China y Rusia pongan sus barbas en remojo

El plan del imperialismo de cambiar el mapa político del Medio Oriente, para por esa vía llegar a China y Rusia, está dando los resultados y se sustentará si cae Siria, tal y como pareciera que va a ocurrir a la luz del últimos acontecimientos, donde es obvio está de por medio la mano de Occidente, que ahora a una sola voz clama por la intervención internacional en la maltratada nación árabe, donde el terrorismo imperial ha martirizado a ese pueblo a extremos escalofriantes.
El imperialismo herido en su corazón, por la rebelión de su patio trasero en el Continente americano, busca a toda costa tomar oxigeno para fortalecer sus tentáculos coloniales, para lo cual cuenta ahora con Europa, como su patio trasero y el sicario en el medio Oriente, Israel con sus aliados lacayos que en esta primera década del segundo milenio han jugado un importante papel en la desestabilización del mundo árabe.
Fue el gobierno sirio, quien solicitó a la Organización de las Naciones Unidas, una investigación profunda e imparcial, ante las denuncias de uso de armas químicas en la guerra civil que sacude a ese país, gracias a la criminal injerencia de los poderes imperiales de Norteamérica y sus aliados europeos. Justo cuando se instalaban los observadores de la ONU, en Damasco, un dantesco ataque con gases mortíferos en las adyacencias de la capital de Siria, deja una cifra indescriptible de víctimas, de acuerdo a los diferentes partes de la ONGs, que abundan en todos los escenarios de guerra en los últimos años, donde los corresponsales de guerra del Siglo XX han desaparecido.
Las preguntas lógicas son: ¿Pudo el gobierno del presidente Bashard Al Assad, utilizar armas químicas contra su pueblo, justo cuando está recibiendo a la delegación de la ONU, que va a realizar la investigación que oficialmente solicitó al foro mundial? ¿ A quien favorece y a quien perjudica este atentado terrorista?
¿Porque el vocero de la ONU, sale en los medios internacionales, ignorando la solicitud hecha por Siria para investigar los rumores de presencia de armas químicas en la guerra civil, que afronta el país y le hace coro a la Unión Europea y a la Casa Blanca, exigiendo de inmediato una investigación y una respuesta al instante por parte del gobierno sirio?
¿Como es que de inmediato en Washington, unas decenas de manifestantes entre ellos bebés, exhiben carteles exigiendo el fin del ataque químico en Siria y esta réplica se da en Europa, con los mismos carteles y mensajes escritos y enviados a través de mensajería de texto, para que una supuesta activista juvenil, los lea en público? En esas mismas “manifestaciones” solicitan de inmediato la intervención de Estados Unidos. Exigen al “Salvador” Barack Hussein Obama, que haga algo por ese pobre pueblo, que acabe con el Reeegimen de Bashar.
No hay duda que fue un tinglado montado, donde sus autores no se cuidaron ni la forma y hasta el más ingenuo y neófito en asuntos de la geopolítica internacional, se da cuenta que se trata de una provocación para culpar al gobierno sirio y justificar la intervención, el saqueo y la matanza tal y como lo hicieron en Irak y Libia. Tal parece que la mesa está servida para la gran hazaña.
Una vez liquidado el obstáculo que para los planes imperiales representa Siria, el próximo objetivo es Irán, para lo cual tienen lista la provocación montada con el gobierno nazi sionista de Israel, que no es otra cosa que el sicario imperial en la región. Seguramente ya el gobierno israelí tiene preparado el ataque preventivo contra la nación islámica, para que se produzca la lógica reacción y entonces caerle en patota a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que podría significar o el estallido de la tercera guerra mundial, con resultados impredecibles para la humanidad o la estocada final por parte del imperio al Medio Oriente, para abrir el camino hacía la conspiración contra sus rivales en el mundo de la economía, la industria y poder militar, como lo son China y la Federación Rusa.



El imperio con sus lacayos se encargaría de provocar guerras civiles dentro de ambas potencias, para lo cual se aprovecharía de las divergencias religiosas que subyacen tanto en China como en la Federación Rusa, en busca de neutralizar y dividir en micro repúblicas a sus reales contendores en la geopolítica mundial y concretar su proyecto de dominio global y de esa manera poder sustentar su maléfico modelo consumista, a costa de explotación mundial de los recursos naturales sin miramiento alguno, hasta que el planeta resista.
En otras palabras estaríamos presenciando la muerte del planeta y ocaso de la raza humana. Por eso es de suprema importancia para la humanidad que China y Rusia, como miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, paren esta entente contra Siria o de lo contrario pongan sus barbas en remojo.
Periodista*
CNP 2414 cd2620@gmail.com

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