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Información para los Partidos Comunistas y Obreros del mundo, remitida por el Partido Comunista Obrero Húngaro.
El 1 de enero de 2012 entró en vigor una nueva constitución en Hungría. La prensa occidental ha publicado, en relación a este asunto, muchos materiales diciendo que lo que está pasando ahora en Hungría “conduce al empobrecimiento de la gente” y “amenaza la democracia y estrecha el lazo del gobierno sobre los medios y la judicatura a pesar de las críticas de Europa y los Estados Unidos”.
El 2 de enero tuvo lugar una gran manifestación ante la Ópera de Budapest. El recientemente creado movimiento Solidaridad, organizador oficial de la manifestación, tiene un par de docenas de miembros. Su dirigente es el antiguo presidente del sindicato del ejército y la policía, él mismo es un antiguo oficial del ejército entrenado, entre otros lugares, en uno de los institutos militares de los EEUU.
Detrás de la manifestación se puede encontrar al Partido Socialista Húngaro y a fuerzas liberales, así como a organizaciones “civiles” formadas por ellos. En esta manifestación no tomó parte ninguna organización civil que realmente luche contra la pobreza, por la protección de las familias, contra los desahucios, etc., u organizaciones estudiantiles tradicionales. Ninguno de los movimientos de trabajadores agrícolas, ni sindicatos, estuvo presente. Entre las consignas de la manifestación no había ninguna relativa al nuevo código de trabajo, ninguna protesta por la presión y la intervención del FMI. La reacción de los medios occidentales a estos acontecimientos surge de las mismas fuentes que anteriormente habían apoyado al anterior gobierno social-liberal y su política de austeridad.
¿Qué está pasando realmente en Hungría?
1. En abril de 2010 el conservador Fidesz – Unióin Cívica Húngara ganó las elecciones parlamentarias y sustituyó al anterior gobierno de fuerzas socialistas-liberales encabezado por el Partido Socialista Húngaro (MSZP).
Los partidos parlamentarios consideran las elecciones de 2010 como un punto de inflexión en la historia húngara. Fidesz declara que fue el “comienzo de una nueva revolución”. Los socialistas y sus aliados lo consideran como el “comienzo de la autocracia y la dictadura”.
2. El Partido Comunista Obrero Húngaro tiene la opinión de que el verdadero cambio histórico tuvo lugar no en 2010, sino en 1989-1990, cuando el socialismo fue destruido en Hungría. Se trató de una contrarrevolución capitalista. El poder de la clase obrera fue sustituido por el poder de las fuerzas capitalistas. Se privatizaron las fábricas de propiedad estatal, los bancos y las explotaciones agrarias colectivas. Hungría se unió a la OTAN en 1999 y entró en la UE en 2004. Se estabilizó el sistema capitalista basado en la economía privada y la democracia burguesa.
Lo que condujo al empobrecimiento general del pueblo húngaro fue el cambio del socialismo al capitalismo. Hungría tiene una población de 10 millones de habitantes. Un millón y medio de húngaros viven bajo el umbral de la pobreza, lo que significa que viven con unos ingresos inferiores a 200 euros al mes. Casi 4 millones viven con unos ingresos de 250 euros al mes. La cifra oficial de desempleados es de medio millón de personas, aunque en realidad hay alrededor de un millón de personas sin ninguna oportunidad de conseguir un trabajo.
La limitación de la democracia no comenzó en 2010, sino en 1989-1990. Las fuerzas políticas que luchamos contra el sistema capitalista, en primer lugar el Partido Comunista Obrero Húngaro, no tenemos acceso a los medios de comunicación públicos. La estrella roja, la hoz y el martillo – como “símbolos de tiranía” - fueron prohibidos en 1993. En 2007 toda la dirección del PCOH fue acusada de “difamación pública”. Las campañas anticomunistas se han sucedido independientemente de qué partido burgués estuviera en el poder.
3. La clase capitalista húngara tiene partidos diferentes para expresar sus intereses. Por una parte está la Fidesz – Unión Cívica Húngara, que expresa los intereses de la parte conservadora y nacionalista de la clase capitalista. Tradicionalmente, se orienta hacia Alemania.
Por otra parte están el Partido Socialista Húngaro y el Partido “La Política puede ser Diferente”, que representan a la parte liberal y socialdemócrata de la clase capitalista. Son cercanos a los Estados Unidos e Israel.
