A mí también me resultaba increíble, pero a fuerza de escuchar a gente que siempre ha votado a la derecha me he acabado convenciendo de que una parte del electorado tradicional del PP, apoya en estos momentos a Podemos. Y se trata de una parte muy concreta, pequeña y bien informada, que suele estar al tanto de datos que a los demás se nos escapan.
No vengo aquí con la pretensión de contar un secreto ni nada parecido: simplemente voy a repetir lo que me dicen y que cada cual juzgue según su criterio.
A lo que parece, los datos reales de la economía española son mucho peores de lo que nos cuentan. Zapatero empezó a falsificar el PIB en su día y Rajoy siguió contando mentiras hasta el punto de que nuestro PIB real es hoy entre un quince y un veinte por ciento menor del oficial. Hay muchas maneras de calcularlo, pero el simple hecho de que nuestro PIB sea hoy igual que el de los tiempos en que trabajaba un millón más de personas y se consumía el doble de cemento, más electricidad y más diésel deja claro que algo pasa con la cifra. Y no es que de pronto nos hayamos convertido en una economía orientada al I+D. Y no es que de pronto, si nos comparamos con otros países parecidos al nuestro hayamos experimentado una eclosión de eficiencia: es que el dato es mentira.
Así las cosas, nuestra deuda no es del 100% del PIB, sino mucho más alta. Andamos por el 120%.
Así las cosas, el desempleo no ha disminuido lo que dicen, porque aunque ha aumentado el número de trabajadores ha disminuido el número total de horas trabajadas, y cambiar un empleado a tiempo completo por dos a tiempo parcial no significa tener menos desempleo.
Y lo mismo sucede con las cotizaciones a la Seguridad Social: hay más cotizantes que hace un par de años, pero menos recaudación. ¿Por qué? Porque la gente cotiza por su salario, y esos salarios no han hecho sino menguar, dañando el poder adquisitivo de los trabajadores, y por tanto la demanda.
¿Y cómo lleva eso a que una parte de la derecha apoye a Podemos? Pues no es difícil, según ellos: porque si en estos momentos, cuando el estacazo es inevitable, gobierna la derecha, es muy probable que en las próximas elecciones se lleve la mayoría absoluta, sin discusión, alguna fuerza izquierdista, legitimada para entrar con el hacha y la guillotina. Pero si ahora se come el gran estacazo un partido de izquierdas, gobernando en estado de debilidad, perderá toda legitimidad moral y la gente vinculará la catástrofe a la izquierda, borrándolos del mapa en el siguiente ciclo económico y electoral.
O sea, que cuando sabes que vas a hundirte, lo mejor que puedes desear es que hagan capitán del barco a tu enemigo.
Y esto, para los que saben lo que hay en la bodega, empieza a oler a Titánic.
-fraudefiscal.es
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