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Cada minuto cien personas más se hunden, sin poder evitarlo, en la pobreza por culpa de la crisis global, ha denunciado la agencia humanitaria Oxfam, que insta a los países del G20 a emprender acciones urgentes para remediar esa situación.
Los países en desarrollo "se las ven y desean para responder a la recesión global, que sigue recortando drásticamente los ingresos, destruyendo empleos y contribuyendo a incrementar por encima de los mil millones el numero de hambrientos en el mundo", señala Oxfam en un comunicado.
Oxfam afirma haber analizado los datos económicos de los países del África subsahariana y llegado a la conclusión de que sus gobiernos dispondrán de 70.000 millones de dólares menos debido a la crisis y que, a diferencia de los países ricos, no podrán endeudarse para superarla.
Sin ayuda exterior, esos gobiernos tendrán cada vez más dificultad para responder a las crisis climática, alimentaria y económica. Además, van a tener que recortar sus inversiones en la enseñanza, la sanidad y otros programas contra la pobreza, advierte la organización.
"Los rebrotes de recuperación económica no han llegado aún a los países más pobres, que están sufriendo gravemente por culpa de la crisis global", explica Max Lawson, asesor de política de Oxfam, citado en el comunicado de la organización.
Según Lawson, "en el tiempo que emplearán los líderes del G-20 en cenar esta noche, millares de personas más se hundirán en la pobreza y tratarán de sobrevivir con menos de 1.25 dólares al día".
Paquete de medidas
Oxfam reclama un conjunto de medidas por valor de 290.000 millones que contribuyan a aligerar la carga que soportan los países en desarrollo sin que afecten a los contribuyentes de a pié.
Las medidas propuestas incluyen el llamado impuesto Tobin, que gravaría las transacciones internacionales en divisas, una moratoria sobre la deuda y la lucha contra los paraísos fiscales.
"Un impuesto a las transacciones de los bancos que contribuyeron a la crisis mundial generaría 50.000 millones de dólares a favor de quienes sufren las consecuencias de una crisis de la que no son en absoluto responsables", señala Oxfam.
Ese impuesto debería ser de al menos un 0.005 por ciento y si se aplicase sólo a las cuatro mayores monedas de reserva internacionales -el dólar, el yen, el euro y la libra-, generaría un mínimo de 30.000 millones aunque si se incluyesen más divisas, podría llegarse a los 50.000 millones, según cálculos de esa agencia.
Condonar la deuda de los países más pobres
Oxfam propone también que se condone en el 2010 la deuda de los países más pobres y agrega que éstos no deberían verse obligados a pagar intereses adicionales durante ese período.
De esa forma, esos países tendrían a su disposición unos 10.000 millones de dólares, que podrían invertir a cambio tanto en la necesaria provisión de servicios como en medidas para dinamizar sus economías.
Otra propuesta es que los países ricos acepten transferir a los pobres la mitad de sus nuevas asignaciones de derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional, lo que equivaldría a unos 89.000 millones de dólares.
El G-20 acordó en efecto el pasado abril crear derechos especiales de giro por valor de 285.000 millones de dólares, de los que los países ricos recibirán 177.000 millones.
La agencia no gubernamental insta también en su comunicado a los líderes del G-20 a cumplir la promesa que hizo el presidente Barak Obama el pasado julio de aportar nuevos fondos que ayuden a los países pobres a luchar contra el cambio climático.
Oxfam calcula que se necesitan 50.000 millones de dólares al año para ayudar a los países pobres a hacer frente a las peores consecuencias del calentamiento del planeta y otros 100.000 millones para ayudarlos a controlar sus emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.
Los países en desarrollo "se las ven y desean para responder a la recesión global, que sigue recortando drásticamente los ingresos, destruyendo empleos y contribuyendo a incrementar por encima de los mil millones el numero de hambrientos en el mundo", señala Oxfam en un comunicado.
Oxfam afirma haber analizado los datos económicos de los países del África subsahariana y llegado a la conclusión de que sus gobiernos dispondrán de 70.000 millones de dólares menos debido a la crisis y que, a diferencia de los países ricos, no podrán endeudarse para superarla.
Sin ayuda exterior, esos gobiernos tendrán cada vez más dificultad para responder a las crisis climática, alimentaria y económica. Además, van a tener que recortar sus inversiones en la enseñanza, la sanidad y otros programas contra la pobreza, advierte la organización.
"Los rebrotes de recuperación económica no han llegado aún a los países más pobres, que están sufriendo gravemente por culpa de la crisis global", explica Max Lawson, asesor de política de Oxfam, citado en el comunicado de la organización.
Según Lawson, "en el tiempo que emplearán los líderes del G-20 en cenar esta noche, millares de personas más se hundirán en la pobreza y tratarán de sobrevivir con menos de 1.25 dólares al día".
Paquete de medidas
Oxfam reclama un conjunto de medidas por valor de 290.000 millones que contribuyan a aligerar la carga que soportan los países en desarrollo sin que afecten a los contribuyentes de a pié.
Las medidas propuestas incluyen el llamado impuesto Tobin, que gravaría las transacciones internacionales en divisas, una moratoria sobre la deuda y la lucha contra los paraísos fiscales.
"Un impuesto a las transacciones de los bancos que contribuyeron a la crisis mundial generaría 50.000 millones de dólares a favor de quienes sufren las consecuencias de una crisis de la que no son en absoluto responsables", señala Oxfam.
Ese impuesto debería ser de al menos un 0.005 por ciento y si se aplicase sólo a las cuatro mayores monedas de reserva internacionales -el dólar, el yen, el euro y la libra-, generaría un mínimo de 30.000 millones aunque si se incluyesen más divisas, podría llegarse a los 50.000 millones, según cálculos de esa agencia.
Condonar la deuda de los países más pobres
Oxfam propone también que se condone en el 2010 la deuda de los países más pobres y agrega que éstos no deberían verse obligados a pagar intereses adicionales durante ese período.
De esa forma, esos países tendrían a su disposición unos 10.000 millones de dólares, que podrían invertir a cambio tanto en la necesaria provisión de servicios como en medidas para dinamizar sus economías.
Otra propuesta es que los países ricos acepten transferir a los pobres la mitad de sus nuevas asignaciones de derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional, lo que equivaldría a unos 89.000 millones de dólares.
El G-20 acordó en efecto el pasado abril crear derechos especiales de giro por valor de 285.000 millones de dólares, de los que los países ricos recibirán 177.000 millones.
La agencia no gubernamental insta también en su comunicado a los líderes del G-20 a cumplir la promesa que hizo el presidente Barak Obama el pasado julio de aportar nuevos fondos que ayuden a los países pobres a luchar contra el cambio climático.
Oxfam calcula que se necesitan 50.000 millones de dólares al año para ayudar a los países pobres a hacer frente a las peores consecuencias del calentamiento del planeta y otros 100.000 millones para ayudarlos a controlar sus emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.
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