El lunes 9 de mayo se celebra el día de Europa, conmemorando la lectura de la Declaración Schuman, que cinco años después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial sentó buena parte de las bases de lo que más tarde sería la Unión Europea.
Hoy vivimos la peor crisis de personas desplazadas de los últimos setenta años. Ésta es una crisis de humanidad y de solidaridad. Una barbarie provocada por una sucesión de conflictos armados, guerras e injerencias externas que amenazan con degenerar aún más si no se toman medidas urgentes. Es también la constatación de un modelo fallido de gestión migratoria y de una Europa vergonzante, muy alejada de sus valores fundacionales y de la ciudadanía a la que representa, que ve cómo personas que huyen de esos conflictos, de la pobreza y del hambre, se agolpan en sus fronteras en campos embarrados y mueren en sus costas a miles ante la pasividad de nuestros representantes políticos.
Hay más de 60 millones de personas refugiadas en el mundo. Europa, una vez modelo de defensa de los Derechos Humanos y del Ciudadano/a, se comprometió en septiembre de 2015 a acoger únicamente a 120.000 de ellas, sólo un 0,2% del total mundial. A España, gracias a la total pasividad del gobierno del Sr. Rajoy, sólo han llegado 18 personas de las apenas 17.000 que nos corresponden de ese vergonzante cupo.
Acuerdo de la Vergüenza
«Frente a la voluntad de la ciudadanía europea, que ha mostrado de manera mayoritaria e inequívoca su voluntad de ayudar a las personas refugiadas que llegan a nuestras fronteras, la Unión Europea ha firmado con Turquía un acuerdo que permite su expulsión sin mayor dilación a un país acusado de vulnerar los Derechos Humanos, y sin importar su edad, su nacionalidad, sus circunstancias personales o el motivo que les ha obligado huir de su país. El acuerdo es inmoral y también ilegal, su aplicación práctica vulnera la normativa europea e internacional, y supone un riesgo para la vida de miles de personas refugiadas.
En este 9 de mayo, en que celebramos la Europa que queremos y denunciamos la que nos quieren imponer, instamos a las instituciones europeas, españolas y cántabras a que muestren su más firme rechazo al Acuerdo UE-Turquía para que se cumpla con la legalidad internacional en materia de asilo y refugio, y se garantice el respeto a los Derechos Humanos en nuestras fronteras y la protección de las personas, en especial de las más vulnerables.
Demandamos, también desde Cantabria, que se tomen todas las medidas necesarias, cada institución dentro de sus competencias, para la atención de las personas refugiadas; se refuercen los sistemas de acogida; se trabaje conjuntamente con las organizaciones sociales; se recuperen los fondos de cooperación al desarrollo y los programas de atención a la población de origen extranjero para luchar contra discursos racistas y xenófobos; se ponga a disposición de las personas refugiadas el acceso a recursos sanitarios, de refuerzo escolar y de integración; se forme al personal de las administraciones públicas; se actúe sobre los problemas de origen; y se revise en profundidad la política migratoria y exterior europea. »
-latercerainformación.es
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