Ha terminado el debate sobre el estado de la Nación. Zapatero por supuesto no ha convencido a casi nadie, pero tampoco Rajoy ha sabido mostrar la garra necesaria para electrizar al ciudadano en torno al cambio que nos quite de encima a esta plaga llamada ZP. O quizás sería mejor hablar del socialismo como plaga, porque aunque Zapatero ha hecho bueno a Felipe González, lo cierto es que el socialismo ha sido para los trabajadores españoles una verdadera calamidad.
Para empezar, en 1996, el número de ocupados del país era el mismo que en 1982, o sea que durante la era González no se creó un solo puesto de trabajo en términos netos y el déficit público escaló hasta el 7 por ciento del PIB.
Ahora Zapatero está dispuesto a no quedarse atrás “faciendo entuertos”. Ya alcanzamos casi el 9 % de déficit y si hoy perdiera el poder, dejaría más desempleaos que los que encontró. Parece pues que ZP aspira a superar a González con creces. Ocho mil personas al día se quedan sin empleo, y vistas las medidas que propone para salir de la crisis, esa cifra seguirá sumando su cuenta de haberes.
Una realidad que asombrosamente el ciudadano medio no percibe, seguramente porque nadie se la cuenta, pero también porque acostumbra a pasar por la vida política y económica como un becerrito. Pero lo cierto es que siempre que el PSOE ha gobernado ha conseguido destruir más empleo que ningún otro gobierno de Europa. Eso sí, alardeando de una exquisita sensibilidad social, claro que a costa del dinero de los demás. Porque en vez de aumentar el gasto público para reconvertir el mercado laboral, lo que sistemáticamente hace siempre el PSOE es lo más simple, subsidiar. Naturalmente así se acaba creando pobreza y no riqueza. Este aumento del gasto público improductivo lógicamente repercute en un aumento de los impuestos, que no pagan ni las clases bajas, ni las clases altas, como bien ha señalado Rajoy salen de los apaleados lomos de la clase media.
Para empezar, en 1996, el número de ocupados del país era el mismo que en 1982, o sea que durante la era González no se creó un solo puesto de trabajo en términos netos y el déficit público escaló hasta el 7 por ciento del PIB.
Ahora Zapatero está dispuesto a no quedarse atrás “faciendo entuertos”. Ya alcanzamos casi el 9 % de déficit y si hoy perdiera el poder, dejaría más desempleaos que los que encontró. Parece pues que ZP aspira a superar a González con creces. Ocho mil personas al día se quedan sin empleo, y vistas las medidas que propone para salir de la crisis, esa cifra seguirá sumando su cuenta de haberes.
Una realidad que asombrosamente el ciudadano medio no percibe, seguramente porque nadie se la cuenta, pero también porque acostumbra a pasar por la vida política y económica como un becerrito. Pero lo cierto es que siempre que el PSOE ha gobernado ha conseguido destruir más empleo que ningún otro gobierno de Europa. Eso sí, alardeando de una exquisita sensibilidad social, claro que a costa del dinero de los demás. Porque en vez de aumentar el gasto público para reconvertir el mercado laboral, lo que sistemáticamente hace siempre el PSOE es lo más simple, subsidiar. Naturalmente así se acaba creando pobreza y no riqueza. Este aumento del gasto público improductivo lógicamente repercute en un aumento de los impuestos, que no pagan ni las clases bajas, ni las clases altas, como bien ha señalado Rajoy salen de los apaleados lomos de la clase media.
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