El desempleo masivo debería llevarse por delante a las columnas vertebrales del sistema capitalista


SOCIALISTO O BARBARIE

InSurGente (Jorge López Ave).-
La crisis económica del capitalismo patrio ha traído un pérdida de empleo desgarradora. Cada minuto seis nuevos trabajadores engrosan las listas del paro, con lo que eso conlleva de caída del consumo, morosidad en el pago de las hipotecas, pobreza, desesperación y tristeza. De momento, la frustración y el miedo del pueblo no tiene traducción directa en la crítica de la clase política y el sindicalismo amarillento y paniaguado. Los dos partidos que sustentan el sistema (PP y PSOE) siguen sumando el 80% de los votos según los sondeos, aunque la abstención puede convertirse en un “voto de castigo” en las próximas elecciones europeas. Pese a sus mínimas diferencias en política económica, la gran mayoría sigue creyéndose el juego que más le interesa al régimen, esto es, o uno u otro, u otro o uno; si usted es conservador vote al PP y si es de “progresista” vote al PSOE y sus aliados; y de este modo, el sistema capitalista respira tranquilo. La crisis debería llevarse por delante esta falsedad, la dicotomía socialismo o barbarie ya no es un eslogan, es una necesidad; y en la barbarie está el bipartidismo encarnado en los dos mendas de la imagen.


El Periódico (Xavier Segura)/insurgente.-

El continuo goteo de datos y previsiones adversas en la economía internacional y nacional de los últimos meses y la mayor sensibilidad del mercado laboral español ante el impacto de la crisis nos había llevado a la mayoría de analistas a esperar con especial atención --y preocupación-- los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del 2009, un año que todo apunta a que será muy largo. Estos datos, efectivamente, han confirmado nuestros temores --incluso los han superado-- de que la recesión en España se ha intensificado fuertemente en los inicios del 2009. Si partimos de octubre del 2008, la reducción del empleo afecta a 1,26 millones de personas.

TAMBIÉN HAYQUE leer la letra menuda: mientras la industria y la construcción mantienen ritmos de destrucción de empleo similares a los del último trimestre del 2008, los servicios muestran una caída mucho más acelerada. El descenso de 455.000 empleados en este sector representa bastante más (un 59%) de la mitad del descenso total de ocupados en el mismo periodo (766.000), mientras que en el trimestre anterior --octubre-diciembre del 2008--, los servicios solamente suponían una cuarta parte de la pérdida de empleo. Y, dentro de ese sector, la caída del empleo en el comercio, en el transporte y en la hostelería (282.000 personas entre los tres subsectores) explica más de un 60% de la destrucción de empleo en servicios en el primer trimestre del 2009, en contraste con su peso del 40% en el total. En el caso de la hostelería, sin embargo, habría que tener en cuenta que en el 2009 la Semana Santa ha tenido lugar en abril y no en marzo, como el año pasado.


Por lo demás, no deja de ser llamativo que, en este contexto tan generalizado de destrucción de empleo, la agricultura presente un saldo positivo, hasta marzo, con 34.000 nuevos ocupados, cifra modesta en relación con el tamaño del mercado laboral, pero cuya evolución convendrá ir siguiendo por si indica una posible tendencia significativa de retorno a un sector que en los periodos expansivos tiende a la reducción.

ESTAMOS ANTE unos datos claramente negativos de nuestro mercado de trabajo, pero antes de dramatizarlos en exceso convienen algunas reflexiones. La primera es relacionar la recesión con periodos anteriores: entre enero de 1991 y septiembre de 1992 se perdieron 503.000 empleos, mientras que entre septiembre del 2007 hasta hoy el paro ha afectado a 1,42 millones de personas. Sin embargo, conviene verlo también en términos relativos: la caída del empleo ha sido similar, acumulando un descenso del 6% en el primer caso y el 6,9% en el actual. La razón: en 1991 había 13,1 millones de ocupados, y en el máximo del ciclo que ahora decae se alcanzaron los 20,5 millones.


La segunda cuestión es entender por qué el ajuste del empleo en España es muy superior al de otros países de la UE. Habría que señalar --con independencia del debate sobre el menor grado de flexibilidad del mercado laboral español, donde el ajuste se hace eliminando puestos de trabajo más que reduciendo salarios-- el especial protagonismo que ha tenido el sector de la construcción en el aumento del empleo en la reciente fase expansiva, dada su elevada intensidad de mano de obra en un contexto de fuerte incremento de la producción inmobiliaria. En 1997, el empleo en el sector era el 9,8% del total; en el 2007, el 13,3% (2,7 millones de personas). Con el cambio de ciclo inmobiliario en el 2007, la construcción se convirtió en el primer sector en destruir empleo, unos 700.000, y su peso regresó al 10'4% de los ocupados. O sea, el que tenía antes del boom.


Otra cuestión relevante es la relación entre estos datos del primer trimestre de la EPA y el ciclo actual. Por un lado, a tenor de las previsiones, que no anticipan un crecimiento positivo de la economía española hasta la segunda mitad del 2010, no cabe esperar que el mercado laboral español vuelva a crear empleo en el 2009. Sin embargo, hay una compensación: es previsible que, a la luz de los estímulos fiscales y monetarios puestos en marcha en los últimos meses y el estado tan avanzado del ajuste de la construcción, el periodo entre octubre del 2008 y marzo del 2009 quede como el más negativo de la recesión en curso.

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