Diez razones para el cambio

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El adelanto de las elecciones generales es ineludible tras el estrepitoso fracaso del PSOE en la jornada del domingo. Las razones que avalan la necesidad de no agotar la legislatura son numerosas:

1. FALTA DE LIDERAZGO EN EL PSOE. Desde que el pasado 2 de marzo Zapatero anunció que no repetiría como candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, empezaron los codazos en el seno de un partido que, ahora más todavía, está noqueado. La guerra está abierta y sus efectos en el timón del Ejecutivo, junto a la situación de debilidad en la que ha quedado su secretario general, son evidentes.

2. LEGISLATURA ESTANCADA.
La fragilidad del Gobierno, incrementada exponencialmente tras el 22-M, tiene paralizada desde hace meses la actividad legislativa. En duda están también los apoyos de PNV y CiU, en otros momentos bien dispuestos, y con los que Zapatero emprenderá una ronda de contactos para garantizarse su respaldo de aquí hasta el final de la legislatura, en 2012.

3. DESGASTE DEL MENSAJE SOCIALISTA. La grave crisis económica y el aumento imparable del paro ponen de manifiesto que la política desarrollada por el Gobierno de Zapatero no es la adecuada para reflotar el país. Los ciudadanos ya no se creen los mensajes cargados de ficticio optimismo, los que insisten en poner fecha a una recuperación que, sin embargo, parece no llegar nunca. También ha fracasado el mensaje del miedo. El hartazgo ciudadano ha podido más que el «cuidado que viene la derecha».

4. CRISIS ECONÓMICA. Las dudas derivadas sobre si Grecia será capaz de emprender los drásticos ajustes impuestos para salir a flote y la posible extensión de la crisis de deuda a Italia, meterán más presión sobre los mercados periféricos, entre ellos España. Nuestro país está obligado a emprender las reformas estructurales pendientes, aquellas que tienen que ver sobre todo con el mercado de trabajo, y aplicar nuevos recortes en el gasto público que permitan reducir el déficit público hasta el 6% del PIB este año. La derrota electoral del PSOE deja más que debilitado al Gobierno y, lo que es peor, paralizadas las reformas que exigen los mercados. La economía no puede esperar.

5.DESCRÉDITO INSTITUCIONAL.
El abuso de las instituciones con fines políticos y el mercadeo que precede cada nombramiento —véase Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo, Consejo General del Poder Judicial...— hace necesario un saneamiento del sistema e imprescindible un cambio de Gobierno que, con el ímpetu propio del comienzo de una nueva legislatura, permita que entre aire fresco en unas negociaciones podridas de tan prolongado estancamiento.

6. PARO DESBOCADO.
El Gobierno aseguró tajante que no se llegaría a los cuatro millones de desempleados y España suma ya la cifra histórica de 4.910.200... y subiendo. Es el problema más grave que tiene España, el trago más amargo, el síntoma de que la crisis internacional ha encontrado en nuestro país el caldo de cultivo para enraizarse sin encontrar demasiada oposición. La crisis ha dejado sin trabajo a familias enteras, 1,4 millones, según la EPA, y se ha llevado ya por delante casi tres millones de puestos mientras las medidas para atajar este desequilibrio no acaban de llegar. Primero, fue una reforma del mercado de trabajo impuesta por decreto que está resultando ineficaz, que sólo ha puesto el acento en facilitar el despido y no la contratación. Después, meses de infructuosas negociaciones que no acaban de terminar en un acuerdo que reforme la negociación colectiva, básica para crear empleo.

7. ES VOLUNTAD CIUDADANA. Si los sondeos específicos sobre el adelanto de las generales evidenciaban, antes del 22-M, la división de la opinión al cincuenta por ciento, el «sondeo» real de las urnas reclama a gritos todo lo contrario. El voto ha hablado y pide un cambio ya. El Gobierno del PSOE, con Zapatero a la cabeza, rema contra corriente, y los aplastantes resultados del 22-M lo colocan en una situación de deslegitimación para el ejercicio del poder.

8. DESPRESTIGIO INTERNACIONAL.
Agotado el «zapaterismo», las previsiones de un cambio en el signo del Gobierno —e incluso las de la llegada de un nuevo líder para los socialistas— supone un revulsivo que permitirá aumentar la confianza internacional perdida.

9. LA CORRUPCIÓN.
Los ciudadanos perciben con más repugnancia aún la imagen que los escándalos de corrupción transmiten de los políticos. El cambio permitiría recuperar al menos en parte su confianza.

10. EL AGUJERO AUTONÓMICO.
El enorme gasto que supone la descentralización de la gestión ha dejado a la mayoría de las comunidades autónomas en una situación de grave deuda. Sería bueno abrir un debate sobre la necesidad de que el Estado recuperara alguna competencia.

España 2011-Acceso al resultado de las elecciones.

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