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La Seguridad Social fue en 2008 la única administración pública capaz de obtener superávit presupuestario. En concreto, 8.319 millones de euros una vez descontadas las aportaciones necesarias para cubrir la cobertura del desempleo (5.489 millones). Pero ese dinero -sin explicación alguna- todavía no se ha integrado en las arcas del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, como es preceptivo. ¿Los motivos? Las dificultades financieras del Estado, que han obligado a los ministerios de Economía y Trabajo a congelar las aportaciones. Ambos departamentos son quienes proponen cada año al Consejo de Ministros las dotaciones al Fondo de Reserva, donde se depositan los excedentes del sistema público de pensiones.
Las aportaciones al Fondo de Reserva comenzaron a materializarse en el año 2000, y generalmente la Seguridad Social hace dos aportaciones al año para ir engordando la hucha de las pensiones. Sin embargo, y para sorpresa de algunos miembros de la Comisión del Pacto de Toledo, transcurridos casi diez meses del presente ejercicio, lo cierto es que la hucha sigue sin crecer. O dicho en otros términos, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social continua teniendo la misma dotación que a 31 de diciembre de 2008, pese a los casi 8.400 millones de superávit que obtuvo el sistema público de pensiones. De esa cantidad, la dotación prevista que aparece en el presupuesto de la Seguridad Social asciende a 8.023 millones de euros.
El hecho de que los excedentes estén en una u otra cuenta no es intrascendente, toda vez que los rendimientos tampoco se incluyen en el Fondo de Reserva. Y hay que tener en cuenta que teniendo en cuenta que la rentabilidad media del Fondo en sus ocho años de existencia se sitúa en el 4%, se estaría hablando de unos 350 millones de euros que no se han incluido en el Fondo de Reserva.
Aportaciones
En 2008, por ejemplo, el Consejo de Ministros aprobó dos aportaciones. Una por valor de 4.700 millones de euros (en febrero) y otra por la misma cantidad (en agosto), con lo que el dinero depositado en la llamada hucha de las pensiones asciende en estos momentos a 57.223 millones de euros, con una rentabilidad media (TIR) del 3,9%. De ese dinero, el 56% está invertido en deuda pública española y el resto en activos extranjeros (principalmente de Alemania y Francia). En 2006 y 2007 las aportaciones se materializaron en febrero y julio, y lo mismo sucedió en los años anteriores.
Según un miembro de la Comisión parlamentaria del Toledo, el secretario de Estado de la Seguridad Social ha admitido en privado los problemas de tesorería del Estado y por eso “hasta el último minuto del año” el Gobierno no parece que vaya a estar dispuesto a ejecutar el mandato legal de ingresar los excedentes en el Fondo de Reserva. Se reconoce, igualmente, que la propia Seguridad Social ha tenido algunas dificultades de tesorería debido al fuerte aumento de la morosidad, ya que muchas empresas no están en condiciones de ingresar las cuotas de sus trabajadores por la crisis económica. Hay que tener en cuenta que mientras los gastos están aumentando en torno al 7%, los ingresos tienen prácticamente crecimiento cero.
Las tensiones de tesorería no tienen que ver con la solvencia del sistema público de pensiones, sino con el hecho de que la Seguridad Social antiicipa el pago de las prestaciones por desempleo al Ministerio de Hacienda.
La Seguridad Social, en cualquier caso, contininuará generando excedentes presupuestarios este año, aunque en una cuantía notablemente inferior a la del año pasado. Se situará entre dos y tres décimas de Producto Interior Bruto PIB), frente a las ocho décimas del año pasado.
La Seguridad Social fue en 2008 la única administración pública capaz de obtener superávit presupuestario. En concreto, 8.319 millones de euros una vez descontadas las aportaciones necesarias para cubrir la cobertura del desempleo (5.489 millones). Pero ese dinero -sin explicación alguna- todavía no se ha integrado en las arcas del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, como es preceptivo. ¿Los motivos? Las dificultades financieras del Estado, que han obligado a los ministerios de Economía y Trabajo a congelar las aportaciones. Ambos departamentos son quienes proponen cada año al Consejo de Ministros las dotaciones al Fondo de Reserva, donde se depositan los excedentes del sistema público de pensiones.
Las aportaciones al Fondo de Reserva comenzaron a materializarse en el año 2000, y generalmente la Seguridad Social hace dos aportaciones al año para ir engordando la hucha de las pensiones. Sin embargo, y para sorpresa de algunos miembros de la Comisión del Pacto de Toledo, transcurridos casi diez meses del presente ejercicio, lo cierto es que la hucha sigue sin crecer. O dicho en otros términos, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social continua teniendo la misma dotación que a 31 de diciembre de 2008, pese a los casi 8.400 millones de superávit que obtuvo el sistema público de pensiones. De esa cantidad, la dotación prevista que aparece en el presupuesto de la Seguridad Social asciende a 8.023 millones de euros.
El hecho de que los excedentes estén en una u otra cuenta no es intrascendente, toda vez que los rendimientos tampoco se incluyen en el Fondo de Reserva. Y hay que tener en cuenta que teniendo en cuenta que la rentabilidad media del Fondo en sus ocho años de existencia se sitúa en el 4%, se estaría hablando de unos 350 millones de euros que no se han incluido en el Fondo de Reserva.
Aportaciones
En 2008, por ejemplo, el Consejo de Ministros aprobó dos aportaciones. Una por valor de 4.700 millones de euros (en febrero) y otra por la misma cantidad (en agosto), con lo que el dinero depositado en la llamada hucha de las pensiones asciende en estos momentos a 57.223 millones de euros, con una rentabilidad media (TIR) del 3,9%. De ese dinero, el 56% está invertido en deuda pública española y el resto en activos extranjeros (principalmente de Alemania y Francia). En 2006 y 2007 las aportaciones se materializaron en febrero y julio, y lo mismo sucedió en los años anteriores.
Según un miembro de la Comisión parlamentaria del Toledo, el secretario de Estado de la Seguridad Social ha admitido en privado los problemas de tesorería del Estado y por eso “hasta el último minuto del año” el Gobierno no parece que vaya a estar dispuesto a ejecutar el mandato legal de ingresar los excedentes en el Fondo de Reserva. Se reconoce, igualmente, que la propia Seguridad Social ha tenido algunas dificultades de tesorería debido al fuerte aumento de la morosidad, ya que muchas empresas no están en condiciones de ingresar las cuotas de sus trabajadores por la crisis económica. Hay que tener en cuenta que mientras los gastos están aumentando en torno al 7%, los ingresos tienen prácticamente crecimiento cero.
Las tensiones de tesorería no tienen que ver con la solvencia del sistema público de pensiones, sino con el hecho de que la Seguridad Social antiicipa el pago de las prestaciones por desempleo al Ministerio de Hacienda.
La Seguridad Social, en cualquier caso, contininuará generando excedentes presupuestarios este año, aunque en una cuantía notablemente inferior a la del año pasado. Se situará entre dos y tres décimas de Producto Interior Bruto PIB), frente a las ocho décimas del año pasado.
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