La persistente crisis de la Eurozona ha obligado a los países miembros a tomar medidas para contener el déficit, muchas de las cuales han eliminado o recortado los servicios y protecciones propias del Estado de bienestar.
Grecia, el foco de la crisis, pagará caro los dos rescates que ha recibido. Las pensiones han bajado un 24% y, aunque el Gobierno heleno lo descarta, lo más seguro es que sigan bajando, al igual que el gasto en Sanidad y Educación.
Sin alcanzar estos niveles de dramatismo, la situación de los otros dos países rescatados, Portugal e Irlanda, no deja de ser grave: Lisboa deberá acometer duras reformas en todas las carteras y despedir a decenas de miles de funcionarios. Por su parte, Dublín ha seguido el mismo camino en materia de pensiones, reduciéndolas un 10%, además de aplicar fuertes subidas de impuestos.
Pero los países que han recibido el salvamento económico de la UE no son los únicos que se ven obligados a podar las prestaciones del Edén social europeo. Italia, España e incluso Francia han tenido que afrontar ajustes complicados de explicar.
El caso de España quizá sea el más preocupante entre los Estados no rescatados: entre otras medidas, ha vetado a los inmigrantes el disfrute de la sanidad pública, ha recortado en materia educativa y ha incrementado el IRPF y el IVA.
Fuente: Hispantv
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