de 1,5 dólares. "El euro parecía sobrevalorado a medida que avanzaba la crisis y éramos muchos los que habíamos tomado posiciones cortas", explica Roddy MacPherson, director de inversiones en la gestora británica SWIP. "Un euro más débil puede suponer un respiro para la zona y atraer más turistas a países como Grecia, España y Portugal", añade. A comienzos de año, el consenso de mercado se inclinaba por un tipo de cambio a 12 meses vista entre 1,5 y 1,6 dólares, dado el permanente déficit público y por cuenta corriente de EE UU. Esas previsiones están empezando a cambiar y el ajuste añadirá presión al euro.
Apuesta masiva contra el euro
Las perspectivas de debilidad del euro están provocando una apuesta masiva de los inversores especuladores contra la moneda. Febrero ya comenzó con récord histórico en posiciones netas cortas frente al euro, según los datos divulgados por la Comisión de Futuros y Materias Primas de EE UU. Pues bien, esas posiciones netas se incrementaron esta semana un 30%, según la
con referencia a:
"El mercado afila las armas para castigar al euro"
- El mercado afila las armas para castigar al euro en Cincodias.com (ver en Google Sidewiki)
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