Zapatero caduca el 20-N

Punto y final a una agonía que desde el 2 de abril, fecha en que comenzó su despedida, mantenía a un Zapatero terminal, empecinado contra todo y contra todos en alargarla hasta marzo. Pero, una vez que perdió el poder en el partido al anunciar su retirada, se quedó completamente sólo ante el nuevo hombre fuerte del socialismo: Alfredo Pérez Rubalcaba.

La primera derrota fueron las primarias. Rubalcaba quería ser elegido por aclamación e impuso su criterio. Ahora, lo ha vuelto a conseguir. En la hoja de ruta del candidato socialista, desde que lo es, las elecciones siempre han estado fijadas en otoño, después de la Conferencia Política, el último fin de semana de septiembre, con la que pretende lanzar su candidatura. Y también se ha salido con la suya. Las elecciones serán el 20 de noviembre.

Así lo ha anunciado el último viernes de julio. El último día antes de las vacaciones de agosto. Zapatero ha insistido en que es una decisión "meditada" y "la tenía tomada de hace algún tiempo". Sin embargo, hace sólo dos semanas, el 18 de junio en San Petersburgo, reiteraba que su intención era agotar la Legislatura.

El todavía presidente ha tratado de desmentir que en el adelanto hayan influido cálculos electoralistas. Sobre todo después de la publicación del sondeo del CIS, especialmente favorable al candidato socialista. Zapatero dijo que con esta decisión pretendía generar "certidumbre y estabilidad" porque "es la fecha que nos permite terminar reformas que considero sustanciales para la recuperación económica y del déficit público".

Rubalcaba también se esforzó en negar que haya presionado para que las elecciones se adelantaran, aunque reconoció que "naturalmente Zapatero lo ha hablado conmigo". "Yo no le he pedido nunca que adelantara elecciones, que quede bien claro", sentenció el candidato que dijo que "se abre una nueva etapa política" en la que espera "ganar y gobernar".

Enfrente, Mariano Rajoy saludada en la sede del PP en la calle Génova un anuncio que su partido y él mismo vienen reclamando insistentemente en los últimos meses. Rajoy expresaba su satisfacción porque que "el adelanto electoral es lo que la mayoría de los españoles deseaba desde hace mucho tiempo".

El líder del PP no quiso en esta ocasión hacer balance de un año aciago para España y, pensando en el futuro, se dirigió directamente a los españoles para pedir "un mandato claro", o lo que es lo mismo una mayoría absoluta.

Rajoy se mostró convencido de que "con un gobierno distinto, España se va a recuperar", aunque se curó en salud ante lo que le espera, con un paquete de reformas duras e impopulares, al advertir a todos los españoles que el próximo Gobierno "tendrá una tarea muy difícil, porque España tiene muchos problemas". Si Rubalcaba tendrá su Conferencia Política a final de septiembre, la cita más importante para los populares será Convención Nacional los días 7, 8 y 9 de octubre en Málaga, en la que se presentarán su programa electoral, tal y como confirmó Rajoy.

Quedan por delante cinco meses de alta tensión política, hasta que, previsiblemente, en los últimos días de este año el nuevo Gobierno salido de las urnas tome posesión, con la peor herencia de la historia de la democracia. En lo político, en lo social y en lo económico.

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