"La época del secreto bancario se ha terminado". Entre las palabras grandilocuentes que menudearon en el cierre de la cumbre de Londres, ésta sentencia se llevó la palma. La enunció el presidente francés, Nicolas Sarkozy, un habitual de las palabras con resonancias históricas. Pero lo hizo leyendo el comunicado final del G-20, como antes lo hizo el primer ministro británico, Gordon Brown, que matizó: "Más bien es el principio del fin del secreto bancario".
Holanda, Suiza, Bélgica, Austria y Chile figuran en la lista de la OCDE
Las empresas estarán obligadas a informar de sus operaciones
La discusión sobre cómo lidiar con los paraísos fiscales fue la última que se zanjó en la cumbre, según desveló el mandatario francés. Zapatero también insistió en que mientras que no se había discutido especialmente sobre el estímulo fiscal o sobre la regulación financiera, el asunto de los paraísos fiscales sí que había generado debate. Sarkozy y la canciller alemana, Angela Merkel, insistieron hasta el final en la necesidad de publicar una lista de aquellas plazas financieras que se escudan en el secreto bancario para evitar el intercambio de información con las autoridades de otros países, una vía abierta a la evasión fiscal.
La resistencia esta vez no vino por el lado anglosajón (varios paraísos fiscales son de bandera británica), sino por el de los países emergentes. El mandatario chino, Hu Jintao, secundado por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, opusieron que sus países no pertenecían a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la institución internacional encargada de comprobar si se cumplen las normas internacionales en esta materia.
Las reservas de China y Brasil se vencieron con la decisión de que fuera la propia OCDE la que publicara esa lista, con la condición de que fuera asumida por todo el G-20. Además, se concedió a los países emergentes unos meses de prórroga (hasta finales de 2009) para que eviten el uso abusivo del secreto bancario en sus plazas financieras (Macao o Hong Kong en territorio chino) y se ajusten a los estándares internacionales. La OCDE publicó anoche su lista, con tres categorías distintas según el grado de opacidad de estas plazas financieras. Los países que no colaboran con las autoridades fiscales ni se han comprometido a adoptar las normas internacionales en la materia son Uruguay, Costa Rica, Malasia y Filipinas.
Tras esta lista negra, hay dos listas grises, las de países que se han comprometido a cooperar, pero que por ahora apenas lo hacen. En una de ellas se señala a los considerados paraísos fiscales, 30 jurisdicciones entre las que se incluye a Andorra, Gibraltar, Liechtenstein, Barbados, Liberia, Bahamas, Bahrein, Belize, Bermudas, Islas Caimán, Mónaco, Panamá y Holanda. Por separado se señala a otros ocho centros financieros no cooperativos que no son propiamente paraíos fiscales: Austria, Bélgica, Brunei, Chile, Guatemala, Luxemburgo, Singapur y Suiza.
El acuerdo del G-20 no se para en la publicación de la lista.También remite a un conjunto de sanciones que los países del G-20 se comprometen a poner en marcha si estas plazas financieras no reconsideran de forma urgente su rechazo a intercambiar información.
Entre esas medidas se incluye la obligación de que las empresas y entidades financieras informen de que tienen operaciones con estos paraísos fiscales, la aplicación de impuestos para penalizar cualquier tipo de intercambio con estos países o que los organismos multilaterales y los programas de ayuda bilateral tengan en cuenta si hay un uso abusivo del secreto bancario al tomar decisiones sobre donde invertir. Eso sí, por las garantías dadas a los países emergentes, parece muy complicado que estas amenazas se conviertan en decisiones este mismo año.
"Ha sido la victoria del sentido común", afirmó Merkel cuando se le preguntó sobre las dificultades para alcanzar un acuerdo. ONG como Intermon Oxfam recordaron que el dinero que se evade a paraísos fiscales desde países en desarrollo es mayor que el monto total de la ayuda al desarrollo que reciben. Y la delegación francesa no dejó de recordar que más del 60% de los fondos especulativos operan desde estas plazas financieras.
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