Se avecina una nueva 'tormenta perfecta' de deuda en septiembre

 Expansión.com
Si agosto está siendo turbulento, el mes que viene amenaza con convertirse en un vía crucis financiero para la Unión Europea y, sobre todo, para España.

Agosto no tiene visos de ser el mes calmado que esperaba la Unión Europea. Pero incluso si las tensiones que viven los mercados de deuda se relajan en los próximos días, septiembre promete convertirse en la “tormenta perfecta” de la crisis del euro, según los analistas. Y justo será el próximo día 1 cuando España volverá a los mercados de deuda, tras renunciar a la subasta del 18 de agosto. Hay varias razones para que toda la UE se decida a actuar cuanto antes, y con firmeza, porque el septiembre negro que se avecina da, sencillamente, miedo.

1. Grecia no ayudará. En primer lugar, la troika que conforman el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo se desplazará a Atenas para evaluar los progresos que está haciendo el Gobierno griego en la aplicación de su plan de austeridad. “Es muy probable que la troika tenga problemas para encontrar desarrollos positivos, por lo que se pondría en cuestión el próximo tramo de financiación de la Facilidad Financiera Europea (EFSF)”, argumenta la economista independiente Megan Green, que ha seguido desde 2007 a 2011 la crisis del euro para The Economist Intelligence Unit.

Las dudas sobre la liberación del sexto tramo de ayuda a Grecia debilitarían de nuevo a Pasok, el partido en el poder, que podría verse abocado a convocar unas nuevas elecciones anticipadas, según los observadores. Y el fantasma del impago heleno no ayudaría a que remitiese la presión sobre España.

2. El parlamento alemán, al rojo vivo. Los parlamentos de los países de la zona del euro volverán de vacaciones en septiembre, y deberán aprobar finalmente las modificaciones del EFSF y de las condiciones de rescate financiero que se pactaron el 21 de julio en Bruselas. Y tienen que aprobarlas todos. Son conocidas las reticencias en Finlandia, a lo que se suma que hay miembros de la coalición de gobierno de Alemania que han criticado duramente el acuerdo de la UE. Pero lo que esperan los analistas es que Alemania apruebe finalmente –no sin ruido– los cambios, ya que el principal partido de la oposición, el Partido Social Democrático (SPD, más favorable a los rescates), está a favor. Eso sí, el líder del SPD, Frank-Walter Steinmeier, exigirá que se adelanten las elecciones si el CDU de la canciller Angela Merkel y sus aliados liberales (FDP) no alcanzan la mayoría entre ellos. Esta batalla política enturbiaría el debate sobre la crisis sistémica del euro en el momento más delicado.

3. El desgobierno español. La actual situación de interinidad en el poder del Gobierno español no ayuda. Los Presupuestos Generales del Estado para 2012 serán una incógnita hasta enero. Los mercados demandan más austeridad y más reformas profundas, y está claro que en la campaña electoral no las va a haber. Ni en septiembre (mes en que se disuelven las Cortes), ya que perjudicarían al candidato del partido en el Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

4. Las cajas necesitan capital. Además, varias cajas de ahorros tienen que captar fondos en septiembre, algo que puede ser complicado, vistas las turbulencias que asuelan los mercados. “Esas dificultades reducirían la confianza en el sector bancario español, lo que elevaría las preocupaciones sobre el coste que tendrían para el Gobierno español los futuros rescates bancarios”, apunta Green. Las cajas que no contaban con el capital principal exigido por el Gobierno tienen que desarrollar una estrategia con un calendario de cumplimientos. Ello deberá estar articulado antes del 30 de septiembre de 2011, si bien este plazo puede prorrogarse en determinados supuestos hasta el primer trimestre de 2012.

5. Más presión sobre España e Italia. La rentabilidad exigida por los inversores a España e Italia es simplemente insostenible. “Algo se tendrá que hacer para reducirlos cuando llegue septiembre (si no antes)”, apunta Green. Pero Juan Iranzo, vicepresidente del Instituto de Estudios Económicos, replica: “Es complicadísimo que se frene esto antes de septiembre”. Si no se consigue, ambos países se verían al borde del abismo del rescate, algo que la UE y el FMI no puede permitirse. Ni España.

La nueva iniciativa del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para aumentar aún más el mecanismo de rescate (EFSF) fue acogida con incomprensión y cierta irritación en Alemania. “No vemos en qué medida puede ayudar a tranquilizar a los mercados el reabrir un debate tan sólo dos semanas después de la cumbre del Eurogrupo”, manifestaron fuentes del Gobierno alemán. Lo importante, es en opinión del Ejecutivo de Angela Merkel, “implementar lo antes posible las resoluciones del Consejo.

Todos debemos concentrarnos en esto y no cuestionar una y otra vez los acuerdos tomados en la cumbre del 21 de julio”. El Gobierno alemán sostiene que trabaja “a marchas forzadas” para poner en marcha las medidas aprobadas para mejorar el fondo de rescate permanente (EFSF) y el que le reemplazará en 2010 (EMS). Con los instrumentos que tendrán estos fondos, la eurozona podrá hacer frente a momentos agudos de crisis, señala Berlín. La carta de Barroso, en la que se sugiere que el EFSF requerirá un volumen todavía mayor de recursos y más flexibilidad, ha causado irritación, ya que Merkel fue en la cumbre del 21 de julio bastante más allá de lo que a sus correligionarios democristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP) de su Ejecutivo les gustaría.

Publicado desde Ubuntu 11.04 para Mac.

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