El paro supera los cuatro millones

La cifra descartada una y otra vez por el Gobierno cobró ayer realidad. España supera ya los cuatro millones de parados, el máximo nivel desde que existen registros de desempleo. La cifra ha sorprendido incluso a los expertos que contaban con alcanzarla, pero no tan rápido. En un nuevo ejercicio de voluntarismo del Ejecutivo, la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, se aventuró a negar que se pueda llegar a cinco millones de desempleados, aunque concedió que los últimos datos "son malos".

La tasa escala al 17,3% con el mayor repunte trimestral registrado nunca
Ya hay más de un millón de hogares con todos sus miembros en paro

Casi dos millones de personas (1,8) se han incorporado al desempleo en el último año, según la Encuesta de Población Activa (EPA) referente al primer trimestre de 2009. Eso significa que prácticamente la mitad de todo el paro actual se ha generado en 12 meses. Al contrario de lo que ocurría anteriormente, el grueso de ese colectivo proviene de la destrucción de empleo. "Ha sido intensísima. Esperábamos menos caída de la ocupación y más crecimiento de la población activa", explica Marta Romero, directora del Servicio de Estudios de Agett, la patronal de las grandes empresas de trabajo temporal. Son en total 1,3 millones de personas expulsadas del mercado de trabajo desde marzo del año pasado.

El momento de mayor crudeza se ha producido entre los meses de enero y marzo. La tasa de paro ha escalado 3,45 puntos respecto al cierre de 2008, hasta situarse en el 17,36% de la población activa. Se trata del mayor salto experimentado en un solo trimestre en toda la serie histórica, que arranca en 1976. Tras años de intensa reducción del nivel de desempleo, este indicador vuelve a niveles del año 1998.

El agravamiento del paro ha sido tan brusco que la tasa de marzo supera incluso el pronóstico del Banco de España para todo el año, considerado hace sólo unos días desolador. El organismo supervisor auguraba una tasa del 17,1% para el conjunto del año. De seguir así, el desempleo pronto rozará el nivel que vaticina el Fondo Monetario Internacional (FMI): un 17,7%.

El ritmo al que avanza el desempleo obliga a reformular continuamente las previsiones y deja muy obsoletas las últimas que remitió el Gobierno a Bruselas el pasado mes de enero. Entonces se creía que la tasa de paro no superaría el 15,9% en el conjunto del año.

Lo que empezó circunscribiéndose al sector de la construcción y sus aledaños ha acabado contagiando a toda la economía, hasta el punto de que el sector servicios, que aporta un 60% de la riqueza, es el que más empleo destruye en el último trimestre. "Se está produciendo un cambio de comportamiento. En la construcción no queda ya mucho más recorrido de destrucción de empleo, mientras que en los servicios, sí", argumenta Sara Baliña, experta de Analistas Financieros Internacionales. Pese a todo, con la perspectiva del último año, la construcción sigue liderando la pérdida de puestos, con casi 700.000 menos. Le sigue la industria, con 413.000, y en tercer lugar se sitúan los servicios, con 180.000 empleos que se ha cobrado la crisis.

Ese comportamiento sectorial propicia un giro importante en la perspectiva de género. Desde mediados de 2008, el número de hombres en paro supera al de mujeres, una circunstancia que no se producía desde 1996 y que obedece principalmente a que la construcción, el sector más tocado por la crisis, emplea sobre todo a hombres. Los datos del arranque del año ahondan en esa brecha, con 2,2 millones de hombres frente a 1,8 millones de mujeres sin ocupación. Con todo, la tasa de paro femenina (18%) sigue superando a la masculina (16,8%), pues hay más hombres que mujeres en busca de trabajo.

