A 188 millones de kilómetros de la Tierra, la sonda no tripulada Dawn (en inglés, amanecer) se dispone a orbitar, en la madrugada de este sábado, el asteroide Vesta, descubierto en 1807 en el cinturón de asteroides, una gran masa de pequeños cuerpos existente entre Júpiter y Marte. Por primera vez, la agencia espacial estadounidense, NASA, evitará el uso de propulsores para colocar la sonda en la órbita de Vesta, y dejará que sea la gravedad del asteroide la que la atraiga sutilmente hacia sí. Vesta tiene un diámetro de 530 kilómetros, 6'5 veces menor que el de la Luna.
La NASA preveía que el encuentro, que iba a iniciar la órbita de la sonda Dawn alrededor de Vesta, se produjera cerca de las dos de la madrugada del viernes al sábado, hora peninsular española, después del cierre de esta edición. Entre ambos cuerpos mediará entonces una distancia de 16.000 kilómetros.
La sonda se lanzó en septiembre de 2007. Durante estos cuatro años la NASA ha controlado la trayectoria de Dawn para colocarla en la órbita de rotación del asteroide, en su traslación alrededor del sol, que es de 1.325 días o 3,65 años.
Dawn será la primera sonda creada por el ser humano en entrar en contacto con uno de los cuerpos de mayor tamaño del cinturón de asteroides. Al gravitar alrededor de Vesta, podrá tomar imágenes detalladas de ese asteroide. Según muestran las instantáneas ofrecidas hasta la fecha por el telescopio espacial Hubble, la superficie de Vesta presenta numerosos cráteres, entre ellos uno cerca de su polo sur, cuya anchura supone el 80% de todo el diámetro del asteroide, ocasionado por un choque que los astrónomos ubican dentro de los pasados 1,000 millones de años. La NASA espera que Dawn ofrezca en el próximo año imágenes mucho más nítidas de ese cuerpo celeste, algo que podría ayudar a explicar la historia del sistema solar.
En su recorrido, la sonda Dawn se ha nutrido, principalmente, de energía solar, capturada por dos paneles de 16 metros de largo, y de tres propulsores iónicos, de carga eléctrica. Puede pasar de cero a 95 kilómetros por hora en cuatro días. La envergadura de la sonda es de 20 metros, la mayor de una nave interplanetaria en la historia.
Los astrónomos han calificado a Vesta de protoplaneta, dado que casi tiene las características de un planeta enano, por su rotación, traslación alrededor del Sol y forma. Después de un año en la órbita de Vesta, la NASA corregirá la trayectoria a un segundo destino: el planeta enano Ceres, a una distancia media de la Tierra de 267 millones de kilómetros. Llegará allí en 2015.
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