No existen parámetros para sostener que los EE.UU, no construyó, modeló, armó y llevó a cabo el golpe militar en Honduras. En primer lugar porque la oligarquía y la cúpula militar dependen exageradamente del imperio (pentágono, CIA, organizaciones ONG y de las remesas) y en segundo lugar, Honduras representa para los Estados Unidos, la puerta de entrada a los países del Alba, al Sica y sobre todo el gatillo de la pistola con la cual apunta a Venezuela. La base militar en Soto Cano, le garantiza al imperio tener agarrada por el cuello a Centroamérica y difuminar su humo de guerra a Suramérica, muy especialmente a Venezuela
La oligarquía hondureña y su brazo armado, saben que la locura a la cual entraron no tiene ninguna salida que no esté acompañada de la humillación y la vergüenza. Y entonces ¿por qué se embarcaron en tamaña estupidez?. ¿Por qué llegaron al suicidio?, como lo indica el comandante Fidel. A estas alturas, ninguna persona con tres dedos de frente, (no digamos cuatro) va a creer que la oligarquía y su brazo armado escenificaron un golpe de estado, por el simple hecho de una encuesta. Una oligarquía, considerada como la madre de las oligarquías de Latinoamérica, acompañada de una cúpula militar con un amplio bagaje como punta de lanza en las invasiones centroamericanas que llevó a cabo el imperio durante el siglo pasado, una oligarquía ama y señora de Honduras, con un presidente burgués que pertenece a sus filas, empresario de éxito en la industria agropecuaria, hacendado y propietario de aserraderos y gerente de banco. ¿Qué necesidad tenía de dar un golpe de estado?. Podríamos pensar, por falta de un sencillo análisis, que ella (la oligarquía) fue motivada por la cercanía de Zelaya al gobierno venezolano. Pero esta tesis parece débil, cuando sabemos que ella misma se nutría y le era beneficiosa la incorporación de Honduras a Petrocaribe, mediante la cual Venezuela le suministra petróleo en condiciones de pago favorable. Pero más débil parece el motivo de la realización de una encuesta que carecía de fuerza de ley y que además, no era vinculante.
No, la oligarquía no tenía ninguna necesidad de dar un golpe de estado en Honduras, pero los Estados Unidos si necesita enviar señales, aun cuando sean de humo. El acuerdo que permite la presencia de la base militar estadounidense en Honduras, puede ser retirado sin aviso y sin pretextos (la constitución no acepta bases militares extranjeras) y ya Zelaya había dado muestras de no querer una base militar en su país, además que había anunciado que Soto Cano sería utilizado para vuelos comerciales internacionales y como si fuera poco, un baño de agua fría cayó sobre el imperio cuando supo que el financiamiento era llevado a cabo por el ALBA. Otro punto importante fue la observación de Zelaya al gobierno imperial, sobre el escondido intervencionismo detrás de la careta de la lucha contra el narcotráfico. Este es el momento clave que nos sirve para conocer realmente a Obama. Lógicamente, mucho más inteligente que Bush, más calmado. Capaz de pedir disculpas y capaz de armar un golpe de estado y después, si fracasa, dejar caer el mazo sobre los golpistas, y luego tener la suficiente destreza, para sacar la cabeza antes de que le caiga el mazo, encima. Pero ha cometido errores, no por carecer de un buen cerebro, sino debido a que las condiciones (fin del capitalismo) donde le ha tocado desenvolverse no lo ayudan.
He aquí el momento de la gran pregunta: ¿intuiría el imperio, la respuesta en bloque que daría Latinoamérica?. Es probable que no, pero no por falta de análisis ni por falta de brillantez de sus ideólogos, sino simplemente porque nos subestiman y todavía no han asimilado, no han entendido que hemos llegado a la mayoría de edad y nuestros pueblos están resueltos a desprenderse completamente del tutelaje malsano y explotador con el que siempre nos han acoquinado. La escalofriante sorpresa que recibió el imperio al saber que Latinoamérica está dispuesta a defender hasta militarmente nuestra verdad, lo llevó a ver en tres dimensiones, lo que significaría tener que perder la base militar de Soto Cano y la expulsión de sus efectivos y el desmantelamiento total de su base. Esto ocasiona su dolor de cabeza, ya que tendría que reconocer, que hubo un golpe militar en Honduras, y por ley tendría que romper relaciones diplomáticas con ese país y llamar a su embajador y no poder prestar ayuda económica y por lógica, desmantelar la base militar. ¿Cómo responderá o se comportará Obama ante esta situación?. Ha comenzado con una ambigua respuesta (una acción que evoluciona hacia un posible golpe) que demuestra que no estaba preparado para enfrentar la posición rápida y certera de Latinoamérica.
