Con esta pregunta estoy dando por hecho que “Mel” retorne a la Residencia Presidencial y encabece el Poder Ejecutivo de su país. Pero dado el ultimátum de la OEA así como el pleno respaldo al derrocado por parte de la comunidad internacional que incluye importantes organismos integradores del continente y hasta de la misma ONU y los EEUU, es muy difícil pensar que esto no se dará.
La oligarquía, antes de romper el hilo constitucional, estaba firmemente atrincherada en el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y el alto mando militar a la vez que controlaban los principales medios de comunicación así como el sector productivo, empresarial y comercial de ese país centroamericano.
Ahora que han secuestrado el Poder Ejecutivo y la libertad de expresión, y en vista de la arremetida internacional están avocados a la tarea de forjar un apoyo ciudadano, que no es popular pues al igual que en Venezuela, Ecuador, Bolivia, se trata de la clase media y media alta principalmente, castradas en su conciencia política alienadas por la ilusión de pertenecer algún día al poder económico.
Si la derecha entrega el Poder Ejecutivo, Zelaya esto seguramente se hará a través de un acuerdo de gobernabilidad entre la derecha oligárquica burguesa y José Manuel Zelaya respaldado por la comunidad internacional y los movimientos sociales de Honduras. El pacto como mínimo podría prever la garantía del respeto a las procedimientos contenidos en la Constitución y leyes hondureñas, así como el rechazo a cualquier acción violenta de cualquier de las partes y contra el presidente José Manuel Zelaya.
Asimismo creo que la derecha buscará incluir en cualquier acuerdo la garantía de que ninguno de los participantes en el golpe de Estado sea juzgado por tal hecho.
A su regreso Mel se encontrará una situación interna muy delicada. Además de retornar a las condiciones previas del golpe donde la derecha mantenía un control casi total del Estado y la economía; ahora, luego de los desmanes de la dictadura, Zelaya volverá a una sociedad mucho más polarizada que antes en donde las contradicciones se han profundizado.
Con esta situación en mente, nos atrevemos a esbozar cuatro escenarios relacionados con el retorno de José Manuel Zelaya a Honduras:
1.- Zelaya es asesinado en una acción presentada como accidente o por causas naturales antes de las elecciones de noviembre. A la derecha le ha salido el tiro por la culata con este golpe; victimizaron a Zelaya y más aún lo convirtieron en un icono de la democracia. De volver al país, Mel será visto por los amplios sectores populares como una verdadera opción para derrotar a la derecha y avanzar hacia un proceso de transformación. Es decir, su liderazgo crecerá y se convertirá en una amenaza real a los poderes fácticos que tratarán toda costa de evitar un proceso constituyente.
Quizás no es la mejor opción para derecha, y tampoco la más viable. No obstante, este golpe de Estado lleno de errores de principio a fin, tanto en su planificación, ejecución como en su argumentación; demuestran que la estupidez y la irracionalidad son características de la derecha hondureña.
Asimismo, uno no deja de pensar mal para acertar. Para no descartar este escenario, vale recordar a Martín Torrijos (Panamá) y Jaime Roldós (Ecuador) muertos en sendos accidentes aéreos los cuales nunca fueron plenamente investigados y aclarados.
2.- El Congreso, la fiscalía y los tribunales de Honduras destituyen a Zelaya de la Presidencia. Según la página web del Heraldo de Honduras, ya el Ministerio Público interpuso el pasado martes 30 de junio ante los tribunales de justicia un requerimiento fiscal en contra de Manuel Zelaya por 18 delitos.
Según este medio, “en el requerimiento fiscal, el MP solicitó al juzgado que se librara la orden de captura contra Zelaya Rosales, la que obtuvo una respuesta positiva”. (1)
Además de esta orden de captura, debemos recordar que de las cinco bancadas políticas en el Congreso, cuatro de orientación burguesa ya practicaron el pasado lunes cómo destituir al Presidente.
No nos cabe duda que todo el poder político en manos de la derecha podría ser orientado en esta dirección para lograr, por un lado, deslegitimarlo moralmente ante su país y el mundo y por el otro, apartarlo física y legalmente de la arena política.
3.- Se aprueba la encuesta para la cuarta urna. Esto ya sería un logro a medias para el presidente Zelaya y para el sector popular de honduras que aún tendrían que convivir con los golpistas insertados en cada rincón del poder así como ganar el apoyo popular para la constituyente.
Para que esta consulta logre el efecto deseado y muestren la voluntad popular, una representación de la comunidad internacional deberá estar presente en cada paso de este proceso: planificación, ejecución y evaluación.
