Tras la victoria del PP en Galicia, los populares esperan que estas elecciones europeas sean un castigo al Gobierno de Zapatero. Para Mariano Rajoy tienen casi la importancia de unas generales, en la medida en que se juega incluso su liderazgo al frente del partido. Ante tanto empeño, los socialistas han tenido que utilizar toda su artillería para movilizar el voto de la izquierda.
o La participación en las europeas baja del 24,56% al 24,03%
Una derrota de los socialistas, hoy, en las urnas, con una diferencia significativa de puntos, dejaría al Gobierno en una situación de debilidad política de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2011. A Mariano Rajoy, le pondría en la gloria, ahora que los críticos de su gestión dentro del partido quedaron silenciados tras la victoria en las gallegas y en un momento en el que su posible rival, Esperanza Aguirre, ha optado por esperar.
Victoria Zapatero
Una victoria socialista, en cambio, le traería un mensaje al Ejecutivo de Zapatero de que los ciudadanos le dan un voto de confianza para que continúe proponiendo medidas que puedan superar la actual crisis. Y dejaría al PP en una división profunda que cuestionaría la figura de su líder, Mariano Rajoy.
Los puntos de la campaña
En campaña hubo de todo. El PP se valió de la reforma del aborto, a pesar de que el debate no llegará al Congreso hasta septiembre. La polémica le sirvió al PSOE para ubicar la postura del PP en la ultraderecha y movilizar el voto de izquierda. El dato de la reducción del desempleo en mayo le dio un respiro al Gobierno y deshizo uno de los principales argumentos utilizados por los populares para pedir el voto. Zapatero y los suyos apostaron por el mensaje de la defensa de la política social y la falta de colaboración de Rajoy frente a la crisis.
La extraña estrategia del PP
La estrategia más sorprendente puesta en marcha por los populares fue seguramente el realce de la figura del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, imputado en el caso Gürtel, queriendo evidenciar que se trata de un ataque político de los socialistas contra su partido y de esta manera obtener el voto defensivo. Mariano Rajoy, personalmente, se empeñó en apoyar a su “Paco” frente a los "inquisidores y Torquemadas del siglo XXI".
El sello Oreja
El candidato de la derecha, Jaime Mayor Oreja, puso su sello personal a la campaña atacando la Ley del aborto del Gobierno, y apoyando las declaraciones del cardenal Cañizares en el sentido de que la pederastia no es comparable con “los millones de vidas destruidas por el aborto".
El Falcon
El Falcon utilizado por el presidente Zapatero para trasladarse durante la campaña sirvió de filón al PP durante días, y abrió el debate sobre el uso de aviones del ejército por miembros del anterior equipo del ex presidente Aznar, incluido el propio Rajoy.
El dato desconocido sobre Aznar
En medio de la polémica por los aviones oficiales, el ministro de Fomento, José Blanco, dejó sin aliento a los de Rajoy, al preguntar si el PP cuestionaba también que el ex presidente Aznar tenga 51 escoltas para su seguridad, un dato que era desconocido hasta entonces.
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