La isla canaria de El Hierro se encuentra en situación de alerta por riesgo de erupción volcánica, lo que significa que el semáforo volcánico (verde, amarillo y rojo) que avisa a la población se encuentra en color amarillo, esto es, normalidad pero con atención a la información de las autoridades y la recomendación de tomar ciertas medidas de autoprotección. Desde el pasado martes, científicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), organismo responsable de vigilar y monitorizar la actividad volcánica, se están reuniendo en sesiones informativas con los habitantes de la isla para contarles de primera mano cómo evoluciona la situación, al tiempo que técnicos del centro de coordinación de emergencias del Cabildo herreño les instruyen sobre cómo deben actuar ante los temblores que se están produciendo, en caso de que aumenten en intensidad o si el semáforo pasara a color rojo, lo que significaría que la erupción es inminente e implicaría la evacuación de las zonas más cercanas al lugar de la erupción.
Las autoridades herreñas han tomado esta decisión después de que los temblores hayan empezado a ser sentidos por la población, aunque los seísmos empezaron a producirse el pasado 19 de julio, cuando los sismógrafos del IGN comenzaron a registrar una actividad inusual bajo El Hierro. Desde entonces se han producido más de 7.500 seísmos, aunque solo algunos de ellos han alcanzado los 3 grados de magnitud, el último de ellos la madrugada del pasado viernes.
Una situación anómala, según Carmen Romero, vulcanóloga y profesora titular de Geografía en la Universidad de La Laguna, pero que no necesariamente tiene que llevar a una erupción ahora. Una opinión que comparte Ramón Ortiz, vulcanólogo del CSIC y coordinador del comité científico que en estos momentos asesora al IGN sobre la actividad sísmica en El Hierro. Para Ortiz «en estos momentos hay una probabilidad del orden del 20% de que se produzca una erupción». Pero como matiza Jesús Ibáñez, director del Instituto Andaluz de Geofísica, «no hay un árbol de probabilidad para Canarias, de tal forma que cualquier cambio puede hacer que esta probabilidad valga hoy pero no dentro de dos días».
Sistema inestable
Todo depende de cómo se comporte el magma: si la presión aumenta llegará a la superficie y generará un proceso eruptivo. En estos momentos la mayoría de los seísmos bajo la isla se están produciendo a una profundidad de entre 8 y 18 kilómetros, aunque algunos han sido más cercanos a la superficie. «Lo que está claro es que el sistema está empezando a ser inestable, pero puede producirse una erupción o puede que esa erupción no llegue a término», explica Carmen Romero. Hasta el momento, además de los registros sísmicos, se ha podido constatar también un desplazamiento en horizontal de 2 centímetros del complejo insular y un abombamiento en la vertical, según los datos del IGN.
El problema es que todos estos datos de diferentes parámetros no hay con qué compararlos para poder así predecir ahora una posible erupción, pues en Canarias los sistemas de vigilancia no se instalaron hasta los años 80 y la última erupción en el archipiélago fue en 1971. Lo que sí se sabe por otros episodios volcánicos en las islas, tal y como recogen crónicas históricas estudiadas por la profesora Romero, es que por lo común todas las etapas previas a las erupciones pueden comenzar hasta diez años antes, siendo el año anterior a la erupción cuando los terremotos son de mayor intensidad y más frecuentes. Los datos del IGN apuntan a que hubo otra crisis sísmica importante en la zona en 2009 y una anterior en 2004. Por tanto, «en este momento no sabemos cuál es el escenario». Ibáñez apunta que en la erupción del volcán islandés que colapsó el tráfico aéreo de Europa vino precedida de ocho años de seísmos como los que se están produciendo ahora en El Hierro.
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