4.- Se adelantan las elecciones generales y se incluye la cuarta urna. Este el más óptimo de los escenarios para el pueblo hondureño pues sería un triunfo contundente para los movimientos populares de Honduras a pesar de que lamentablemente alguno de los dos primeros escenarios llegaran a cumplirse.
En este caso las fuerzas transformadoras se ahorrarían el paso de la encuesta previa lo cual permitiría canalizar todos los recursos y los esfuerzos para la aprobación de la constituyente.
Es ideal porque no hay duda que la derecha usará todo su poder no sólo para obstaculizar cualquier victoria electoral, sino cualquier iniciativa proveniente de Poder Ejecutivo.
Aquí debería repetirse la misma condición que en el escenario pasado para garantizar la victoria de la voluntad popular la presencia en cada paso de este proceso comicial de una representación de la comunidad internacional.
No digo que estos escenarios sean los únicos o sean puros, otros podrían nutrir el análisis, no obstante en una revisión rasante de la situación estos los que saltan a primera vista.
Particularmente, creo que la vuelta de Zelaya debe estar acompañada del encarcelamiento de todos los elementos que conspiraron y ejecutaron el golpe de Estado en Honduras, pero no creo que exista realmente esta posibilidad sin la inclusión de una fuerza militar de la comunidad internacional lo cual indudablemente complicaría el panorama.
Por otro lado, la sola vuelta a la Presidencia de José Manuel Zelaya sería ya una terrible derrota política para la derecha que perdería credibilidad ante sus seguidores al aceptarla, pero esto también podría provocar una mayor radicalización de este sector.
De la anterior situación surgen varias interrogantes: ¿empezaremos a ver el desarrollo de una revolución de algún color acompañada de manitos igualmente coloridas? ¿Veremos a los diferentes organismos de desestabilización de los EEUU (CIA, NED, USAID) aumentar su actividad en Honduras? ¿Serán las movimientos sociales capaces de resistir a los futuros embates de la derecha y lograr las necesarias victorias electorales?
Esperemos que el desarrollo de la situación en Honduras avance hacia la victoria popular, tal como las celebradas en Venezuela y Bolivia, en lugar de lo ocurrido siempre en el resto de los países pobres del mundo, donde los golpe de Estado sólo han servido para fortalecer y enquistar a las rancias oligarquías tradicionales, en favor de los intereses capitalistas transnacionales
La oligarquía, antes de romper el hilo constitucional, estaba firmemente atrincherada en el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y el alto mando militar a la vez que controlaban los principales medios de comunicación así como el sector productivo, empresarial y comercial de ese país centroamericano.
Ahora que han secuestrado el Poder Ejecutivo y la libertad de expresión, y en vista de la arremetida internacional están avocados a la tarea de forjar un apoyo ciudadano, que no es popular pues al igual que en Venezuela, Ecuador, Bolivia, se trata de la clase media y media alta principalmente, castradas en su conciencia política alienadas por la ilusión de pertenecer algún día al poder económico.
Si la derecha entrega el Poder Ejecutivo, Zelaya esto seguramente se hará a través de un acuerdo de gobernabilidad entre la derecha oligárquica burguesa y José Manuel Zelaya respaldado por la comunidad internacional y los movimientos sociales de Honduras. El pacto como mínimo podría prever la garantía del respeto a las procedimientos contenidos en la Constitución y leyes hondureñas, así como el rechazo a cualquier acción violenta de cualquier de las partes y contra el presidente José Manuel Zelaya.
Asimismo creo que la derecha buscará incluir en cualquier acuerdo la garantía de que ninguno de los participantes en el golpe de Estado sea juzgado por tal hecho.
A su regreso Mel se encontrará una situación interna muy delicada. Además de retornar a las condiciones previas del golpe donde la derecha mantenía un control casi total del Estado y la economía; ahora, luego de los desmanes de la dictadura, Zelaya volverá a una sociedad mucho más polarizada que antes en donde las contradicciones se han profundizado.
Con esta situación en mente, nos atrevemos a esbozar cuatro escenarios relacionados con el retorno de José Manuel Zelaya a Honduras:
1.- Zelaya es asesinado en una acción presentada como accidente o por causas naturales antes de las elecciones de noviembre. A la derecha le ha salido el tiro por la culata con este golpe; victimizaron a Zelaya y más aún lo convirtieron en un icono de la democracia. De volver al país, Mel será visto por los amplios sectores populares como una verdadera opción para derrotar a la derecha y avanzar hacia un proceso de transformación. Es decir, su liderazgo crecerá y se convertirá en una amenaza real a los poderes fácticos que tratarán toda costa de evitar un proceso constituyente.
