Según los datos del Banco de España, la riqueza neta de los españoles cayó ligeramente en 2010 un 0,8 por ciento hasta alcanzar los 815.000 millones de euros.
Esta evolución hay que ponerla en contexto. La riqueza cayó en la primera mitad del año y se ha recuperado en la segunda. Está en línea con la moderada caída en el valor de los bienes inmobiliarios, una tendencia que, como recogemos en estas crónicas, continuará al menos hasta mediada esta década. Por otro lado, también estamos más endeudados: un 1,10 por ciento más en 2010 que en 2009. Hemos adquirido unas obligaciones de 957.706 millones de euros, que son casi la totalidad del PIB español, el 95,77 por ciento. Sin embargo, en el último trimestre este aumento del endeudamiento se está moderando.
Esto refleja dos cosas: que estamos en crisis y ello afecta a nuestra riqueza, y que ese impacto ha sido todavía moderado. Para salvar nuestra riqueza en la crisis, tenemos que seguir un camino de restricción del consumo, ahorro y, en la medida de lo posible, trabajo. Nada de ello es fácil.
En la última subasta de deuda pública saltaron todas las alarmas, con los títulos a 18 meses pudiéndose colocar sólo al precio de pagar un interés un 38 por ciento más caro que la anterior emisión. Los rumores sobre la reestructuración, verbigracia impago, de Grecia, más el eventual retraso en el rescate de Portugal retrayó a los inversores. Este miércoles, el Tesoro ha vuelto a pagar un interés más alto, aunque para bonos a 10 y 13 años, y ello a pesar de que la demanda ha doblado la oferta. Es la segunda emisión consecutiva en la que el Estado se ve obligado a elevar la rentabilidad que ofrece por colocar su deuda, después de cinco emisiones con una gran demanda y con intereses a la baja. Bien es cierto que la subasta de este Miércoles Santo no ha sido tan terrible como la anterior, y eso ha sido bien recibido por la Bolsa, que ha aprovechado para subir más de un uno y medio por ciento y superar los 10.500. El diferencial del bono español sobre el alemán ha caído casi 10 puntos hasta los 214 y Portugal ha vuelto a vender su deuda sin mayores problemas, de modo que razones había para recuperar la confianza.
Han salido los datos de la balanza comercial y merecen un apunte. El déficit ha aumentado, lo ha hecho en un 1,3 por ciento en los dos primeros meses del año sobre el mismo período de 2010, y alcanza los 8.176 millones. Pero más importante que eso es que son datos que sugieren una recuperación, aunque los de comercio exterior son guarismos a veces demasiado volátiles como para extraer una tendencia. La razón es que crecen las exportaciones, lo que es bueno para la actividad y el empleo, pero también lo hacen las importaciones. Este último dato, que se suele dar como negativo, muestra en realidad que hay signos de dinamismo en la demanda interna. Más preocupante es que el gasto en importación de energía se ha disparado un 45 por ciento, por causa de las revueltas en el Magreb.
El Gobierno ha aprobado elevar la desgravación por rehabilitación de viviendas del 10 al 20 por ciento en el IRPF. Eleva el umbral máximo de vivienda de los 53.007 a los 71.000 euros y eleva la cantidad desgravable de los 4.000 a los 6.750 euros. Este cambio normativo incluye extender las desgravaciones a la segunda vivienda, siempre que ésta no se destine a un fin lucrativo. El objetivo de esta medida es darle una salida a un sector en crisis, y cuyas perspectivas son muy negativas al menos hasta mediada la década.
Comienzan para muchos las vacaciones de Semana Santa, y lo hacen con los combustibles en máximos históricos. La gasolina más barata, la de 95 octanos, está en 1,377 euros por litro. El gasóleo A, también el más barato, está en los 1,312 euros/litro de media.
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