El planeta entra este martes en déficit ecológico, tras haber consumido el total de su presupuesto de recursos naturales para 2011 en menos de nueve meses, según datos de la Global Footprint Network, que elabora el think tank 'The New Economics Foundation', creadores de 'El día de la deuda ecológica'.Autor: NASA
Así, desde el 27 de septiembre hasta el 31 de diciembre de 2011 los recursos que se consuman para satisfacer la demanda ecológica se deberán a la explotación de los recursos por encima de lo que pueden producir y acumulando gases de efecto invernadero así como otros contaminantes más rápidamente de lo que la Tierra puede absorber.
"A partir de hoy la humanidad vive a crédito del planeta", ha señalado el jefe de economía ambiental de la News Economics Foundation, Aniol Esteban, que añade que esto conlleva problemas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la mayor escasez de recursos como agua, alimentos y materiales.
"Vivimos por encima de las posibilidades ecológicas del planeta, degradando los fundamentos que sustentan nuestra propia existencia sobre la Tierra", ha subrayado Esteban que ha advertido de que sin estabilidad ecológica, la estabilidad económica no será posible y que, mientras la crisis económica muestra los riesgos y consecuencias de gastar más de lo que uno tiene, las consecuencias de consumir más allá de los limites del planeta "pueden ser mayores".
A este respecto, el presidente de Global Footprint Network, el doctor Mathis Wackernagel compara el dato con gastarse el salario anual tres meses antes de que acabe el año y entonces, se pasa a depender de los ahorros cada vez más. "En poco tiempo te quedas sin ahorros", ha indicado.
La demanda crece a pesar de la crisis
Asimismo, los datos observan que la crisis no ha frenado la demanda de recursos naturales puesto que desde octubre de 2008, la demanda de recursos naturales por parte de la humanidad siguió creciendo, aunque de forma más lenta que en el periodo 2000-2008.
Entre las razones que han llevado a esta situación, el informe acusa a que el sistema económico "no cuenta la verdad ecológica y social de la actividad económica humana". En ese sentido, Esteban explica que la estabilidad de la economía, los niveles empleo, y bienestar de los ciudadanos dependen del buen funcionamiento del sistema natural, sin embargo, el mundo se guía por un compás económico que no refleja la verdad ecológica y social de la actividad humana.
"El compás económico que guía gobiernos, empresas y consumidores está estropeado. Nos presenta como beneficios lo que en realidad es una perdida de riqueza para toda la sociedad. Llevar un recurso natural al colapso como 'stocks' de pesca, acuíferos y bosques cuenta como positivo en el Producto Interior Bruto. Cambiar la forma en que medimos y describimos cosas en términos económicos es esencial para asegurar la buena gestión de nuestros recursos naturales y la provisión de bienes y servicios que nos proporcionan. El medio natural puede funcionar sin la economía pero no al revés", ha valorado.
En cuanto a los datos, el informe revela que el nivel de déficit ecológico se ha doblado desde 1961 y que al nivel de consumo actual, la biocapacidad de la Tierra únicamente cubre dos tercios de la demanda global. Por ello, a nivel mundial los humanos consumen los recursos equivalentes a entre 1,2 y 1,5 planetas y, de seguir al mismo ritmo, los humanos necesitarán dos planetas al año antes de 2050.
La Global Footprint Network estima que hay casi 1,8 hectáraes globales de biocapacidad per cápita, sin embargo, la huella ecológica global per cápita es de 2,7 hectáreas. Es decir, el planeta en su conjunto mantiene un déficit ecológico de 0,9 hectáreas globales pero cápita.
Asimismo, el informe revela la desigualdad de reparto del 'presupuesto natural' del planeta ya que los países ricos consumen la mayor parte del presupuesto ecológico anual y países como España o Reino Unido, entre otros, consumen su parte proporcional del presupuesto durante el primer tercio del año y hasta final de año tienen que depender de los recursos de otros países.
El documento precisa que si la población global viviera como un ciudadano de la India sólo sería necesario un planeta, mientras que si todo el mundo viviera como un ciudadano español, se necesitarían tres planetas al año, y hasta cinco planetas si la población mundial viviera como un ciudadano estadounidense.
3,8 hectáreas de déficit/per cápita en España
Concretamente, España consume 3,35 veces más que su biocapacidad, por lo que "si España tuviera que subsistir con sus propios recursos, al ritmo actual, los agotaría a fecha de 19 de abril". La biocapacidad del territorio español solo permite cubrir un 29,8 por ciento de su demanda de recursos.
En este contexto, cada español requiere 5,4 hectáreas globales para satisfacer su nivel de consumo actual, pero sólo tiene un presupuesto de 1,6 hectáreas per cápita, es decir, que su déficit ecológico es de 3,8 hectáreas por persona.
En todo caso, el informe de la NEF y de Global Foodprint Network plantea un conjunto de soluciones al considera que dentro de esta crisis económica y ecológica está la "oportunidad para sentar las bases de un nuevo modelo económico que opere dentro de los límites del planeta, que genere bienestar humano y que sea justo y equitativo".
De este modo, apuesta por una transición hacia un modelo económico que no dependa de este crecimiento pero que, al mismo tiempo, sea capaz de generar empleo y proveer de servicios sociales, pensiones etcétera.
Concretamente, considera que algunos aspectos clave para construir un nuevo modelo económico pasan por medir y valorar "aquello que importa a la gente"; "corregir los precios para que reflejen el coste real; desarrollar nuevos indicadores económicos y de progreso para complementar el PIB; crear un contexto que favorezca la actividad empresarial responsable; repartir el trabajo entre la población e invertir en actividades que crear valor positivo para la sociedad.
Finalmente, insiste en que la Tierra ofrece los recursos suficientes para proporcionar una buena vida a sus habitantes, pero esto requiere una transición hacia modelos que consuman de una manera menos intensa, porque el actual está basado en el crecimiento de consumo infinito en un planeta finito que si no crece, la economía se colapsa.
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