Las divergencias internas de la MUD, obstinadamente negadas por sus asesores, tuvo su máxima, y seguramente definitiva expresión cuando cuatro de sus cinco gobernadores resolvieron juramentarse.
Decisión oportuna y lógica, pues si ya habían reconocido la convocatoria de la ANC y del CNE, ¿por qué empeñarse en desconocer la ANC? Había una razón más práctica, ir a las municipales con cuatro gobernadores no es lo mismo que hacerlo sin ese importante apoyo, y debemos añadir la razón más decisiva: persistir en no juramentarse es “trancar el juego” (Claudio Fermín dixit), y arriesgarse a que los inhabiliten, que llamen a nuevas elecciones y no solo pierdan esos estados ganados en buena lid, sino que podrían pasar al GPP, a AD o al UNT.
Es el panorama que se le presenta a Juan Pablo Guanipa en el Zulia por su terca posición. Lo más extraño es el cambio de posición de Ramos Allup, (¿presionado por las redes sociales y los extremistas?) que primero los dejó en libertad de tomar la decisión de juramentarse o no y después que la toman (según consulta a sus electores), los amenaza con la autoexclusión. ¿Quién lo entiende?
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