El Líder Supremo de la República Islámica de Irán, el Ayatola Seyed Ali Jamenei, ha declarado que la prueba más evidente de la inutilidad de los esfuerzos de los enemigos de Irán (EE.UU. y sus aliados), es el poder y los progresos del país, así como la ineficacia de las sanciones y presiones económicas impuestas a la nación persa por las potencias arrogantes durante más de treinta años.
En una reunión mantenida con los jefes de los tres poderes del país, el Líder Supremo se ha referido a los esfuerzos realizados por los enemigos a la hora de presionar económicamente a la nación persa y ha afirmado que, pese a las medidas tomadas por éstos, los funcionarios y jóvenes iraníes, gracias a su fe, voluntad e inteligencia, emplearán todo su talento para hacerlos fracasar.
El Ayatola Jamenei ha declarado que durante más de tres décadas, en reiteradas ocasiones, se ha formado un frente integrado por arrogantes, capitalistas y corruptos contra el sistema islámico, sin lograr nunca alcanzar sus nefastos objetivos.
En este sentido, el Líder iraní ha subrayado que una de las principales razones del fracaso de los imperialistas y opositores a Irán ha sido la unidad y la armonía nacionales.
El Guía de Irán ha sostenido que la cooperación y la armonía existentes entre el Parlamento y el Estado es un requisito indispensable para apoyar la producción nacional y hacer frente a los esfuerzos de las potencias arrogantes.
Dirigiéndose a los poderes Legislativo y Ejecutivo, el Líder Supremo ha señalado que hoy en día en todos los sectores en el país se necesita del esfuerzo, movilidad e innovación, objetivos que requieren de la consulta y unidad de los funcionarios, en especial de aquellos que integran el Parlamento y el Gobierno.
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