Levantada la acampada de la Puerta del Sol -apenas quedan unos irreductibles-, y después de las acciones violentas acaecidas en Barcelona, los 'indignados' buscan nuevas banderas que defender mientras se rearman para la marcha prevista para el próximo domingo en Madrid, autorizada ya por el el Ministerio del Interior de Alfredo Pérez Rubalcaba.
A la espera de que llegue el domingo, ayer un centenar de simpatizantes del 15-M se concentró en la puerta del número 30 de la calle Alfonso XIII de Parla para detener el desahucio de Luis, un vecino de 74 años de edad y con una minusvalía del 65 por ciento, al que se iba a desalojar por la mañana de su vivienda por no poder hacer frente al pago de la hipoteca. El desahucio se ha paralizado temporalmente.
Con gritos de 'No hay pan para tanto chorizo', 'Esto es esperanza y no la presidenta' o 'Luis, amigo, el pueblo está contigo', los manifestantes impidieron el acceso al inmueble de la secretaria judicial y del representante de la entidad bancaria ejecutora de la hipoteca sin que se hayan producido enfrentamientos o incidentes. Un episodio similar logró paralizar otro desahucio en Palma de Mallorca.
El miércoles, unas 300 personas también consiguieron paralizar otro desahucio en Madrid, en un acción en la que los 'indignados' increparon al coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, al que llegaron a zarandear y arrojar un jarro de agua fría al grito de "oportunista".
Pero el plato fuerte llegará este fin de semana en la macromanifestación de Madrid, con seis 'columnas' que parten de puntos tan alejados como Getafe, Leganés, Plaza de Castilla, Parque de Santa María, Vallecas y Templo de Debod y pretenden finalizar en el Congreso de los Diputados, pese a la falta de permiso.
Rubalcaba, que por fin ayer se pronunció, anuncia "firmeza" y un dispositivo policial de seguimiento y control "de máximos" que contará con la Policía Nacional, Policía Municipal y en menor medida Guardia Civil.
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