En una de esas comunicaciones, el 30 de septiembre de 2007, Torres pregunta al duque por su “experiencia” en unos seminarios sobre urbanismo en Filadelfia y le informa de que Perelló le tiene “un buen rato al teléfono cada día” para que intensifique sus contactos con las Administraciones públicas de la Comunidad Valenciana. Al día siguiente, Urdangarin le contesta desde Washington: “Tengo un mensaje de parte del Rey y es que le ha comentado a Cristina, para que me lo diga, que le llamará Camps a Pedro para comentarle el tema de la base del Prada. Y que en principio no habrá problema y que nos ayudarán a tenerla”, dice Urdangarin en alusión a las instalaciones necesarias en el puerto de Valencia para amarrar el futuro barco del proyecto Ayre.
En ese mismo correo electrónico, Urdangarin informa a Torres de que “alguna cosita para la fundación puede haber” y lamenta que la página web de la entidad no esté en inglés. “Le daría más el toque de internacional”, dice el duque, quien añade que Agustín Zulueta, responsable de la tripulación del Desafío Español —el equipo que participó en la Copa del América de 2007—, “le ha pedido a Cristina tomar un café para explicarle un tema que no puede contarle por teléfono”. “Misterio, pero parecía como serio e importante”, argumenta.
Los correos sobre el ambicioso proyecto de la vela, que el abogado de Torres, Manuel González Peeters, puso ayer en manos del juez, se remontan al 9 de agosto de 2007. Urdangarin llega a revelar un supuesto encuentro entre don Juan Carlos y Perelló. “Hemos conseguido que el Rey se viera con Pedro para presentarle el proyecto. La reunión fue muy bien y aparte de parecerle bien armado ha ofrecido toda su ayuda para encontrar ayuda financiera”, le dice a Torres, a quien desea que “disfrute del crucero”.
Más tarde, el 20 de septiembre, el esposo de la infanta Cristina escribe un correo a Perelló que encabeza de nuevo con las presuntas gestiones del Monarca para que el proyecto llegase a buen puerto. “El Rey me comenta que un amigo suyo ha hecho la gestión que le pedimos a Miguel Fluxa”, en alusión al propietario y presidente del grupo Iberostar, Miguel Fluxá. “Por otro lado, le he transmitido [a Fluxá] la buena sintonía con BBVA y que le iba a dar un empujón a Paco González”, explica Urdangarin a Perelló.
Los correos también revelan ciertas diferencias en relación con la presencia (fallida) de un segundo equipo español en la Copa del América. Zulueta afirma en una conversación de octubre de 2007 que se siente “más tranquilo” tras hablar con “Cristina” y confía en que Perelló “no siga enviando documentos sorpresa a nuestros patrocinadores”. El tono, pese a todo, es conciliador, ya que informa a Urdangarin de que “el Desafío Español no tiene nada en contra de que haya otro equipo español y, por supuesto, no tiene ningún derecho adquirido de ser el único”. Sí revela una “molestia por nuestra parte”.
Un correo remitido por otro de los imputados en el caso Nóos, Antonio Ballabriga —responsable del área corporativa del BBVA y amigo del duque—, viene a confirmar que Urdangarin siguió adelante con su actividad en Nóos y con los negocios con entidades públicas. Ello, a pesar de su renuncia formal en marzo de 2006 y después de que, el verano de ese año, el emisario del Rey, José Manuel Romero Moreno, le aconsejara desvincularse. “Tal y como hemos quedado, nos vemos este viernes a las 10 horas en Nóos para comentar las reuniones para el proyecto de Juegos Europeos”.
Tras la Copa del América de 2009
J. G. / A. M., Barcelona / PalmaLos regatistas mallorquines Pedro Perelló y Jorge Forteza idearon un proyecto para que España tuviese un segundo representante en la Copa del América de 2009 en Valencia. Querían un equipo capaz de competir por la victoria y, para ello, necesitaban reunir al menos 100 millones de euros. Pese a los esfuerzos, y pese a que el proyecto Ayre llegó a inscribirse como desafío ante la America’s Cup Management (ACM), el proyecto no prosperó.
En 2007, Perelló ganó, como patrón, la Copa del Rey de vela con un barco llamado Siemens en el que navegó la infanta Elena. Fue entonces cuando el regatista y armador trató de poner en marcha un gran equipo para participar en la Copa del América. Perelló nunca ocultó sus padrinos y afirmó que el proyecto contaba con la participación activa de Urdangarin (que iba a encargarse del área “social y cultural” del proyecto) y, además, con la bendición del Rey. El duque se retiró después del proyecto. Tres años más tarde, una empresa suya dedicada al “Mecenazgo deportivo” (Promorace, SL) fue condenada a pagar casi 34.000 euros por el abandono de un velero en las instalaciones del Real Club Náutico de Palma. La juez obligó a la empresa a “desalojar las instalaciones”.
Perelló formó pareja para ese proyecto con una persona que podía proporcionarle músculo económico, el empresario Jorge Forteza, dueño de la inmobiliaria Nova. Forteza es el “cuarto jugador” que participó en la partida de pádel que disputaron en el palacio de Marivent Urdangarin, el regatista y ex director general de Deportes Pepote Ballester y el expresidente de Baleares Jaume Matas, también imputado en el caso Nóos. Allí Urdangarin le planteó el patrocinio del equipo ciclista Illes Balears. Nóos compró dos apartamentos a Novaen Palma. Forteza, además, fue intermediario en la compraventa de terrenos del plan territorial de Mallorca, que fue investigado por la fiscalía.
El equipo BMW Oracle llevó la 33ª edición de la Copa del América a los tribunales, donde quedó paralizada más de año y medio y el proyecto acabó por desvanecerse.
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