¿Qué la OEA repudia el golpe?. No debemos confundirnos, ya que lo repudia sobre los militares, ciegos instrumentos del imperio. ¿Qué la comunidad europea, repudia el golpe?. Tendríamos que ver, que hubiese pasado si los pueblos latinoamericanos, nos hubiésemos quedado callados. Sólo hay que recordar la posición que asumió esa comunidad cuando el golpe de estado en Venezuela en 2002. Entonces que no vengan con sus bates rotos, porque también los conocemos.
Obama y su mismísima OEA deben saber, que Latinoamérica no va a dialogar con los golpistas, ni va a permitirles mandar los seis meses que quedan de gobierno. Nuestra lucha es con el imperio, no con una oligarquía que se cae a pedazos. Que se ha “autosuicidado”, que se tiró ella misma al basurero de la historia. Hay que darles una lección, como dice el comandante presidente Chávez, a todos esos golpistas (civiles y militares), que no la olviden en todo lo que les quede de su vida parasitaria. Obama debe saber –claro que debe saberlo- que el imperio ha fracasado de nuevo y que Latinoamérica no desaprovechará esta oportunidad para “jabear”. Debe saber que ya el tiempo del noble llamado a respetarnos, pasó. Nada, absolutamente nada hemos logrado con esos llamados, que no sea el golpe traicionero y desleal del imperio. Entonces no queda más, que radicalizar la lucha. El presidente Zelaya no tendrá otra oportunidad para asumir el proceso socialista, que este momento clave para la independencia de nuestra patria grande. Está a un paso de entrar a la gloria y al corazón de nuestros pueblos, al lado de Morazán, Sandino, Bolívar o de convertirse en un presidente títere y preso dentro de su jaula de oro y olvidado por todos los pueblos de nuestra América.
Mientras no se condene a EE.UU, el imperio en su decadencia, estará pasando por debajo de la mesa. De nuevo, el imperio ha fracasado al tratar de dar ejemplos tan salvajes e inhumanos y mandar señales de humos, que sólo lo asfixian a él mismo, hasta llegar a la ridícula posición de tener que “repudiar” el golpe de estado en Honduras. Se llevará por delante a los militares y tratará que los oligarcas no caigan presos o que sus condenas sean leves. Los veremos “asilados” en los Estados Unidos al lado de polvorientos muertos insepultos del crimen, presos de sus propias conciencias.
La oligarquía hondureña y su brazo armado, saben que la locura a la cual entraron no tiene ninguna salida que no esté acompañada de la humillación y la vergüenza. Y entonces ¿por qué se embarcaron en tamaña estupidez?. ¿Por qué llegaron al suicidio?, como lo indica el comandante Fidel. A estas alturas, ninguna persona con tres dedos de frente, (no digamos cuatro) va a creer que la oligarquía y su brazo armado escenificaron un golpe de estado, por el simple hecho de una encuesta. Una oligarquía, considerada como la madre de las oligarquías de Latinoamérica, acompañada de una cúpula militar con un amplio bagaje como punta de lanza en las invasiones centroamericanas que llevó a cabo el imperio durante el siglo pasado, una oligarquía ama y señora de Honduras, con un presidente burgués que pertenece a sus filas, empresario de éxito en la industria agropecuaria, hacendado y propietario de aserraderos y gerente de banco. ¿Qué necesidad tenía de dar un golpe de estado?. Podríamos pensar, por falta de un sencillo análisis, que ella (la oligarquía) fue motivada por la cercanía de Zelaya al gobierno venezolano. Pero esta tesis parece débil, cuando sabemos que ella misma se nutría y le era beneficiosa la incorporación de Honduras a Petrocaribe, mediante la cual Venezuela le suministra petróleo en condiciones de pago favorable. Pero más débil parece el motivo de la realización de una encuesta que carecía de fuerza de ley y que además, no era vinculante.
