El sistema eléctrico de Venezuela depende de la energía hidráulica del embalse de Guri, en la cuenca del Orinoco, que produce «el 70 u 80% de la electricidad del país». Esa fuerza es al mismo tiempo su debilidad: si algún fenómeno meteorológico reduce la capacidad del embalse, el país se resiente. Por ello, desde los apagones que se produjeron en 2008, el Gobierno trató de diversificar el parque eléctrico. Y ahí apareció Alejandro Betancourt, un joven empresario formado en Estados Unidos, con su compañía Derwick Associates, dedicada a la generación de energía.
Esta empresa se adjudicó en 2009 la construcción de cinco plantas termoeléctricas alrededor de la ciudad de Caracas. Unas centrales que fueron decisivas para restaurar el servicio eléctrico de la capital en un tiempo razonable (entre 30 y 50 minutos) en los apagones que tuvieron lugar hace semanas.
—¿Cómo surge la idea de crear la compañía en Venezuela con la incertidumbre política que hay?
—Yo me gradué en EE.UU. y empiezo a trabajar en una empresa que tiene la representación en Venezuela de Kawasaky Heavy Industries, la división de Kawasaki que vendía turbinas eléctricas. Ahí empieza mi formación eléctrica. Nos va muy bien y después de un tiempo decido crear mi propia empresa. Adoro mi país, me ha dado todo lo que soy y lo mínimo es que yo le dé todo lo que tengo.
—¿Cuál es su impacto en el sector eléctrico venezolano?
—Nuestra empresa se ha especializado en el área de generación. Tenemos encomendadas las principales plantas del anillo de blindaje eléctrico de Caracas. Hubo un problema en Venezuela y Caracas fue la primera ciudad en recuperarse gracias a este blindaje. Eso es un gran logro de infraestructuras de generación eléctrica y es a lo que nos dedicamos. Ha sido un éxito.
—¿Qué planes tienen ahora?
—El centro tecnológico de turbinas, una apuesta innovadora para colocar Venezuela como un gran proveedor de tecnología de Iberoamérica. Queremos que una turbina de Brasil que necesite repararse vaya a un taller en la región, en vez de a Alemania o a EE.UU. Si eres del Mercosur o del Alba te sale mucho más barato.
—¿Están pensando invertir en España?
—España tiene centros tecnológicos, en el área de almacenamiento de energía y redes, muy importantes. El avance tecnológico de España en esos centros es abrumante. Queremos invertir en esa tecnología y llevarla a países como Venezuela.
—¿Cómo ve la economía venezolana y qué haría para mejorarla? Se dice que el Gobierno va a subir el precio de los carburantes.
—Yo te puedo decir dos cosas. La producción petrolera es determinante. Si sube la producción, como se está intentando, subirá el ingreso de divisas al país. En cuanto al aumento sobre la gasolina, Venezuela tiene el subsidio sobre la gasolina más grande del mundo. Tiene todo el sentido que se busque un precio razonable.
—¿La polarización política del país le ha causado problemas?
—Si se critica a un empresario que quiere ayudar a construir el país es algo con lo que hay que vivir. Nosotros apostamos por la construcción del país y la conciliación de todos.
—La percepción es que hay poco diálogo con el inversor privado.
-Si entiendes Venezuela y sus «venezolanidades», es un país que tiene mucho potencial. Hay oportunidades para todos los venezolanos.
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