El satélite UARS de la NASA, que está sin control desde 2005, caerá sobre la Tierra en la tarde de este viernes, según los cálculos de los expertos, aunque aún no han podido precisar donde se precipitará.
Los científicos afirman que hasta 500 kilos de este satélite, del tamaño de un autobús y unas seis toneladas de peso, pueden sobrevivir a la reentrada en la atmósfera terrestre y alcanzar la superficie.
"Es muy improbable que el satélite caiga sobre España", asegura Miguel Ángel Molina, director de la Unidad de Ingeniería Espacial de GMV, en declaraciones a Europa Press.
Segun este experto, la NASA prevé que la sonda caiga sobre la zona de Papúa Nueva Guinea, en el Océano Índico, aunque existe una gran incertidumbre al respecto. De momento la NASA ha descartado que pueda caer sobre Norteamérica.
La hora exacta de la reentrada aún no puede ser calculada, aunque la NASA señala que se producirá durante la noche de este viernes, según la hora española.
El satélite puede caer en la zona de Papúa Nueva Guinea"En este caso juega a nuestro favor que la mayor parte del planeta sean océanos", explica a RTVE.es Javier Armentia, director del planetario de Pamplona.
Según la NASA, la probabilidad de que una persona resulte herida por un fragmento de este satélite es de una entre 3.200, algo que los expertos consideran "una posibilidad muy remota".
Un choque con basura espacialLa NASA no puede ponerse en contacto con el satélite o tomar su control, por lo que lo único que pueden hacer es seguir su órbita e informar de sus predicciones a través de internet.
El UARS fue lanzado en 1991 gracias al transbordador espacial Discovery, y durante casi 15 años realizó observaciones de las capas más altas de la atmósfera.
El satélite no puede moverse, no tiene suficiente maniobrabilidad"El satélite chocó con basura espacial y perdió el control", explica Jaime izquierdo, investigador del Departamento de Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid, en declaraciones a RTVE.es.
El satélite ha ido descendiendo en su trayectoria desde ese momento, y hasta llegar a este punto de reentrada. En las últimas semanas, la fuerte radiación solar ha provocado un aumento en la caída de la sonda.
"Desde entonces no hay datos del satélite. La única forma de seguir su órbita es a través de la detección visual y el radar", comenta Izquierdo.
"El problema es que este satélite no se puede mover, no tiene suficiente maniobrabilidad", comenta Armentia.
La órbita del satélite UARS puede seguirse a través de Heavens-Above, una web especializada en monitorizar las órbitas de los satélites artificiales que orbitan la Tierra.
La basura espacial, un problema preocupante.
La basura espacial se ha convertido en un problema que preocupa a los científicos. Según algunas estimaciones de expertos existen está alcanzando límites críticos.
"Por encima de 10 centímetros de diametro hay alrededor de 22.000 objetos, entre 1 y 10 centímetros puede haber 500.000, y más pequeños que un centímetro alrededor de un millón", explica Miquel Serra, del Instituto Astrofísico de Canaras y responsable del Proyecto de Basura Espacial en el Observatorio del Teide.
Cabe la posibilidad de que alguno de estos restos pueda colisionar con otro satélite y provocar una situación parecida a esta. "Son fenómenos raros, pero ocurren", comenta Armentia.
En 2009, por ejemplo, se produjo una colisión entre dos satélites, uno de ellos activo y el otro fuera de servicio, demostrando el peligro que entraña tener tal cantidad de basura orbitando la Tierra.
"Hay que tomar medidas cuanto antes para evitar problemas en el futuro", sentencia Serra.
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