Las bases de Europa parecen estar ancladas en una montaña rusa. Cada día que pasa nos encontramos en una de las subidas e inmediatamente después en una bajada trepidante según se haga una declaración u otra que a su vez llevan a Europa al estado de alarma o de confianza.
El último empujón lo dio ayer Francia y Alemania. El eje franco-alemán desató todas las alarmas cuando Nicolás Sarkozy afirmó que el futuro pasaría por una Europa de dos velocidades. Esto supondría que uno o más países abandonaran la zona euro. Esta medida formaría parte de una reevaluación del proyecto de moneda única que incluiría nuevas políticas económicas y fiscales más severas. Con ello intentarían recuperar un bloque monetario fuerte del que solo formarían parte países fuertes que evitarían una nueva crisis.
“¿Qué pasaría con los países que se quedaran fuera de este núcleo duro?, ¿Volverían a su moneda?”. La profesora de economía de ESIC, Alicia Coronil, hace frente a estas cuestiones en clave política. “Creo que esta medida responde a una estrategia política nacional, una vez más. No hay información suficiente para saber cómo lo van a hacer. Llevarlo a cabo es complejo. No está previsto en los estatutos y además necesitaría de la aprobación de todos los países de la zona euro”. De hecho el Gobierno alemán se dio prisa a media mañana en desmentir la noticia.
"Eso es totalmente falso", negó con rotundidad un portavoz del Ministerio alemán de Finanzas al ser consultado sobre las informaciones publicadas que hablaban de la intención de poner en marcha una Europa de dos velocidades. Mediante un comunicado, el ministerio ha recordado que el 26 de octubre los jefes de Estado y de Gobierno de la UE pidieron al presidente de la Comisión Europea y al presidente del Eurogrupo que elaborasen un informe con un plan para el fortalecimiento de la eurozona, incluyendo posibles modificaciones en los tratados. Ósea, que algo se trama. “Todos los rumores que vayan más allá son falsos", señala la nota.
Esta reacción responde a las mismas líneas que los expertos han explicado a Teinteresa.es. Alicia Coronil abogaba por una Europa unida por lo que no entendía esta decisión, “solo entiendo que correspondan a medidas políticas y no económicas. Tanto Francia como Alemania tienen que dar respuestas a sus electores en poco tiempo”.
Otra vez se pone en evidencia que los países piensan en sus intereses nacionales. Angela Merkel recibió esta semana una propuesta de un consejo de sabios economistas alemanes en la que se proponían ideas como colectivizar las deudas que están por encima del 60% del Producto Interior Bruto (PIB).
Ella no les hico caso escudándose en que llevarlas a cabo supondría modificaciones en la constitución alemana y a su vez en la constitución europea. En este caso, a su juicio, las modificaciones son muy complicadas pero no lo son tanto si Alemania sale beneficiada.
Maria Teresa Freire Rubio, profesora de ESIC, tampoco tiene claro que Europa pueda sobrevivir con un futuro de dos velocidades. Esta experta explica que llevar a acabo algo como esto no es viable si no se tienen todos los argumentos y una base sólida para hacerlo. Algo que al parecer en estos momentos son se produce. De hecho, “no han explicado en que se basarían para situar a un país u a otro en una velocidad o en otra”. Como ejemplo, basta decir que España estaría en la primera velocidad solo por el hecho de haber aplicado las medidas de ajuste y recorte pasando por alto que su situación económica es una de las peores de Europa.
Además, una Europa de dos velocidades incumpliría los principios básicos de la Unión Europea basados en la solidaridad, el trabajo común y la unidad. Llegados a este punto sólo queda pensar que estamos ante un globo sonda amenazante y bien medido, según la experta: “Ante la dificultad de establecer unos criterios objetivos o únicos, solo nos queda pensar que este anuncio ha respondido a una estrategia de marketing para que Italia y otros países se impliquen y cumplan”. Globos sonda o no, los políticos están dejando mucho que desear para solventar los problemas de la Unión: “Estamos dando diferentes palos de ciego, no estamos todos a una y esto no nos beneficia”, señala la experta.
Una muestra del desconcierto en el que vive la Comisión Europea es que nada menos que su presidente, José Manuel Durao Barroso fue el primero en alimentar los rumores de una Europa de dos velocidades al decir que “la Unión Europea es insostenible y no funcionará a largo plazo”. Además el presidente de la comisión apuntó que "la velocidad de la Unión Europea, y con mayor razón la de la zona euro, no puede ser la de sus miembros más lentos. Deben existir, y de hecho existen, garantías para aquellos que no quieren avanzar. Pero una cosa es no querer avanzar y otra lastrar por completo el progreso de los demás".
También reprochó a los países que no han adoptado todavía el euro la falta de compromiso necesario para avanzar juntos, advirtiendo: "Una unión dividida no funcionará" y que "Europa debe transformarse o entrará en declive". Lo dicho, mucho rumor, mucho revuelo y pocas certezas para una Europa en máxima alerta.
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