Quizás no es la mejor opción para derecha, y tampoco la más viable. No obstante, este golpe de Estado lleno de errores de principio a fin, tanto en su planificación, ejecución como en su argumentación; demuestran que la estupidez y la irracionalidad son características de la derecha hondureña.
Asimismo, uno no deja de pensar mal para acertar. Para no descartar este escenario, vale recordar a Martín Torrijos (Panamá) y Jaime Roldós (Ecuador) muertos en sendos accidentes aéreos los cuales nunca fueron plenamente investigados y aclarados.
2.- El Congreso, la fiscalía y los tribunales de Honduras destituyen a Zelaya de la Presidencia. Según la página web del Heraldo de Honduras, ya el Ministerio Público interpuso el pasado martes 30 de junio ante los tribunales de justicia un requerimiento fiscal en contra de Manuel Zelaya por 18 delitos.
Según este medio, “en el requerimiento fiscal, el MP solicitó al juzgado que se librara la orden de captura contra Zelaya Rosales, la que obtuvo una respuesta positiva”. (1)
Además de esta orden de captura, debemos recordar que de las cinco bancadas políticas en el Congreso, cuatro de orientación burguesa ya practicaron el pasado lunes cómo destituir al Presidente.
No nos cabe duda que todo el poder político en manos de la derecha podría ser orientado en esta dirección para lograr, por un lado, deslegitimarlo moralmente ante su país y el mundo y por el otro, apartarlo física y legalmente de la arena política.
3.- Se aprueba la encuesta para la cuarta urna. Esto ya sería un logro a medias para el presidente Zelaya y para el sector popular de honduras que aún tendrían que convivir con los golpistas insertados en cada rincón del poder así como ganar el apoyo popular para la constituyente.
Para que esta consulta logre el efecto deseado y muestren la voluntad popular, una representación de la comunidad internacional deberá estar presente en cada paso de este proceso: planificación, ejecución y evaluación.
4.- Se adelantan las elecciones generales y se incluye la cuarta urna. Este el más óptimo de los escenarios para el pueblo hondureño pues sería un triunfo contundente para los movimientos populares de Honduras a pesar de que lamentablemente alguno de los dos primeros escenarios llegaran a cumplirse.
En este caso las fuerzas transformadoras se ahorrarían el paso de la encuesta previa lo cual permitiría canalizar todos los recursos y los esfuerzos para la aprobación de la constituyente.
Es ideal porque no hay duda que la derecha usará todo su poder no sólo para obstaculizar cualquier victoria electoral, sino cualquier iniciativa proveniente de Poder Ejecutivo.
Aquí debería repetirse la misma condición que en el escenario pasado para garantizar la victoria de la voluntad popular la presencia en cada paso de este proceso comicial de una representación de la comunidad internacional.
No digo que estos escenarios sean los únicos o sean puros, otros podrían nutrir el análisis, no obstante en una revisión rasante de la situación estos los que saltan a primera vista.
Particularmente, creo que la vuelta de Zelaya debe estar acompañada del encarcelamiento de todos los elementos que conspiraron y ejecutaron el golpe de Estado en Honduras, pero no creo que exista realmente esta posibilidad sin la inclusión de una fuerza militar de la comunidad internacional lo cual indudablemente complicaría el panorama.
Por otro lado, la sola vuelta a la Presidencia de José Manuel Zelaya sería ya una terrible derrota política para la derecha que perdería credibilidad ante sus seguidores al aceptarla, pero esto también podría provocar una mayor radicalización de este sector.
De la anterior situación surgen varias interrogantes: ¿empezaremos a ver el desarrollo de una revolución de algún color acompañada de manitos igualmente coloridas? ¿Veremos a los diferentes organismos de desestabilización de los EEUU (CIA, NED, USAID) aumentar su actividad en Honduras? ¿Serán las movimientos sociales capaces de resistir a los futuros embates de la derecha y lograr las necesarias victorias electorales?
Esperemos que el desarrollo de la situación en Honduras avance hacia la victoria popular, tal como las celebradas en Venezuela y Bolivia, en lugar de lo ocurrido siempre en el resto de los países pobres del mundo, donde los golpe de Estado sólo han servido para fortalecer y enquistar a las rancias oligarquías tradicionales, en favor de los intereses capitalistas transnacionales
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