Hace pocos días, el pasado miércoles 4 de abril, se cumplieron cuarenta y cinco años del memorable sermón del Reverendo Martin Luther King Jr. (MLK) en la Iglesia de Riverside, en Nueva York . Exactamente un año después, en 1968, sería asesinado en la ciudad estadounidense de Memphis.
Se trata del valiente y apasionado discurso en el MLK soltó aquella frase: "llega un momento en que el silencio es traición". Denunció con vehemencia la guerra de Vietnam "y el incremento… de tropas en apoyo de gobiernos que eran singularmente corruptos, ineptos y sin apoyo popular. Mientras tanto, la gente leía nuestros panfletos y recibían promesas constantes de paz y democracia, y reforma agraria. Ahora languidecen bajo nuestras bombas y nos consideran… su enemigo real".
Afirmó también: "Durante los últimos diez años hemos visto surgir un patrón de supresión que ahora ha justificado la presencia de 'asesores' militares estadounidenses en Venezuela. La necesidad de mantener la estabilidad social para nuestras inversiones explica la acción contrarrevolucionaria de las fuerzas estadounidenses en Guatemala. Nos dice por qué los helicópteros estadounidenses se están empleando contra la guerrilla en Colombia y por qué el napalm estadounidense y las fuerzas de boinas verdes ya han estado activos contra rebeldes en Perú. Con tal actividad en mente, las palabras de John F. Kennedy regresan para espantarnos. Hace cinco años dijo: 'Quienes hacen imposible la revolución pacífica harán inevitable la revolución violenta'. Cada vez más, por decisión o por accidente, éste es el papel que ha asumido nuestra nación, al rehusar ceder los privilegios y placeres que resultan de las ganancias inmensas de la inversión en el exterior".
Se refirió a la pobreza de espíritu de un Estados Unidos dominado por el "racismo, el materialismo extremo y el militarismo", y planteó la necesidad de "realizar una revolución radical de valores", para construir una sociedad en la que "las máquinas y las computadoras, las ganancias y los derechos de propiedad" no fueran "considerados más importantes que la gente".
Y esto es apenas una pequeñísima muestra de las cosas que planteó MLK aquel día.
Todo lo anterior viene a cuento, además, por las palabras que pronunciara el alcalde Antonio Ledezma el 29 de marzo pasado, con motivo de la juramentación del autodenominado Comando Tricolor Metropolitano .
Dijo Ledezma: "sí tenemos un camino y ese es el que vamos a seguir… teniendo como guía espiritual a Henrique Capriles Radonski, un camino para predicar, un camino para dejar un mensaje, no un camino para sembrar abrojos, sino… donde nosotros podamos irradiar la luz de la esperanza, la vida no es la vida que llevamos hoy, la vida son los sueños, la vida es la esperanza misma, y por eso, así como Martin Luther King empinado dijo viendo a nuevos horizontes que tenía un sueño… aquí en Venezuela está Henrique Capriles Radonski, con su mensaje de esperanza, un mensaje para todos, éste es el camino ancho como el horizonte de Venezuela".
El extracto, por insólito que parezca, es todavía "modesto". Porque Ledezma no se limitó a equiparar al gobernador Capriles con un hombre de la talla de MLK. Además, lo comparó con Winston Churchill, con Mahatma Gandhi… ¡con la Madre Teresa de Calcuta!
Este empeño de la clase política antichavista por reclamar la herencia de líderes, estadistas o "guías espirituales", no es nuevo. No se trata simplemente, por cierto, y como puede verse, del intento desesperado y patético que, durante las últimas semanas, ha hecho el gobernador Capriles por parecerse a Chávez y el chavismo .
En el caso concreto de MLK, una organización ultra-neoliberal, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad, Cedice , con vínculos estrechísimos con la oligarquía, centros académicos privados y la clase política antichavista, tiene un tiempo intentándolo.
Por tomar un ejemplo cualquiera, en la página web de Cedice puede leerse un artículo escrito por un tal Gustavo Coronel, titulado: " Martin Luther King: un sueño para Venezuela ". Dice cosas como ésta: si MLK "hubiese sido un venezolano viviendo en la Venezuela de 2011, nos diría... Tengo el sueño que (sic) todos los venezolanos nos convertiremos en ciudadanos, no en pasivos seguidores de falsos profetas".
Es decir, este señor utiliza a MLK, que ha criticado abiertamente el intervencionismo militar estadounidense en Venezuela, la criminal política exterior de su gobierno, su apoyo a dictaduras, el materialismo extremo y el racismo, y lo convierte en un vulgar antichavista, que ni siquiera reconoce la ciudadanía del pueblo chavista. Convierte a un gigante en un enano que se arrastra ante el "gigante de las siete leguas", como diría Martí.
El problema no es, como le gusta repetir al gobernador Capriles, que los chavistas estamos "obsesionados" con el pasado. La clase política que Capriles representa, la que ya nos traicionó permitiendo la injerencia estadounidense, recurre todo el tiempo al pasado, pero falseándolo grotescamente. Porque se juega su destino en la tarea de mostrarse como todo lo contrario de lo que es: qué "guía espiritual" ni qué nada. Aquí lo que está en juego es la construcción de una sociedad donde "las ganancias y los derechos de propiedad" de unos pocos no estén por encima del pueblo. Y eso sólo lo encarna Chávez.
Cuestiones que vale la pena recordar ahora que están por cumplirse diez años del golpe de Estado de abril de 2002, cuando quisieron silenciar la voluntad popular, lo que Capriles y los suyos ni siquiera tienen el coraje de reconocer. Contra los traidores, y como lo hiciera MLK aquel 4 de abril de 1967, el pueblo venezolano habló. Y mientras haya revolución, tendrán que seguir escuchándonos.
Fuente: Rebelion.
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