El gobierno de España, dirigido por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no ha condenado la violenta e injustificada represión con la que el Reino de Marruecos ha callado las voces opositoras.
El gobierno español ha consolidado durante el mandato de Zapatero las amistades con dictaduras y gobiernos que ejercen una cruenta represión contra sus opositores, como la dictadura de Honduras y los gobiernos de Colombia, Israel o Marruecos entre otros como México, país donde se denunció un fraude electoral en 2006 para evitar la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, próximo a los gobiernos progresistas de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. España obviando las pruebas del fraude, apoyó decididamente al candidato de la derecha Felipe Calderón.
Después del ataque en el que más de 50 000 militares y policías marroquíes han masacrado a decenas de miles de saharauis, que se manifestaban y concentraban pacíficamente por las calles de El Aaiún, y en el Campamento de la Libertad en reclamo de su independencia y del diálogo como salida de paz al conflicto con Marruecos, la ministra de exteriores española, Trinidad Jiménez ha llamado a las dos partes a que se calmen, "queremos hacer un llamamiento a la contención, a la calma" expresó desde Bolivia. Sin embargo, sólo una de las partes ataca y la otra es masacrada.
Además, la ministra ha mostrado el apoyo de su gobierno al diálogo que se tiene previsto que la monarquía norteafricana y el Polisario tendrán en New York. Esta posición fomenta la impunidad de los crímenes cometidos por Marruecos en las pasadas horas, ya que si una de las partes agrede brutalmente a la otra, es porque las palabras han sido descartadas.
Por su parte, Cayo Lara, el líder de Izquierda Unida (IU) que ha acudido a la concentración frente a la embajada marroquí en Madrid ha expresado que "no hemos escuchado -al ejecutivo español- ninguna condena, es alucinante. Hay varios muertos, el campamento se ha destruido y se prevé que la represión pueda continuar si la comunidad internaional no para los pies a Marruecos".
Mientras tanto cientos de personas han salido hoy y saldrán mañana para mostrar su rechazo a la brutal represión marroquí frente a los saharauis, para señalar la responsabilidad cómplice del gobierno de España en esta situación y para respaldar las reivindicaciones de los saharauis.
El gobierno español ha consolidado durante el mandato de Zapatero las amistades con dictaduras y gobiernos que ejercen una cruenta represión contra sus opositores, como la dictadura de Honduras y los gobiernos de Colombia, Israel o Marruecos entre otros como México, país donde se denunció un fraude electoral en 2006 para evitar la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, próximo a los gobiernos progresistas de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. España obviando las pruebas del fraude, apoyó decididamente al candidato de la derecha Felipe Calderón.
Después del ataque en el que más de 50 000 militares y policías marroquíes han masacrado a decenas de miles de saharauis, que se manifestaban y concentraban pacíficamente por las calles de El Aaiún, y en el Campamento de la Libertad en reclamo de su independencia y del diálogo como salida de paz al conflicto con Marruecos, la ministra de exteriores española, Trinidad Jiménez ha llamado a las dos partes a que se calmen, "queremos hacer un llamamiento a la contención, a la calma" expresó desde Bolivia. Sin embargo, sólo una de las partes ataca y la otra es masacrada.
Además, la ministra ha mostrado el apoyo de su gobierno al diálogo que se tiene previsto que la monarquía norteafricana y el Polisario tendrán en New York. Esta posición fomenta la impunidad de los crímenes cometidos por Marruecos en las pasadas horas, ya que si una de las partes agrede brutalmente a la otra, es porque las palabras han sido descartadas.
Por su parte, Cayo Lara, el líder de Izquierda Unida (IU) que ha acudido a la concentración frente a la embajada marroquí en Madrid ha expresado que "no hemos escuchado -al ejecutivo español- ninguna condena, es alucinante. Hay varios muertos, el campamento se ha destruido y se prevé que la represión pueda continuar si la comunidad internaional no para los pies a Marruecos".
Mientras tanto cientos de personas han salido hoy y saldrán mañana para mostrar su rechazo a la brutal represión marroquí frente a los saharauis, para señalar la responsabilidad cómplice del gobierno de España en esta situación y para respaldar las reivindicaciones de los saharauis.
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