El actual gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, será el abanderado de la derecha que se enfrentará el 7 de octubre con el actual mandatario nacional en los comicios por la Primera Magistratura.
Luego de los comicios internos realizados este domingo por la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Capriles se impuso con 1.806.868 de los 2.904.710 votos escrutados, que representan un 95% de la totalización, superando a los otros aspirantes conservadores Pablo Pérez, María Corina Machado, Diego Arria y Pablo Medina. Venezuela tiene más de 18 millones de votantes.
La jornada transcurrió en medio de denuncias provenientes de varios estados del país, que dieron cuenta de compras de sufragios en las inmediaciones de los centros de votación y rifas para ofrecer electrodomésticos o pagar hasta 200 bolívares a los electores que mostraran el voto de su boleta a través de fotos tomadas con sus celulares.
En las redes sociales circularon varias fotos de la “Gran Rifa por una Venezuela segura”, realizada este domingo por el comando de campaña del candidato Pablo Pérez, principal rival de Capriles dentro de las elecciones primarias que tuvieron lugar esta jornada.
Capriles, de 39 años, proviene de dos familias dueñas de emporios empresariales de medios de comunicación y el entretenimiento en Venezuela: Cadena Capriles y Cinex.
Se graduó de bachiller en Institutos Educacionales Asociados (IEA) en Caracas. Cursó estudios de Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello, donde obtuvo el título de abogado en 1994 y continuó la especialización en derecho económico en la misma casa de estudios hasta 1997.
Su carrera política inició en 1998, cuando se desempeñó como parlamentario por el partido conservador Copei en el Congreso de la República, donde se desempeñó como presidente de la cámara de diputados hasta la disolución de ese órgano, luego que el Ejecutivo llamara a una Asamblea Nacional Constituyente.
En su breve paso por el extinto Congreso, Capriles se declaró en contra de la actual Carta Magna de la República Bolivariana de Venezuela -aprobada por el pueblo- calificándola de “dictadura constitucional”.
Supuestamente, el nuevo texto consagraba a “tres tipos de ciudadanos: los civiles, los militares y los indígenas”.
Según Capriles, quien ese entonces se desempeñaba como presidente de la Cámara de Diputados del antiguo Congreso Nacional, la Constitución Bolivariana tenía “aspectos inviables” que afectaban “el normal desarrollo del país”.
En el 2000, con fondos obtenidos por tráfico de influencias en Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Capirles funda junto a Leopoldo López y Julio Borges, el partido político Primero Justicia (PJ), donde se desempeñó como coordinador nacional hasta 2008.
López, quien también se postuló a las primarias de la derecha pero después declinó en favor de Capriles, fue quien en el 2000 aprovechó sus nexos con Pdvsa para recibir una “donación” de 60 millones de bolívares para (PJ), autorizada por su propia madre, Antonieta Mendoza de López.
Ese mismo año, Capriles gana la Alcaldía del Municipio Baruta como candidato de Primero Justicia.
En 2002, el alcalde participa en el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez Frías y encabeza los actos vandálicos contra la embajada Cuba en Venezuela, así como la persecución a los seguidores y funcionarios del gobierno legítimo.
“Se van a tener que comer las alfombras”, fue la advertencia que gritaron entonces opositores fascistas alentados por Capriles para amenazar al personal diplomático cubano que se encontraba en la embajada. El entonces edil también mandó a destruir los vehículos y cortar el suministro de agua, gas y electricidad a la sede de la legación, lo que constituyó una flagrante violación al derecho internacional.
En 2004, Capriles se vuelve a lanzar en Baruta y gana las elecciones de la alcaldía. En 2008, emprende la campaña por la gobernación de Miranda con el apoyo de varios partidos ultraconservadores.
El 3 de mayo de 2011, el gobernador anuncia su intención de postularse como precandidato presidencial de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), aspiración que oficializó el 2 de noviembre con su inscripción ante la comisión electoral de la alianza de derecha, que implicó el pago de unos 250.000 dólares.
Estrategia electoral
La apuesta de Capriles a la candidatura de la oposición para las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre ha marchado sobre la propuesta de “sacar” al presidente Hugo Chávez de Miraflores, pero a la vez, desmarcándose de “la vieja forma de hacer política”, en alusión a los partidos AD y Copei, que apoyaron la precandidatura del zuliano Pablo Pérez, principal rival de Radonski en las primarias.
A la precandidatura de Capriles Radonski se sumaron algunos partidos que aseguran ser de izquierda, como el PPT, Podemos y Causa R, con los cuales el gobernador mirandino, de 39 años, intentó añadir a su candidatura una capa de “progresismo”, aunque a cambio de garantizar su apoyo a la continuidad, o el acceso al poder, de figuras como Henry Falcón en Lara, Ismael García en Caracas y Andrés Velázquez en Bolívar.
La “cara fresca” apuntó, como estrategia electoral, a permear en los sectores más jóvenes del país, mientras que la capa de “progresismo” hizo lo propio para conquistar votos en los sectores populares, en los que parece una desventaja su vinculación familiar con grupos de gran poder económico.
Tal vez por esas vinculaciones con el poder económico, Radonski ha guiñado con la idea de flexibilizar el control estatal sobre las empresas estratégicas, como Pdvsa, y de “hacer las pases” con las transnacionales que dominaban la industria petrolera venezolana antes de la llegada de Chávez.
Las encuestas lo divulgaron como el aspirante con más posibilidades de ganar, seguido de Pablo Pérez, y durante toda la campaña previa a las elecciones internas de la oposición, los medios de comunicación más identificados con factores de la derecha se mostraron inclinados por su candidatura.
Liderazgo versus maquinaria
Capriles aseguró en todo momento que las primarias de este domingo no se definirían por la capacidad de movilizar maquinarias, en referencia a la fama de AD sobre el tema y de la ventaja que podría proporcionar esa variable a Pablo Pérez, sino que los resultados obedecerían a los “liderazgos”, augurando así su propio triunfo.
El liderazgo que se atribuye él mismo ha sido opacado en diversas oportunidades por su actuación en el golpe de Estado ocurrido en abril de 2002, cuando estuvo a la cabeza del asalto a la embajada de Cuba y la detención arbitraria de Ramón Rodríguez Chacín, entonces ministro de Interior y Justicia.
No obstante los registros de aquella fecha, Henrique Capriles ha negado su participación en el golpe y se asume como perseguido político cuando relata que estuvo detenido cuatro meses, debido a una orden de captura que le dictó el fiscal Danilo Anderson, quien investigaba los hechos de abril de 2002 y resultó asesinado en noviembre de 2004.
(con información de AVN y Aporrea)
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