Jubilación, digna y justa



En el juego del frontón la pelota, maciza ella, cuando es lanzada sobre la pared frontal o con más picardía sobre la de la izquierda para que vaya a la de enfrente los jugadores se anticipan a su dirección y hacen tanto o en su defecto fallan. Pero al final, no deja de ser un juego. Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando las medidas económicas del gobierno del PP son lanzadas contra la ciudadanía más vulnerable. Además, de la confusión e incertidumbre, es difícil de acertar su dirección y rebotan no contra una pared, sino contra el bienestar de las personas afectadas provocando ansiedad y miedo al mañana. Es lo que está ocurriendo con las pensiones que por penúltima vez están sobre la mesa.

Por José Manuel Barreal San Martín*

Motivos para que las pensiones coticen a la baja en las familias hay muchos, pero el principal es, a decir de expertos economistas, que los presupuestos públicos se están reduciendo como consecuencia del vaciamiento de las arcas públicas por el dinero entregado, en su día, para el rescate de la cuenta de los bancos, dinero que como ya sabemos no será recuperado. Esta financiación se traslada automáticamente al gasto público, siendo la consecuencia, entre otras, la reducción de las partidas presupuestarias y las prestaciones, de tal manera que así provoca el control por parte del sistema financiero de las pensiones que son ofertadas por la banca privada.

Es lo que siempre busca y quiere el sistema actual económico: acabar lapidando el modelo público y de paso meter el miedo en el cuerpo para privatizar el sistema de pensiones. Qué son sino los sistemas mixtos de pensiones que el Pacto de Toledo contempla que en palabras del economista Juan torres “es una expresión paradigmática del camino más tortuoso de privatización atenuada, progresiva o implícita que se ha seguido en muchos países en donde existe un cierto equilibrio de poder y, al mismo tiempo, grandes dificultades para afrontar rotundamente los costes sociales de todo tipo que conlleva la privatización explícita del sistema público de pensiones”.

La “revalorización” de las pensiones a partir del 1 de enero de este año, dejará el siguiente panorama: un pensionista de más de 65 años con cónyuge a su cargo, con una pensión de 784,9 euros mensuales pasará a percibir 786,86; es decir, unos 1,9 € al mes, una auténtica miseria. Pero a parte de esta mísera subida, las pensiones van a ver rebajado su poder adquisitivo, hagamos nuestras cuentas y veremos cómo nuestro poder adquisitivo disminuye en un % elevado, en torno al 18%. Los sindicatos mayoritarios, han pedido al Gobierno, que revalorice las pensiones en un 1,2% para este año, de acuerdo con las previsiones de inflación. Pero el gobierno se niega, con la inestimable ayuda de Ciudadanos.

Por tal motivo cientos de personas jubiladas emprendieron diversas marchas desde diferentes punto de España que confluyendo en Madrid le exigieron al gobierno que las pensiones no deben perder poder adquisitivo y además las prestaciones deben subir , como recuerda la economista Miren Etxezarreta, ” al menos mientras se siga gastando dinero en cosas manifiestamente prescindibles. Mientras veamos que un jubilado no oye, no ve, no puede masticar o desplazarse por falta de cobertura de la Seguridad Social o del Estado, algo no marcha bien. En la lista de cosas a las que se tiene derecho debe figurar la educación y la salud sin restricciones para el que lo necesite, pero también las pensiones dignas para las que se ha cotizado, y subvenciones justas para los temas mencionados que hoy no se cubren (…) porque lo primero siempre debe ser la dignidad de las personas tengan la edad que tengan. No queremos que España sea un país dependiente de Cáritas, no queremos caridad, queremos derechos”.

El sistema público de pensiones se asienta sobre el pilar básico de la solidaridad entre territorios y entre generaciones, para que todas las personas nos sintamos por igual, siendo partícipes del sistema. Sin embargo, esa solidaridad la rompe el voraz sistema capitalista, haciendo temer a los trabajadores y trabajadoras por la pensión del futuro, en especial a los y las jóvenes.

Hay preguntas que nos hacemos muchas personas y que no son, ni serán respondidas, así: ¿Por qué el concepto de déficit se aplica a las pensiones y no se aplica por ejemplo al ejército, a la casa del rey, a las subvenciones a la iglesia católica, a la enseñanza privada religiosa…? En fin, ¿Qué pensiones quedarán dentro de 40 años, o tal vez primero, mucho primero?

| elcomunista.net

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