El sistema financiero español afronta unas pérdidas de 100.000 millones

(Libertad Digital) ¿A qué se enfrenta la banca española? El rescate pública de Caja Castilla-La Mancha ha levantado la liebre. Se abre la veda. El sistema financiero español no es inmune a la crisis bancaria internacional. La elevada exposición del sector al pinchazo de la burbuja inmobiliaria sitúa en una posición muy delicada, sobre todo, a las cajas de ahorros españolas.
El crédito concedido a los promotores se ha multiplicado por 12 en apenas 15 años, en pleno boom de la vivienda. De este modo, la exposición de los bancos y las cajas de ahorro españolas a la crisis inmobiliaria alcanzó el 60% de sus créditos en 2007. De hecho, las cajas son las más expuestas, con más del 70% de sus créditos concentrado en el ladrillo, frente al 50% de los bancos.
En concreto, tal y como desvela El Informe Recarte 2009, cuya primera edición ya se ha agotado, el sector promotor debe a la banca alrededor de 315.444 millones de euros. En la actualidad, la banca trata de refinanciar a las grandes inmobiliarias para no contabilizar estos créditos como morosos y evitar así tener que aumentar provisiones. Sin embargo, las pequeñas promotoras representan probablemente más del 50% del total de préstamos concedidos al sector.
Mientras, los fondos propios (capital) del conjunto de entidades financieras que operan en España alcanza en total 175.000 millones de euros, al tiempo que su financiación a largo plazo suma otros 50.000 millones. Éste es, precisamente, el colchón que "tiene la banca española para soportar la actual crisis", explica Alberto Recarte.
Llegados a este punto, la clave radica en saber qué volumen de activos resultará finalmente impagado. En este sentido, El Informe Recarte 2009 indica que no es imposible que los créditos en mora alcancen el 13% del total del activo (créditos), unos 240.000 millones, si la parálisis de ventas inmobiliarias continúa un par de años más.

Pérdidas de 100.000 millones de euros
Aunque resulta difícil hacer predicciones al respecto, es posible que algo menos del 30% de los créditos concedidos a los promotores puedan entrar en mora, lo que equivaldría a 95.000 millones de euros, añade la obra. Unos activos inmobiliarios que, en todo caso tienen un valor. Aunque, eso sí, muy inferior al valor de tasación que se les asignó en el momento de la concesión del préstamo. En este sentido, tales activos "quizá" valgan entre un 60-70% si se trata de viviendas y sólo un 20-30% si se trata de suelo urbano.
En este caso, "si con el paso del tiempo, tras tres, cuatro o seis años, la banca consiguiera vender las viviendas que se haya adjudicado por la ejecución de las garantías hipotecarias en un 70% de su valor crediticio y también suelo, aunque recuperando sólo un 20% del valor que se les atribuyó en su momento para otorgar créditos, podemos estar hablando de pérdidas totales de alrededor de 40.000 millones en la liquidación de las viviendas y de más de 50.000 millones en las ventas finales de suelo adjudicado. En total, alrededor de 100.000 millones de euros", avanza la obra.
Unas pérdidas que el sistema financiero español podría distribuirse a lo largo de cinco o seis años. En este sentido, cabe destacar la fortaleza y "situación privilegiada" de los grandes bancos españoles, tales como Santander, BBVA, La Caixa y Caja Madrid, con capacidad suficiente para recapitalizarse en caso de ser necesario.
Situación distinta es la de las cajas medianas y pequeñas. Por ello, según El Informe Recarte 2009, "parece difícil que sobreviva, en su forma actual, el sistema de cajas de ahorro, lo que puede ser una buena noticia si se logra convencer al legislador de que esa forma jurídica ha quedado obsoleta por más que haya funcionado bien hasta ahora".
Otros expertos económicos coinciden igualmente en el diagnóstico que expresa El Informe Recarte 2009, a la venta en las principales librerías de España desde la pasada semana. Así, el catedrático de Economía de la Universidad de Columbia (USA) Xavier Sala Martín ha vaticinado que dentro de unos meses, cuando a miles de personas se les acaben las prestaciones por desempleo, comenzará una "avalancha" de hipotecas impagadas que van a generar un "agujero muy grande" en el sistema financiero,  equivalente como mínimo al 10% del PIB (unos 100.000 millones de euros).

Es un "error" subsidiar a la construcción
Sala Martín ha señalado, en su intervención durante unas recientes jornadas en ForoBurgos, que la economía española tiene una excesiva dependencia de los sectores inmobiliarios y turístico y ha calificado de error que desde las administraciones públicas se pretenda subsidiar al sector de la construcción.
En este sentido, ha precisado que el 19% del crecimiento español dependía hasta ahora del sector de la construcción cuando lo normal, en su opinión, es que este porcentaje se situé en el 4%, lo que equivaldrá a que muchas empresas del sector tendrán que desaparecer. Otro de los problemas de España, según el experto, es su elevado déficit exterior, consecuencia de que se consume mucho más de lo que se produce. Como fórmulas para la salida de la crisis ha apostado por el aumento de la productividad, de la competitividad y de la innovación y ha calificado de "error" tratar de fomentar la demanda sin aumentar antes la productividad.
Por su parte Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacional (AFI), ha alertado en su intervención de que la tasa de desempleo en España se situará a finales de año en el 19%, y ello provocará que la morosidad alcance el 9% en 2009, tal y como avanzó LD el pasado noviembre. Para Ontiveros, el "objetivo prioritario" es reducir "el impacto de la recesión más severa de la historia" y apostar por un nuevo patrón de crecimiento basado en el conocimiento, el capital tecnológico y la competitividad.
Por su parte, Juan José Toribio, director de IESE en Madrid, ha insistido en la necesidad de reformas estructurales en el mercado de trabajo, a su juicio demasiado rígido, y en un "pacto nacional" para afrontar la crisis. Los tres expertos han criticado también el sistema educativo español, que no fomenta la mentalidad empresarial hasta el punto de que, según Sala Martín, el 71% de las ideas innovadoras proceden de los propios trabajadores.

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