- Baviera invertirá 500.000 euros en una edición comentada
- ¿Bastará con unos comentarios para contrarrestar la fascinación que ejerce?
"Cierta vez, al caminar por los barrios del centro, me vi de súbito frente a un hombre de largo caftán y de rizos negros. ¿Será un judío?, fue mi primer pensamiento. Los judíos en Linz no tenían ciertamente esa apariencia. Observé al hombre sigilosamente y a medida que me fijaba en su extraña fisonomía, estudiándola rasgo por rasgo, fue transformándose en mi menta la primera pregunta en otra inmediata. ¿Será también un alemán?". Así describió Hitler su primer y ya racista contacto con un ciudadano alemán judío, el principio de una particular percepción sobre 'el asunto judío' que le llevó a la conclusión de que la raza entera debía ser eliminada, un pensamiento que además quiso llevar a la práctica. Y estuvo a punto de conseguirlo.
Con la misma retórica envolvente explica Hitler en 'Mein Kampf' la racionalidad de la decisión de anexionar Austria, de dominar Europa y de lograr para el pueblo alemán, entendido este como unidad racial, un espacio vital en el que desarrollarse como clase superior y predestinada a prevalecer sobre el resto del mundo. Hasta ahora, estos planteamientos eran alejados de las mentes jóvenes en Alemania y los colegios se dedicaban, en cambio, a proyectar las imágenes de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, los esqueletos vivientes tras las alambradas, las montañas de huesudos cadáveres y las chimeneas de los hornos crematorios todavía humeantes.
Pero en 2015 caducan los derechos de autor que custodia el estado de Baviera y el libro podrá editarse libremente, por lo que el ministro de Finanzas bávaro Markus Söder, considera que "lo más indicado es publicarlo nosotros mismos en una edición convenientemente comentada y gratuita, que sea distribuida en los colegios y que evite que sean otros los que capitalicen la edición del libro de Hitler".
El proyecto ha sido encargado al Instituto de Historia Contemporánea y cuenta con el apoyo del Consejo Judío Central de Alemania, según nos confirma el presidente de la entidad, Dieter Graumann. "Creo que es una buena contribución de responsabilidad respecto al texto y creo además que el Estado Libre de Baviera merece todo nuestro apoyo", dice. Pero son muchos los pedagogos que se oponen a esta iniciativa del estado que fue la cuna del nacionalsocialismo.
Klaus Wenzel, presidente de la Federación de Maestras y Maestros de Baviera advierte que la publicación "puede fortalecer al partido neonazi alemán, NPD".
"Mein Kampf no tiene nada que hacer en las escuelas", explica. "Sería mejor que los escolares estudiaran biografías de maestras y maestros judíos perseguidos y asesinados por los nazis para que supieran lo que vivieron esas personas, lo que les hizo el régimen de Hitler. Esto me parece que tiene mucho más sentido que distribuir un escrito de agitación en las escuelas. Porque en definitiva Mein Kampf no es otra cosa que un escrito de agitación", subraya.
Tras la guerra, los derechos de 'Mi lucha' y de otros textos de propaganda nazis recayeron a partir de 1955 en el Estado federado de Baviera, que desde entonces ha evitado cualquier intento de reimpresión en Alemania. Como los derechos de autor quedan libres 60 años después, el texto publicado con tirajes de millones de ejemplares bajo la dictadura nazi quedará de nuevo a disposición de los editores a partir de 2015.
El tiraje proyectado de la publicación no ha sido dado a conocer, pero se prevé que también sea editada una versión comentada en inglés, un e-book y un audiolibro, lo que convierte la edición en todo un proyecto multimedia. El ministro Söder se propone además apoyar la publicación de una edición comentada de los discursos partidarios de Hitler para comparar sus textos propagandísticos con sus posteriores alocuciones y ha entablado negociaciones con editoriales y libreros para que se abstengan de comercializar otras ediciones que no sean esta, con la esperanza de monopolizar su difusión.
"La realidad, sin embargo, es que el libro estará a disposición de editores del mundo entero y el hecho de llevarlo a los colegios no ayudará en nada a poner puertas al monte", se queja el señor Wagner, director de un colegio de Berlín. Pero la decisión está tomada. "El estado tiene una responsabilidad sobre el libro incluso después de caducar los derechos de autor", insiste Söder, confiando en que las próximas generaciones de alemanes sean capaces de tomar distancia sobre el texto .
Fuente: elmundo.es
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