El analista Roger Bootle en The Telgraph, le da otra vuelta de tuerca a la actual situación en Grecia, y se pregunta, ¿qué sucedería si el país heleno tuviera éxito en su salida del euro? Veamos, porque la respuesta es sorprendente.
Puede ocurrir de forma voluntaria, pero tanto los ciudadanos griegos como sus políticos, se aferran a la idea de que pueden poner fin a la austeridad y aún así permanecer en el euro.
Para lograr eso, un nuevo gobierno intentará poner en evidencia a la zona euro. En este momento, los otros miembros de la eurozona se enfrentan a una difícil elección. Sin duda, habrá voces en favor de proporcionar el dinero a Grecia, cumplan los compromisos o no. Esta podría ser la posición de Francia. Pero si la zona euro cede en esto, ¿qué posibilidades habría de mantener las dolorosas medidas de austeridad, ya no sólo en Grecia sino también en Portugal, España, Italia e Irlanda? Los países del norte se enfrentan a la posibilidad de invertir dinero en un pozo sin fondo.
En consecuencia, es probable en mi opinión, que el mensaje sea el siguiente: "Es su elección: queremos que se queden en el euro (que no es cierto pero hay que decirlo), pero no pueden hacerlo en sus propios términos."
Si los griegos no ceden, entonces se quedarán fuera. Porque si no reciben el dinero, no es que simplemente no puedan cumplir con sus obligaciones de deuda (es decir, entrarán en suspensión de pagos), sino que no serían capaces de cumplir con sus obligaciones de pago de salarios, ni de las pensiones. Por otra parte, si sus bancos no pueden obtener financiación del BCE, entonces su sistema bancario se enfrentaría a una implosión. En ese momento, la única salida sería la de pasar a un sistema en el que pueden recibir financiación de su propio banco central - en otras palabras, salir del euro.
¿Entonces qué? Esperaría que se realizaran serios esfuerzos para mantener unido el resto de la zona euro. Los cortafuegos se extenderán, los mecanismos de rescate se incrementarían; se alcanzarían fuertes compromisos en este sentido. Ni siquiera me sorprendería ver a Alemania de acuerdo con algunos de los deseos de François Hollande. Durante un tiempo, la crisis del euro podría disminuir, con los mercados decidiendo si los miembros restantes podrían formar un bloque sólido. Y podrían hacerlo. Pero lo dudo.
Aquellos que no hace mucho tiempo insistieron en que ningún país podría abandonar el euro, ahora están diciendo, por supuesto, Grecia puede hacerlo, y si lo hace, esto no tendría ningún impacto en la permanencia de los otros países. Yo creo que están equivocados - de nuevo.
Mucho dependerá de lo que suceda en Grecia. Inicialmente, sería un completo desastre. Y es posible que desencadenara en el caos y la ruina económica, tal vez acompañada por la hiperinflación. Después de todo, algunos países ya lo han hecho. Me viene a la mente Zimbabwe. Si eso sucediera, la opinión de los defensores de la austeridad se vería reforzada. En los países de la periferia habría un temor generalizado de que si no se aplican con rigor estas medidas, podrían "terminar como Grecia". Serviría como el ogro de la zona del euro, que se utiliza para asustar a los países para que se traguen la desagradable medicina.
Sin embargo, cuando se está entre la espada y la pared, la respuesta puede ser sorprendente. El gran peligro para el resto de la eurozona no es que Grecia sufra un profundo desastre con su independencia monetaria, sino que tenga éxito. Para que esto suceda, no es necesario que la vida en las proximidades de la plaza Syntagma se convierta en un juego de niños, sino que sólo tiene que ser mejor que la actual situación de colapso económico sin posibilidad de alivio.
Supongamos que en un año o menos de la salida, la economía griega empieza a recuperarse. ¿Cómo entonces los gobiernos de Portugal, España, Irlanda e Italia, podrán convencer a su electorado de que no hay alternativa a que la austeridad se extienda hasta el día del juicio final? El juego se acabaría.
Es más, los mercados lo sabrían. Los depósitos bancarios huirían de esos países para finalizar en los bancos alemanes, a través del Bundesbank, reciclando los atribulados bancos de la periferia. En el proceso, Alemania y los otros países del norte podrían terminar asumiendo el riesgo de todo el sistema bancario de la Europa periférica.
Creo que mucho antes de esa etapa, ya sea el BCE o los alemanes dirían "basta". En ese momento, con el riesgo de un colapso bancario, los países periféricos no tendrían otra opción para financiar a sus bancos que la emisión de su propio dinero - es decir, salir de la zona euro.
Fuente: La Carta de la Bolsa -
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