Una misión del FMI desembarca en España en plena crisis de las cajas

- ABC.es

Mañana lunes desembarca en España una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para realizar un informe sobre la situación del sistema financiero español. No es una visita extraordinaria. Se lleva realizando durante los últimos cinco años. Y esta misión ya ha visitado otros países europeos, como el Reino Unido. Pero coincide con un momento crítico para la economía española y para el sector de las cajas de ahorros.

Con el fantasma del rescate de la economía española en el aire y el debate sobre una segunda ola de recapitalización de las cajas encima de la mesa, los enviados del FMI analizarán la situación de las entidades financieras españolas después del proceso de integración que, en teoría, debería haberse concluido el pasado mes de diciembre.

Hay una práctica unanimidad entre Gobierno, oposición y analistas de dentro y fuera de nuestras fronteras en que las cajas de ahorros todavía no han reconocido todas sus pérdidas. Las dudas sobre lo que aún habrá debajo del cajón continúa generando desconfianza en el sistema financiero español y en la propia economía.
Así lo dejó entrever el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, esta semana en la presentación de su informe económico. «A pesar de la solidez de nuestras entidades subsisten dudas sobre su vulnerabilidad», aseguraba. E insistía en la premura de que mejoren su estructura de capital.

Ayer mismo, en una entrevista al diario británico «Financial Times», el presidente volvía a referirse a la recapitalización de estas entidades. «Estamos absolutamente convencidos de que la reestructuración del sistema financiero español puede realizarse a través del fortalecimiento del sistema con capital privado y quizás recurriendo de manera muy limitada al capital público», aseguraba.

No hay duda, por tanto, en que las cajas necesitan más capital para garantizar su solvencia. La pregunta es cuánto necesitan y cómo van a poder conseguirlo.
Algunas de estas preguntas deberían poder responderse en breve. A lo largo de este mes de enero, las entidades resultantes de la integración tendrán que publicar información pormenorizada sobre su grado de exposición en sus carteras de crédito y, en especial, al sector inmobiliario.

Además, ya en el contexto europeo, se realizarán nuevas pruebas de estrés al sector bancario, donde quedará patente la situación de las nuevas entidades.
Tanto el Gobierno como el Banco de España, y el propio sector financiero, tienen claro que alguna entidad no saldrá muy bien parada. La mayoría de las fuentes consultadas creen que en principio, y a corto plazo, entre 20.000 y 30.000 millones de euros serían suficientes para los problemas de solvencia de estas entidades.
Otros informes cifran las necesidades de las cajas en un periodo más largo en una horquilla de entre 30.000 y 80.000 millones, e incluso algunos informes hablan de más de 100.000 millones.

En este contexto, el Gobierno y el Banco de España buscan fórmulas para que las entidades que han recibido ayuda pública permitan entrar al capital privado e, incluso, se conviertan en bancos. Este parece que va a ser el final de las fusiones en frío de cajas, como los SIP, que es muy probable que se conviertan en bancos. Más preocupan al Ejecutivo otras integraciones que han optado por las fusiones tradicionales, como las cajas gallegas o las castellano-leonesas.

El Banco de España y el Ministerio de Economía, no obstante, no se ponen de acuerdo en cómo facilitar ese avance hacia la privatización de las cajas. Economía dice que no es necesario transformar la ley y que la actual regulación tiene los instrumentos necesarios para que las entidades se capitalicen. El Banco de España, por su parte, considera que la norma necesitaría nuevos ajustes. Otras fuentes del sector financiero consultadas por ABC, coinciden con Economía en que es el momento de que actúe el Banco de España y que tiene en sus manos los instrumentos para hacerlo.

Pero al margen de la legislación, hay quien asegura que el riesgo de rescate de España está precisamente en las cajas. Argumentan que el Gobierno podría acudir al ondo de escate europeo o a créditos del FMI para obtener el dinero necesario para recuperar la solvencia de las entidades de ahorro. Pero el sector se defiende: «El Gobierno quiere ahora culparnos a nosotros, y el problema es la falta de credibilidad de España», dicen.

Los datos del sector
20.000
A corto plazo, las cajas de ahorros podrían necesitar una inyección de entre 10.000 y 20.000 millones de euros para capitalizarse.

11.500
Hasta ahora el Fondo de Reestructuración Bancaria ha destinado unos 11.500 millones a apoyar la transformación del sector.

13.421
Es el número de empleos que ya se han destruido con el proceso de reestructuración y que los analistas consideran todavía insuficiente.

2.470
La integración de entidades ha supuesto ya el cierre de casi 2.500 oficinas. El supervisor pide más esfuerzos para hacer rentable el negocio.

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