Honduras: Estados Unidos, ambigüedad y mojigateria

El zarpazo perpetrado por fuerzas militares en combinación con la oligarquía hondureña atrincherada en el parlamento, sectores religiosos y organismos corporativos transnacionales farmacéuticos y bananeros, con indudable asesoramiento del pentágono y la CIA, con abundante cobertura mediática.

Después de varios días del brutal operativo militar, los hechos permiten establecer como conclusión, que el presidente de Estados Unidos, Barak Obama ha mostrando una conducta ambigua y un lenguaje confuso, al igual que algunos de sus importantes funcionarios como la Secretaria de Estrado Hilary Clinton quien se refirió a un golpe militar “ilegal” o la de Bryan Whitman portavoz del Departamento de Defensa quien en un lenguaje plagado de artimañas señaló “seguimos monitoreando la situación y vamos a responder de acuerdo con el desarrollo de los hechos”.

Alrededor de 600 soldados norteamericanos permanecen en la base militar Soto Cano ubicada en los alrededores de Tegucigalpa, las tropas forman parte de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, bajo el mando del Comando Sur de Estados Unidos, que entre sus tareas esta la de atender la cooperación regional y los procesos de democratización.

El presidente Zelaya había señalado semanas atrás, que la mencionada base militar en el futuro sería utilizada como aeropuerto internacional y que el financiamiento para edificar la terminal civil estaría a cargo de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Es necesario señalar que las Fuerzas Armadas hondureñas fueron reestructuradas en los años 80 bajo la orientación de John Negroponte, embajador de Estados Unidos en Honduras y quien coordino las operaciones terroristas contra el gobierno Sandinista y contribuyo a la formación del escuadrón de la muerte tristemente conocido como el batallón 316 que secuestro, torturo y asesino a centenares de personas en Honduras.

No debemos extrañarnos si Washington continua utilizando un lenguaje turbio y sibilino a objeto de referirse el golpe militar y oligárquico.

Deseo significar que la maniobra que conduzca al presidente Zelaya a Honduras debe estar integrada además de los presidentes Correa y Lugo y la presidente Cristina Kitchner, el Sr. Insulza y el nicaragüense  Miguel D Escoto,  incorporando a voceros de Estados Unidos en la OEA y a representantes del Congreso estadounidense, entre quienes me permito citar a Joseph Kennedy y el senador John Kerry, lo que presumo, permitirá establecer un compromiso de sectores mas sensatos de la política norteamericana.    

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