La lucha entre las dos partes de la clase capitalista húngara tiene profundas raíces históricas. Antes de 1989 había dos corrientes principales en el movimiento de oposición antisocialista, la conservadora nacionalista y la liberal. En 1990, el primer gobierno capitalista lo formaron los conservadores. Al mismo tiempo, los liberales aceptaron un acuerdo de cooperación a largo plazo con el Partido Socialista Húngaro, partido socialdemócrata de derecha. Muchos de sus dirigentes proceden del anterior período socialista pero cambiaron radicalmente su posición y muchos de ellos se convirtieron en ricos capitalistas.
Tras destruir el sistema socialista, las fuerzas capitalistas crearon una nueva estructura política que existió hasta 2010. Se basaba en los siguientes principios:
- Las fuerzas conservadoras nacionalistas y los liberales junto con los socialistas se rotarían en el poder.
- Ninguno de ellos tendría poder absoluto.
- Evitarían que cualquier fuerza anticapitalista entrase en el parlamento.
- Todos respetarían las obligaciones derivadas de la pertenencia a la OTAN y la UE, y no habría discusión sobre asuntos de política exterior.
Todas las elecciones parlamentarias entre 1990 y 2006 demostraron un claro equilibrio entre los dos grupos de partidos. La situación cambió dramáticamente tras 2006. Entonces quedó claro que el capitalismo húngaro estaba en una profunda crisis, por tres motivos: en primer lugar, la economía húngara depende plenamente del capital extranjero; segundo, el pueblo húngaro es pobre, ha acabado con sus reservas y ahorros; tercero, la corrupción se convirtió en un problema serio, paralizando el funcionamiento normal del Estado.
En 2010, las fuerzas capitalistas se dieron cuenta de que las fuerzas socialistas-liberales no podían garantizar la estabilidad interna del capitalismo ni evitar explosiones sociales. Por ello decidieron cambiar la coalición socialista-liberal y dejar el camino libre a la Fidesz.
La principal tarea de la conservadora Fidesz y su gobierno, encabezado por Viktor Orban, fue la de evitar cualquier tipo de desarrollo de los acontecimientos similar a lo ocurrido en Grecia. La Fidesz ganó las elecciones con consignas sociales (pleno empleo, seguridad social, etc.). La mayoría del pueblo estaba profundamente insatisfecho con el gobierno socialista-liberal. La Fidesz puedo manipular fácilmente al pueblo y conseguir una mayoría de dos tercios en el nuevo parlamento.
4. El gobierno conservador ha estado llevando a cabo cambios en diferentes sentidos:
Han fortalecido a su propia base clasista. La Fidesz ha puesto a su gente en todos los puestos de la vida política, los medios de comunicación y la cultura. Han declarado su intención de crear una nueva clase media.
Han dado satisfacción a las fuerzas nacionalistas de Hungría mediante la introducción de la doble ciudadanía para la gente de nacionalidad húngara que vive en el extranjero, introduciendo nuevos aniversarios vinculados al tratado de paz de Trianon, de 1920.
Han adoptado un giro claro hacia posiciones conservadoras y nacionalistas en la política, la cultura y la educación.
Han decidido evitar una explosión social por diferentes vías. En primer lugar, han introducido un nuevo Código del Trabajo que otorga muy amplios derechos a los propietarios capitalistas y convierte a los trabajadores prácticamente en esclavos. En segundo lugar, han dividido a las masas trabajadoras mediante la subida del salario mínimo y fuertes subidas de sueldo a los trabajadores ferroviarios. En tercer lugar, han logrado un acuerdo con las principales confederaciones sindicales, de modo que éstas han salvado sus privilegios y, a la vez, han abandonado la verdadera lucha de clases.
El nuevo gobierno ha lanzado una campaña anticomunista general. En 2010 se modificó el Código Penal. Han declarado que el comunismo y el fascismo son la misma cosa y que aquellos que rechazan o niegan los “crímenes del comunismo y el fascismo” pueden ser condenados a hasta tres años de prisión (hasta ahora no ha habido sentencias en este sentido).
