Tan solo un 4% del electorado ha reclamado su derecho al voto, lo que supondrá la tasa de abstención más alta de la democracia, constatando así la tendencia de las anteriores elecciones generales de 2011.
Para las próximas Elecciones Europeas que tendrán lugar el próximo 25 de Mayo, solamente se han aceptado 70.972 ruegos de un total de 1,72 millones de censados, según ha admitido la Oficina del Censo Electoral a fecha 5 de mayo. Esto supone que, como máximo, un irrisorio 4,2% del electorado exterior ejercerá su derecho al voto, suponiendo que las papeletas lleguen a su destino a tiempo. Previsiblemente, se alcanzará la tasa de participación más baja de la historia de nuestra reciente democracia, un claro indicador de que algo está fallando estrepitosamente en el sistema de voto desde el exterior.
Además, el proceso electoral para los emigrantes españoles se encuentra totalmente paralizado, debido a la impugnación de una candidatura. Ésta incidencia electoral tiene repercusión directa en los plazos de voto de los residentes en el exterior. A día de hoy, la documentación electoral no tiene fecha de envío desde España, pero los electores sí que tienen como fecha límite el 20 de mayo para enviar su voto por correo certificado al Consulado. Esta nueva restricción en los plazos de voto impedirá que ejerzan su derecho especialmente aquellos emigrantes que se encuentren más lejos, por los retrasos en los envíos y recepción por correo de las papeletas.
No obstante, esta situación se repite: en las elecciones generales de 2011 un 45% de los votos aceptados no se pudieron efectuar por este tipo de problemas. Dado que dos tercios del electorado español en el exterior residen en América, cabe esperar una participación efectiva muy inferior al 4,2% de los emigrantes que han logrado ’rogar ’ a tiempo su voto.
Desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica 2/2011 del 28 de Enero por la que se modificaba el Régimen Electoral General (LOREG) introduciendo el ‘voto rogado’, la participación electoral de los ciudadanos españoles en el exterior ha descendido dramáticamente. Los trámites que tienen que llevar a cabo los residentes en el extranjero para demostrar de antemano su deseo expreso de votar, los plazos muy reducidos para ‘rogar’ el voto, la presencialidad en el Consulado para efectuar el ruego de los residentes temporales y los problemas en los envíos y en los reembolsos del pago del voto ponen en entredicho la legitimidad y la calidad democrática de nuestro sistema político y hace incluso sospechar de los objetivos de aquella reforma, que nosotros llamamos del ‘voto robado’.
A estos impedimentos, hay que sumar que la inscripción en el Registro Consular –requisito indispensable para (intentar) votar– conlleva la baja automática de la Sanidad Pública en España, puesto que se pierde la condición de “residente en España” (el llamado padrón), y con ello, la pérdida de la cobertura sanitaria en el extranjero.
Por todo ello, Marea Granate exige:
La derogación del voto rogado que en la práctica convierte el derecho al sufragio universal en censitario, una medida claramente inconstitucional.
La implementación de un sistema de voto electrónico para facilitar la participación de los residentes ausentes y temporales, semejante al sistema que se utiliza en Suiza.
La creación de una circunscripción exterior para elegir a los representantes de los residentes en el extranjero, como ya ocurre en Italia o Francia.
La simplificación del proceso de voto por correo, habilitando períodos más amplios que los actuales.
Información clara y concisa sobre el proceso de voto desde el exterior por parte de la Administración.
Desde ayer Marea Granate lanza la campaña de denuncia a través de Change.org hacia el Ministerio del Interior, organo de la Administracion competente para la organización de los procesos electorales.
Fuente: tercerainformación
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