El presidente Nicolás Maduro habló ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y el país, y anunció las leyes y medidas para enfrentar la situación de guerra devenida en crisis económica. Las expectativas ante sus palabras eran grandes debido a la necesidad de respuestas ante una situación económica de sostenido deterioro enmarcadas dentro del ataque dirigido por los Estados Unidos y acompañado por la derecha local.
Lo anunciado deja varios elementos positivos en lo inmediato y en perspectiva. En primer lugar, la decisión de no recular ante la arremetida estadounidense y de sus aliados. En ese sentido son centrales las medidas de convocar a los bonistas a renegociar en un escenario en que los Estados Unidos buscan llevarnos al default, así como la de buscar alternativas al dólar con una bolsa que se abrirá con monedas de países aliados, como Rusia y China, en esta batalla asimétrica contra el imperialismo.
En segundo lugar, resulta clave la decisión de incorporar al pueblo organizado en la fiscalización de la economía, en particular los Clap y consejos comunales. Sin protagonismo de la gente no habrá resolución del problema de la especulación de los precios. Así lo hemos dicho y lo venimos ensayando desde hace tiempo: no podemos ser pasivos, debemos tener, como organización de la gente, movimientos sociales, una tarea activa. Como tal nos ponemos a la disposición para acompañar el proceso.
En tercer lugar, vemos positivo la voluntad presidencial de ir contra la corrupción y el saboteo interno. En las semanas pasadas se han visto medidas en esa dirección, por ejemplo, en Pdvsa. Sin ese combate difícilmente podrán desarrollarse los planes de producción que necesitamos, lograr acuerdos con el sector privado que no se transformen en cajas para beneficios personales, por ejemplo. Luchar contra la corrupción, a la que proponemos declarar como delito de lesa patria, debe ser un eje central.
Sabemos que existe una distancia entre lo que se anuncia y la ejecución de esas medidas. En particular porque, como ha subrayado el mismo presidente, existen sectores burocráticos, saboteadores, que desde dentro del Estado atentan contra la resolución de la guerra en favor de la resolución y de los más humildes. Será necesario lograr convertir las leyes y medidas en realidades, evitar que caigan en manos de quienes ya ha demostrado su incapacidad y falta de voluntad para llevar a buen puerto tareas centrales del proceso.
Por eso creemos que es necesario darle todo el peso a la ANC, al poder constituyente, a los más de 500 constituyentes que hasta el momento, en su mayoría, no han tomado la palabra pública. Sabemos la necesidad de centralizar decisiones debido al momento de crisis que enfrentamos, pero también creemos que el modelo para la ANC debe ser el de abrir debates nacionales, en los territorios, con la gente de a pie. En el salón están reunidos dirigentes de base, con legitimidad y arraigo popular, nuevos liderazgos que pueden imprimirle una nueva fuerza a la revolución y a las tareas que deben llevarse delante de aquí en más.
Las leyes y medidas no serán una solución mágica para enfrentar la crisis diaria que enfrentamos la gente de a pie: tal solución no existe. Lograr frenar los precios, tema central sin el cual muchas de las demás medidas perderán fuerza rápidamente, demandará una voluntad política real de la dirección, tanto para ejercer las sanciones necesarias como para incorporar al poder popular al ejercicio de la fiscalización, y demandará a su vez una voluntad del poder popular de asumir el papel que debe cumplir en este momento histórico.
Estamos en un momento de doble desafío: defender la soberanía, la patria, y frenar el deterioro económico para avanzar en el proceso de cambios. Es tiempo de unidad, de no ceder al imperialismo ni a los sectores burocráticos, tiempo de construir las respuestas colectivas a la urgencia histórica.
Coordinación Nacional de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora
| Resumen Latinoamericano
0 Comentarios
DEJA UN COMENTARIO