¿Hasta cuándo durará el efecto de los somníferos que los políticos dan a los ciudadanos?

InSurGente.-
Hace apenas 18 meses, nadie se atrevía a imaginarse a la humanidad elevando la temperatura más de dos grados centígrados, pero las crecientes emisiones de carbono y la incapacidad política de acordar recortes lleva a la ciencia a considerar lo antes impensable.“Los dos grados científicos ya quedaron atrás”, dijo Chris West, del Programa Británico de Impactos Climáticos de la Universidad de Oxford. “Los cuatro grados son, definitivamente, posibles… Este es el mayor desafío de nuestra historia.” Lo malo es que todavía hay demasiada gente, sobre todo en los gobiernos a los que les importa nada nuestro futuro. Pinchen y lean la noticia completa y por favor no se asusten… de momento.

La perspectiva de un aumento de cuatro grados centígrados en la temperatura promedio de la Tierra para dentro de 50 años es alarmante, pero no alarmista, según científicos expertos en clima.
Hace apenas 18 meses, nadie se atrevía a imaginarse a la humanidad elevando la temperatura más de dos grados centígrados, pero las crecientes emisiones de carbono y la incapacidad política de acordar recortes lleva a la ciencia a considerar lo antes impensable.

“Los dos grados científicos ya quedaron atrás”, dijo Chris West, del Programa Británico de Impactos Climáticos de la Universidad de Oxford. “Los cuatro grados son, definitivamente, posibles… Este es el mayor desafío de nuestra historia.”

Un incremento de tal magnitud significaría un mundo en que la temperatura aumentaría dos grados en algunas regiones y 12 o más en otras que se tornarían inhabitables, según estudios presentados la semana pasada en la Conferencia Internacional de Ciencia Climática “Cuatro Grados y Más Allá”, realizada en Oxford.

Sería un mundo en que el nivel del mar se elevaría entre uno y dos metros para 2100, lo cual dejaría sin hogar a cientos de millones de personas, y 12 metros en los próximos siglos, a medida que se disuelvan la cubierta de hielo de Groenlandia y el océano Antártico occidental.

Cuatro grados de recalentamiento elevarían la temperatura de la Tierra a niveles nunca antes alcanzados en los últimos 30 millones de años. Y eso podría suceder entre 2060 y 2070.

“La realidad política debe aferrarse a la realidad física o será completamente inútil”, dijo en la conferencia John Schellnhuber, director del Instituto Potsdam para Investigaciones sobre Impacto Climático.

Schellnhuber informó a funcionarios del gobierno del presidente estadounidense Barack Obama que le advirtieron que sus conclusiones “no estaban cimentadas en la realidad política” y que “el Senado nunca estaría de acuerdo” con ellas.

El experto calculó que Estados Unidos debería reducir a cero sus emisiones de carbono de las actuales 20 toneladas por habitante al año para 2020 si de lo que se trata es de tener, siquiera, la oportunidad de estabilizar el aumento de la temperatura en alrededor de dos grados centígrados.

Con ese mismo fin, las emisiones de China deberían llegar a un pico para 2020 y, luego, llegar a cero para 2035, agregó.

Los representantes gubernamentales que acordaron en la cumbre del Grupo de los 20 (realizada el mes pasado en Pittsburg, Estados Unidos) una meta de aumento de dos grados centígrados “se engañaron a sí mismos sobre los recortes de emisiones que se requieren”, dijo.

Aun cuando la temperatura aumente sólo dos grados, se habrán perdido la mayoría de los arrecifes de coral, vastas áreas oceánicas se convertirán en zona muerta, se disolverán gran parte de los glaciares montañosos y otros ecosistemas estarán bajo grave riesgo, según Schellnhuber.

La Tierra se recalentó 0,74 grados centígrados en el siglo pasado, y la temperatura se eleva actualmente a un promedio de 0,16 grados, según informó en 2007 el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático.

Mantener la tendencia, luego de que las emisiones de 2008 se ubicaran en el peor de los escenarios previstos, la temperatura promedio aumentaría entre cuatro y 5,6 grados para 2090, dijo Richard Betts, del equipo investigador sobre cambio climático del Centro Met Office Hadley, de Londres.

Brasil, buena parte de Canadá, vastas áreas de Estados Unidos, Liberia y Europa central serán ocho grados más cálidas que en los pasados 50 años. También se prevé un aumento de las lluvias en el Hemisferio Norte, mientras los trópicos serán 20 por ciento más secos, según los modelos

Los modelos computarizados se basan sólo sobre las emisiones de origen humano, sin incluir la retroalimentación del fenómeno por el derretimiento de hielos o los cambios en los sumideros de carbono.

Cuando se incluyen esos factores, un aumento de cuatro grados en la temperatura para 2060 “es un escenario plausible de peor caso. Para 2100, el aumento podría ser de 5,5 grados. En pocas regiones habría un aumento de temperatura equivalente al promedio mundial, advirtió Betts. El Ártico se recalentaría 15 grados y muchas otras áreas, 10 grados centígrados.

Y eso sin incluir en los modelos informáticos la liberación de 1,5 billones de carbono por la dilución de los hielos permanentes del norte o de hidratos de carbono submarinos,

Entre 1.000 millones y 2.000 millones de personas se quedarán sin acceso al agua dulce por los cambios en los patrones de lluvia, dijo Nigel Arnell, director del Instituto Walter para Investigación de Sistemas Climáticos de la británica Universidad de Reading.

Hasta 15 por ciento de las tierras fértiles del mundo, y 40 por ciento de las africanas, se tornarán muy secas o muy calientes para producir alimentos. Y habrá temperaturas beneficiosas para la agricultura en áreas como Canadá y Rusia, pero generalmente donde los suelos no son adecuados, agregó Betts.

Tolerar un aumento de cuatro grados centígrados en la temperatura promedio de la Tierra “es inaceptable, dados los alarmantes impactos”, advirtió Chris West.

La conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se realizará en diciembre en Copenhague, deben aceptar que las emisiones de carbono deben, finalmente, acabarse completamente, pues no hay un nivel de emisiones sostenible, concluyó Myles Allen, del grupo de Dina’mica Climática de la Universidad de Oxford.

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