En los últimos días de 2011, se aprobó una nueva ley que regula el proceso de transición hacia una nueva constitución. Entre otras cosas, ésta declara que el período del socialismo (1948-1990) fue ilegítimo y lleno de crímenes. Personalidades del período socialista pueden ser acusadas y condenadas. Sus pensiones pueden verse reducidas. La ley contiene una declaración general: el actual Partido Socialista Húngaro, como sucesor legal del partido gobernante en el período socialista, tiene responsabilidad por todo lo que ocurrió en ese período. Aún no están claras las consecuencias a las que esto puede llevar.
5. Las fuerzas socialistas-liberales han lanzado recientemente un fuerte contraataque contra el gobierno.
El Partido Socialista adoptó muchas consignas sociales y exigencias del Partido Comunista Obrero Húngaro. Comenzaron a utilizar el color rojo, que es el color tradicional de los comunistas.
Los socialistas y los liberales comenzaron a crear nuevas organizaciones y movimientos civiles. En octubre de 2011 se creó el movimiento Solidaridad, con una orientación claramente favorable al Partido Socialista.
Han introducido una nueva exigencia: ¡Fuera el gobierno Orban! Su programa es la creación de un nuevo gobierno socialista-liberal.
6. Los Estados Unidos de América han interferido abiertamente en los asuntos internos de Hungría. El embajador de EEUU en Budapest critica abiertamente al gobierno y apoya la posición de las fuerzas socialistas-liberales. La Secretaria de Estado Clinton hizo lo mismo en su carta del 23 de diciembre de 2011 que se publicó en la prensa liberal.
7. El Partido Comunista Obrero Húngaro considera:
El capitalismo húngaro está en crisis. La crisis general del capitalismo en Europa vuelve la situación húngara aún peor e impredecible.
La clase capitalista húngara entiende que si el sistema del euro o la propia UE colapsan, ello conducirá a explosiones sociales aún más dramáticas que las de Grecia. Entienden que el pueblo está insatisfecho y que una gran parte del mismo considera que el socialismo era mejor que el actual capitalismo.
Tanto los grupos conservadores como los socialistas-liberales de la clase capitalista quieren evitar cualquier explosión social. No se diferencian en cuanto a los objetivos principales, sino en los métodos que quieren utilizar.
Lo que está ocurriendo en Hungría es, por un lado, una lucha normal de la clase capitalista contra las masas trabajadoras. Por otro lado, es una lucha entre dos grupos de la clase capitalista. Principalmente es una lucha entre las potencias capitalistas principales, los EEUU y Alemania, por el dominio de Europa.
El Partido Comunista Obrero Húngaro no apoya a ninguno de los partidos burgueses. Declaramos que los problemas principales del pueblo trabajador son el desempleo, los bajos salarios, los altos precios, la explotación y el futuro incierto. Estos problemas son consecuencia del capitalismo. Los gobiernos capitalistas no pueden y no quieren resolverlos.
La única solución a los problemas del pueblo trabajador es la lucha consecuente contra el capitalismo y la lucha por la perspectiva socialista.
El Partido Comunista Obrero Húngaro no apoya las manifestaciones de las fuerzas socialistas y liberales. Su objetivo no es cambiar el capitalismo. Su objetivo es cambiar al gobierno conservador capitalista por un gobierno socialista-liberal capitalista.
El Partido Comunista Obrero Húngaro no apoya tampoco a la Fidesz. Su objetivo no es crear una sociedad socialista, sino reformar y fortalecer el capitalismo.
El Partido Comunista Obrero Húngaro considera que es su obligación explicar al pueblo que sólo hay una vía para solucionar sus problemas, que es la lucha contra el capitalismo.
Queremos estar presentes allí donde haya trabajadores. Queremos ayudarles en cosas pequeñas para que tengan confianza en las grandes cosas.
Desvelaremos todos los esfuerzos de las fuerzas revisionistas y oportunistas que quieren manipular al pueblo trabajador y ganarlo para la socialdemocracia.
No existe una situación revolucionaria en Hungría, pero las cosas pueden empeorar en Europa y en Hungría. Por ello preparamos al partido, a nuestros militantes y organizaciones para una lucha de clases más radical que puede tener lugar en cualquier momento.
Estamos convencidos de que esto concuerda con nuestra posición común adoptada en el 13 Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros.
Presidium del Partido Comunista Obrero Húngaro
(Traducción del PCPE)
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