“Ahora estamos amenazados por vecinos” denunció la periodista de
oposición, Milagros Socorro y se confesó “paralizada ante el hecho” de
que sus “propios vecinos hubieran devenido” en sus “verdugos”.
La periodista y escritora venezolana, Milagros Socorro, escribió un
artículo de opinión para narrar una experiencia que vivió junto a la
hija de Simón Díaz, Bettsimar Díaz, a la que denominó “secuestro” por
parte de “sus propios vecinos” guarimberos,
que con barricadas impiden
el paso vehicular y peatonal como forma de protesta generalizada en
sectores de clase media alta. “Si queríamos trasponer el seto, había que
pedirle permiso a los nuevos dueños de las calles”, fueron sus
palabras.
El artículo en cuestión, titulado “Nuestros propios
vecinos”, y publicado en la página web de la que Socorro es directora,
CodigoVenezuela, da cuenta de cómo estas dos mujeres, figuras públicas
que intentan ir a dar una vuelta en su vecindario, se enfrentan a estos
vecinos llenos de ira que las violentan con empujones, insultos, bulla
ensordecedora y hasta amenazan con palos por pensar diferente acerca de
este transgresor método de protesta. “Perras”, “sucias”, “váyanse de
Venezuela”, “vendidas”, fueron algunos de los insultos reseñados por la
indignada mujer.
"Cuando llegué al lugar, ya Bettsimar estaba allí. Con la firmeza que la
caracteriza estaba increpando a los hombres que estaban haciendo la
guarimba. “Si tú tienes derecho a cerrar mi calle, yo lo tengo a
abrirla”, les decía mirándolos a los ojos y sin el más mínimo rastro de
temor.", expresa sobre el enfrentamiento entre la hija del Tio Simón y los guarimberos.
“Yo
no te voy a pedir permiso a ti, que pretendes secuestrarme. Tú no
tienes derecho a hacer esto. Ni aquí en ninguna parte. Pero lo haces
aquí, porque sabes que no corres ningún riesgo (…) ¿Por qué no lo vas a
hacer en el 23 de enero, si eres tan valiente? ¡Cobarde! Eso es lo que
son, cobardes”, va contando la escritora lo que su compañera les gritaba
a sus vecinos guarimberos.
Anadió que "una mujer hacía sonar una especie de trompeta muy cerca de Bettsimar.
Uno de los héroes cogió un palo y empezó a blandirlo delante de mi
amiga".
Por su parte, esta periodista se confiesa “paralizada
ante la circunstancia, muy dolorosa, de que nuestros propios vecinos
hubieran devenido en nuestros verdugos”. Y hasta confesó que un joven
que “quiso grabar a los guarimberos con su celular” luego fue
vilipendiado y robado.
Contradictoriamente, el artículo se llama,
“nuestros propios vecinos”, pero la periodista, Premio Nacional de
Periodismo, termina sus ideas, señalando a estos guarimberos como
“infiltrados” e “hijos de Chávez”. Aunque en su narrativa describe como
“empezaron a bajar vecinos de los edificios. También vinieron corriendo
empleados de establecimientos cercanos e incluso el dueño de cierto café
con toldo, todos a rodearnos y a vociferar”.
“Ahora estamos
amenazados por vecinos” fue la conclusión de la periodista opositora que
luego reconoció que estos venezolanos y venezolanas que están en contra
de la violencia, no tienen “apoyo” de sus líderes que no supieron “dar
lineamientos para una protesta creativa, efectiva y que no acarree más
violencia”.
(LaIguana.TV)
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