El golpe permanente. Una recomendación

El Viejo Topo, esa vieja e imprescindible revista que sigue siendo tan necesaria para todos y todas, ha publicado en su número de mayo (¡el 316 nada menos!) un dossier dedicado a la Venezuela bolivariana. Incluso el título es acertado: “Venezuela: el golpe permanente”, a la misma altura en el acierto que la fotografía de portada.

Se recogen en el dossier los siguientes artículos (todos giran, directa o indirectamente, en torno a la situación): la presentación de Miguel Riera, el director de la revista (De modo que, concluye, “tenemos golpe para rato. Golpe que, creemos, una y otra vez fracasará. Que así sea”). “De Ucrania a Venezuela: mercenarios y golpistas”, de Higinio Polo (“De Ucrania y Venezuela, los mercenarios preparan recursos y arsenales, y el Departamento de Estado mueve piezas sobre el tablero”). “El mismo golpismo de siempre” de Gonzalo Ramírez (“El gobierno bolivariano ha actuado y sigue actuando en función de la paz… la violencia sistemática ha sido generada por grupos de la ultraderecha”). “Manual de guerra mediática” de Eduardo Luque (“Decía Eduardo Galeano que siempre debemos tener presente que la mentira está organizada porque hay una estrategia imperialista y la verdad es dispersa porque carece de una estrategia común antiimperialista”). “La violencia del capitalismo rentístico y el fascismo como cuerpo canceroso” de Emiliano Teran Mantovani (“El fascismo intenta aprovechar el tejido de violencia del capitalismo rentístico para fascistizar a las masas”). “Prioridad de la respuesta bolivariana ante el plan insurreccional del imperio” de Víctor Ríos.

Me detengo brevemente en este último escrito. No de pierdan sus primeros compases, excelentes en mi opinión. Para el activista y pensador internacionalista Víctor Ríos son tres las prioridades básicas e inmediatas de la revolución bolivariana:

  1. La defensa de la soberanía nacional amenazada. Hay que situar “en un primer plano la defensa de la soberanía nacional para derrotar la insurgencia armada imperial y fascista”.
  2. La economía. “Se trata ni más ni menos que de impulsar las políticas económicas que permitan superar desequilibrios y asentar un modelo económico productivo y diversificado que avance en la dirección prevista por el plan de la Patria. Un modelo de transición al socialismo en el marco de la constitución bolivariana, la mayor asignatura pendiente del proceso revolucionario bolivariano, para sumarse así a los logros sociales y políticos ya conquistados.”
  3. El poder popular: “continuar, extender y profundizar el avance emprendido por la senda del desarrollo del poder popular: los consejos comunales, las comunas, el reimpulso de las Misiones, la transformación activa de las estructuras y el funcionamiento del sector público estatal…”

Las palabras con las que el infatigable luchador Víctor Ríos, discípulo y amigo de Manuel Sacristán y Francisco Fernández Buey y siempre transitando por su misma senda, finaliza su artículo están a la altura de todo el desarrollo y resumen magníficamente una de las preocupaciones (y tareas) centrales de todo proyecto emancipador:

“Pensar la transición al socialismo en las condiciones históricas actuales, aprendiendo de las experiencias anteriores sin calco ni copia y teniendo en cuenta las correlaciones de fuerzas en el plano nacional, latinoamericano y mundial, no es sin embargo un reto exclusivo del PSUV”. No, ni mucho menos. Ni incluso tampoco es tarea en exclusiva del pueblo venezolano revolucionario y bolivariano añade VR que “ha hecho suyo el legado de Chávez”. Es tarea de todos “los que llegamos a la misma conclusión que Hugo Chávez planteó tras reflexionar sobre su propia experiencia vivida: no hay tercera vía entre la barbarie civilizatoria del capitalismo actual y un futuro socialista como construcción colectiva para hacer posible una humanidad justa y libre en un planeta habitable. De ahí la necesidad y la urgencia de abordar ese reto en el pensamiento y la acción, y enlazarlo con las prioridades inmediatas”.

“Para hacer posible una humanidad justa y libre en un planeta habitable…” son palabras que recuerden el editorial del primer número de mientras tanto de finales de los setenta. Tan verdadero y certero como entonces, en la mejor tradición de los movimientos emancipadores, de los movimientos de liberación de todos los pueblos del mundo. Que así sea.

Lean, pues, si les parece y, si están de acuerdo, practiquen el boca a boca… o el e-mail generalizado con criterio.

¡Viva la revolución bolivariana! No pasarán… por supuesto

Salvador López Arnal es nieto del obrero cenetista oscense asesinado en el Camp de Bota de Barcelona en mayo de 1939 –delito: “rebelión”- José Arnal Cerezuela.

Fuente: rebelión.org

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