Los datos de la EPA, el mejor termómetro del mercado laboral español, apuntalan la idea de que el crecimiento del desempleo se centra en la población española. De los casi dos millones de nuevos parados, poco más de medio millón son extranjeros. La mitad de este colectivo se incorpora al paro por primera vez, sin haber sido despedido de ningún empleo anterior. Eso significa que aún siguen entrando extranjeros en España en busca de ocupación, aunque a un ritmo muy inferior al de otros trimestres. "Al crecimiento de la población activa [la que se declara dispuesta a trabajar] le cuesta moderarse; este hecho no ocurría en otras crisis económicas", cuando no había inmigración, subraya Sara Baliña. Con todo, las expertas consultadas creen que el avance de este colectivo seguirá moderándose en los próximos trimestres.

La cara más amarga de los datos del paro corresponde al número de hogares donde no trabaja nadie. Son ya más de un millón las familias que tienen a todos sus miembros en paro, el doble que hace un año. Este dato sólo recoge los hogares donde hay al menos un miembro en edad de trabajar (mayor de 16 años) y dispuesto a hacerlo. No incluye, por tanto, a hogares compuestos sólo de jubilados, estudiantes o cualquier otro colectivo retirado del mercado de trabajo.

El único efecto positivo -aunque indeseado- de la destrucción de empleo es la caída de la temporalidad. La proporción de asalariados que trabajan con un contrato eventual se sitúa ahora en el 25,41%, 2,5 puntos menos que en el trimestre anterior. Se trata de la tasa más baja desde 1989 y relega la temporalidad -hasta hace poco más de un año, el principal problema del mercado laboral español- a un segundo plano.

Resulta llamativo que el empleo indefinido, al menos el saldo, no se haya visto perjudicado por la crisis. La creación de puestos fijos se ha mantenido con leves ganancias tanto en el último trimestre como en el año. Eso indica que el grueso del ajuste se está produciendo en los contratos temporales, más fáciles de eliminar para las empresas porque no necesitan justificación ni tienen apenas coste.

Con la crudeza de los datos conocidos ayer, la duda reside en si se habrá tocado suelo o aún cabe esperar encuestas más negativas. Las analistas consultadas creen que a partir de la segunda mitad del año los datos resultarán algo menos adversos, aunque se siga destruyendo empleo. "Tiene que haber un suelo", confía la experta de Analistas Financieros Internacionales. Marta Romero, de Agett, cree que la próxima EPA, la del segundo trimestre, "puede ser peor" que la actual.

El Gobierno se equivocó en sus pronósticos

- José Luis Rodríguez Zapatero. En el debate de su investidura (8 de abril de 2008) a Mariano Rajoy, PP: "Aunque tengamos por delante un incremento de la tasa de desempleo, estaremos en niveles mucho mejores que cuando llegamos al Gobierno [11,2%]". En la sesión de control del Congreso (18 de diciembre de 2008): "Será en marzo, en abril, cuando tengamos un ritmo intenso de actuaciones de obras públicas que, sin duda alguna, van a generar empleo en un volumen muy estimable".

- Pedro Solbes. El ministro de Economía y vicepresidente económico hasta el pasado 7 de abril, en una entrevista a EL PAÍS (18 de enero): "Nos situaremos entre los tres millones y medio de parados y los cuatro millones, pero sin llegar a cuatro".

- Celestino Corbacho. El ministro de Trabajo, en la sesión de control del Congreso de los Diputados (el pasado miércoles) a un diputado del PP: "Aquí los únicos que crean alarmismo, los únicos que crean incertidumbre y los únicos que no se ajustan a la realidad son ustedes. En estos momentos acaba de dar por amortizado 4.000.000 de parados. Todavía no hemos llegado, señor diputado. Parece que tiene usted una especie de inquietud y prisa por que se llegue". En declaraciones a RNE (8 de enero): "No llegaremos a los cuatro millones de ninguna de las maneras; nos quedaremos muy por debajo".

- Elena Salgado. La ministra de Economía y vicepresidenta económica (ayer, al conocer los datos de la EPA): "No llegaremos a los cinco millones de parados".

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