— eldiadigital.es PERIÓDICO DIGITAL DE CASTILLA LA MANCHA
El disidente cubano, Mario Alberto Pérez y sus diez familiares durmieron ayer en el Centro de Refugiados después de pasar una noche en la calle al no estar dispuestos a aceptar las condiciones de alojamiento que se les ofrecían.
A las puertas del Centro de Refugiados que gestiona Accem en Sigüenza se apilaban un montón de maletas, un sillón, una silla y un viejo coche, cedido por un vecino, que sirvió de dormitorio a tres mujeres, mientras, otros ocho hombres durmieron a la intemperie. El ex-preso cubano Mario Alberto Pérez Aguilera, permanecía ayer a las puertas del centro seguntino junto con otros diez familiares (tres matrimonios y cuatro hombres solteros) después de pasar la noche durmiendo en la calle. Llegaron el miércoles a Sigüenza con el fin de ser acogidos en el centro que gestiona Accem, pero algo no salió bien en esta acogida, la primera salpicada por la polémica desde que el Centro de Refugiados abriera sus puertas en el año 1992. “Es la primera vez nos pasa”, puntualiza Ana Belén Sanz, responsable del centro.
Por su parte, el ex-preso cubano relata que “quedaron en que iban a recibirnos en la terminal pero nadie nos recibió. Tuvimos que andar casi medio kilómetro y cuando llegamos aquí nos metieron en una oficina donde Ana Belén Sanz nos trató muy mal”. El origen de la discordia se encontraba en los apartamentos donde iban a ser acogidos: “Nos dijeron que tenían tres pisos aquí porque somos una familia muy grande”, comenta. No obstante, a su llegada al centro seguntino, asegura, “nos dijo (María Ángeles Sanz): aquí hay dos pisos nada más, y si queréis bien y si no también”. Los apartamentos, afirma, tienen tres habitaciones cada uno, “pero uno de nosotros tiene que dormir en un sofá”. “No es que las habitaciones sean pequeñas, el problema es que nos engañaron”, reitera Mario Alberto quien asegura que “nos votaron de aquí (...)Le dije si podíamos quedarnos dentro para guarecernos y nos dijo que no, que fuera”.
“No supo hablar con nosotros”, dice Marta Bravo Pérez, familiar del ex-preso cubano. “Anoche (refiriéndose al miércoles) dormimos aquí mismo. Algunos amigos se solidarizaron con nosotros nos dejaron algo de comida y dormimos a la intemperie. No nos dejaron ni tener acceso al agua, ni entrar a hacer nuestras necesidades, ni nada de eso”, aclara.
“No somos de aquí y no tenemos a donde ir”. En la mañana de ayer se acercaron a denunciar la situación en la Guardia Civil, “pero nos dijeron que no podían ayudarnos”. Tampoco encontraron solución en el Obispado y afirman que la única vía posible estaría al amparo de otro tipo de asociaciones en Guadalajara.
Mario Alberto y sus familiares no tendrían que aguantar las frías temperaturas de la noche seguntina ni un día más. Ambas partes alcanzaban un acuerdo en la tarde de ayer. Según Pérez Aguilera, la organización se comprometía a añadir dos camas más a los apartamentos “para que ninguno tenga que dormir en el sofá”, con lo que entraban a formar parte del programa de acogida de Accem.
Mario Alberto Pérez Aguilera, de la Asociación de Presos Políticos Pedro Luis Boitel, llegó a Madrid el pasado 21 de marzo, junto a sus familiares, el mismo día en que fue excarcelado después de seis años en prisión. Pérez Aguilera es uno de los disidentes cubanos liberado en virtud de la mediación del Gobierno español y la Iglesia católica ante las autoridades cubanas. Desde entonces hasta el miércoles, estuvieron viviendo en un hostal del sur de la capital española, donde han llegado muchos de los disidentes cubanos expatriados hacia España desde julio del año pasado.
Cabe recordar que el pasado viernes el centro acogía a otros 21 refugiados cubanos que se están adaptando a su nueva situación.
‘No han sido expulsados del centro porque no llegó a iniciarse la acogida’
La responsable del Centro de Acogida de Refugiados de Accem en Sigüenza, Ana Belén Sanz, afirma que Mario Alberto Pérez Aguilera y sus familiares no han llegado a ser acogidos por el centro porque para ello “tienen que firmar el reglamento de aceptación de las normas y el contrato de aceptación de las mismas, lo que quiere decir que en ningún momento han sido expulsados, sino que ellos han rehusa la oferta de acogida”. Ana Belén Sanz incide en que el programa de acogida de Accem es “exclusivamente para las personas que aceptan ese programa” y por lo tanto “no tengo autorización para que puedan entrar a los espacios de alojamiento otras personas que no son beneficiarias de una plaza de acogida”. La oferta sigue en pie “y siguen estando en la disposición de poder aceptarla en cualquier momento que ellos decidan”, señala Sanz. En este sentido, indica, se está valorando la posibilidad que una persona de origen cubano, también disidente político, que ha estado refugiado en el centro, pueda mediar en este conflicto para llegar a una solución. Una medida, que al parecer ha dado sus frutos, porque la situación se solventaba en la tarde de ayer.
La responsable del centro explica que se trata de una acogida “que estaba preparada desde hace 15 días” y que el espacio que se había reservado para ellos consistía en dos apartamentos de seis y cinco plazas respectivamente ya que “tratamos de preservar la unidad familiar y no existen apartamentos de esa magnitud”. Ante el desacuerdo de José Alberto Pérez y sus familiares, Sanz asegura que “les expliqué que éste era el espacio destinado para ellos y que por otra parte, en estos momentos es inviable otro tipo de oferta de acogida en los apartamentos ya que todos los demás estaban ocupados”. Además, dice que en ese momento les ofertó “que si en el futuro existía una posibilidad, al quedar plazas libres, de poderles proporcionar unos espacios que estuvieran más acordes con sus expectativas, que se vería la posibilidad”.
Al mismo tiempo apunta que se les ofreció otro espacio del centro consistente en habitaciones dobles e individuales con baño incorporado y “que está en régimen de comedor y salas de televisión compartida”.
María Ángeles Sanz explica que como otras personas de origen cubano que han sido acogidas en el centro, esta familia viene de “una primera fase” en Madrid, donde se realizan “los trámites oportunos administrativos con respecto a su documentación, solicitudes de asilo, y una serie de trámites médicos. Se prepara el espacio donde van a ser alojados y se les explica la realidad de los recursos donde van a ir”, aclara. “Hemos realizado acogidas grandes y siempre intentando las mejores condiciones de acogida para las personas, incluso con condiciones que están por encima de lo que en muchas ocasiones, después, cuando salgan de este centro,van a poder tener o sus condiciones socioeconómicas les van a poder permitir”, afirma Sanz.
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