No, la oligarquía no tenía ninguna necesidad de dar un golpe de estado en Honduras, pero los Estados Unidos si necesita enviar señales, aun cuando sean de humo. El acuerdo que permite la presencia de la base militar estadounidense en Honduras, puede ser retirado sin aviso y sin pretextos (la constitución no acepta bases militares extranjeras) y ya Zelaya había dado muestras de no querer una base militar en su país, además que había anunciado que Soto Cano sería utilizado para vuelos comerciales internacionales y como si fuera poco, un baño de agua fría cayó sobre el imperio cuando supo que el financiamiento era llevado a cabo por el ALBA. Otro punto importante fue la observación de Zelaya al gobierno imperial, sobre el escondido intervencionismo detrás de la careta de la lucha contra el narcotráfico. Este es el momento clave que nos sirve para conocer realmente a Obama. Lógicamente, mucho más inteligente que Bush, más calmado. Capaz de pedir disculpas y capaz de armar un golpe de estado y después, si fracasa, dejar caer el mazo sobre los golpistas, y luego tener la suficiente destreza, para sacar la cabeza antes de que le caiga el mazo, encima. Pero ha cometido errores, no por carecer de un buen cerebro, sino debido a que las condiciones (fin del capitalismo) donde le ha tocado desenvolverse no lo ayudan.
He aquí el momento de la gran pregunta: ¿intuiría el imperio, la respuesta en bloque que daría Latinoamérica?. Es probable que no, pero no por falta de análisis ni por falta de brillantez de sus ideólogos, sino simplemente porque nos subestiman y todavía no han asimilado, no han entendido que hemos llegado a la mayoría de edad y nuestros pueblos están resueltos a desprenderse completamente del tutelaje malsano y explotador con el que siempre nos han acoquinado. La escalofriante sorpresa que recibió el imperio al saber que Latinoamérica está dispuesta a defender hasta militarmente nuestra verdad, lo llevó a ver en tres dimensiones, lo que significaría tener que perder la base militar de Soto Cano y la expulsión de sus efectivos y el desmantelamiento total de su base. Esto ocasiona su dolor de cabeza, ya que tendría que reconocer, que hubo un golpe militar en Honduras, y por ley tendría que romper relaciones diplomáticas con ese país y llamar a su embajador y no poder prestar ayuda económica y por lógica, desmantelar la base militar. ¿Cómo responderá o se comportará Obama ante esta situación?. Ha comenzado con una ambigua respuesta (una acción que evoluciona hacia un posible golpe) que demuestra que no estaba preparado para enfrentar la posición rápida y certera de Latinoamérica.
¿Qué la OEA repudia el golpe?. No debemos confundirnos, ya que lo repudia sobre los militares, ciegos instrumentos del imperio. ¿Qué la comunidad europea, repudia el golpe?. Tendríamos que ver, que hubiese pasado si los pueblos latinoamericanos, nos hubiésemos quedado callados. Sólo hay que recordar la posición que asumió esa comunidad cuando el golpe de estado en Venezuela en 2002. Entonces que no vengan con sus bates rotos, porque también los conocemos.
Obama y su mismísima OEA deben saber, que Latinoamérica no va a dialogar con los golpistas, ni va a permitirles mandar los seis meses que quedan de gobierno. Nuestra lucha es con el imperio, no con una oligarquía que se cae a pedazos. Que se ha “autosuicidado”, que se tiró ella misma al basurero de la historia. Hay que darles una lección, como dice el comandante presidente Chávez, a todos esos golpistas (civiles y militares), que no la olviden en todo lo que les quede de su vida parasitaria. Obama debe saber –claro que debe saberlo- que el imperio ha fracasado de nuevo y que Latinoamérica no desaprovechará esta oportunidad para “jabear”. Debe saber que ya el tiempo del noble llamado a respetarnos, pasó. Nada, absolutamente nada hemos logrado con esos llamados, que no sea el golpe traicionero y desleal del imperio. Entonces no queda más, que radicalizar la lucha. El presidente Zelaya no tendrá otra oportunidad para asumir el proceso socialista, que este momento clave para la independencia de nuestra patria grande. Está a un paso de entrar a la gloria y al corazón de nuestros pueblos, al lado de Morazán, Sandino, Bolívar o de convertirse en un presidente títere y preso dentro de su jaula de oro y olvidado por todos los pueblos de nuestra América.
Mientras no se condene a EE.UU, el imperio en su decadencia, estará pasando por debajo de la mesa. De nuevo, el imperio ha fracasado al tratar de dar ejemplos tan salvajes e inhumanos y mandar señales de humos, que sólo lo asfixian a él mismo, hasta llegar a la ridícula posición de tener que “repudiar” el golpe de estado en Honduras. Se llevará por delante a los militares y tratará que los oligarcas no caigan presos o que sus condenas sean leves. Los veremos “asilados” en los Estados Unidos al lado de polvorientos muertos insepultos del crimen, presos de sus propias conciencias.
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