elmundo.es
El descontento popular en Francia crece por momentos. Estudiantes, trabajadores y ahora también los ilustres se han lanzado a la calle. No para protestar por la reforma de las pensiones, que estos días ha provocado el caos en el país, sino para denunciar un problema de alcance mucho más global: la inoperancia política ante la crisis financiera.
Nunca Francia hizo gala de manera tan exacerbada de su espíritu revolucionario. Al malestar general por la situación económica y por las medidas de recorte social aprobadas en los últimos meses se ha unido la impopular reforma de las pensiones, que tiene a los estudiantes en pie de guerra y al país al borde del colapso, con las refinerías y los puertos bloqueados por los huelguistas desde hace una semana.
Ahora también los investigadores y economistas, poco proclives a las manifestaciones, han decidido sumarse a la movilización, aunque de manera más moderada.
Hartos de decisiones estériles motivadas por un interés más político que económico, un grupo de profesores de universidad y expertos del mundo de los números ha decidido dar un puñetazo encima de la mesa para ver si se les escucha. Son los ilustres hastiados, la particular rebelión de "los economistas aterrados" (www.atterres.org).
Porque así es como se han bautizado tras decidir agruparse. Dicen estar aterrados "por la mala gestión de la crisis por parte de los gobiernos, porque los principios capitalistas que propiciaron la debacle siguen rigiendo las políticas económicas y por la sumisión a los mercados financieros".
1.500 firmas
Su malestar lo han plasmado en un documento que ya cuenta con más de 1.500 firmas y que ellos han llamado 'el manifiesto de los economistas aterrados'. Lo han suscrito investigadores y profesores universitarios pero también estudiantes, periodistas, abogados o artistas.
En concreto denuncian la ausencia de debate que hay en torno a las medidas aplicadas hasta la fecha para luchar contra la crisis. "Dos años después de la quiebra no ha habido reformas sustanciales del sistema financiero. Sin embargo, no paran de decirnos que hay que buscar soluciones basadas en la disminución del gasto publico. Estos planes no van a solucionar el problema sino que van a debilitar el estado del bienestar", señala uno de los cabecillas de la 'revuelta', el investigador francés Philippe Askenazy.
El movimiento se fraguó, cual reunión de masones, durante una charla entre cuatro reconocidos investigadores galos después de que, a raíz de la crisis griega, los gobiernos se pusieran a aprobar planes de recorte social.
En el manifiesto, estos 'revolucionarios' denuncian las 10 falsedades que siguen inspirando las decisiones en Europa y proponen 22 medidas para salir del atolladero.
Entre las falsedades enumeran que "Europa sigue con el chip neoliberal a pesar de sus fracasos, la sumisión a los mercados financieros y las medidas de recorte social puestas en marcha por los gobiernos para reducir el gasto público».
En cambio, proponen la prohibición a los bancos de especular a cuenta propia para evitar futuras burbujas y quiebras bursátiles, la limitación de la remuneración a los brokers y el incremento de los impuestos a las rentas altas.
Españoles 'aterrados'
El documento ha tenido un éxito inesperado. Ya ha sido traducido al inglés, portugués y español y se han adherido expertos economistas de todo el planeta.
Entre los firmantes hay varios profesores de universidades españolas, como Pablo Bustelo, (Universidad Complutense de Madrid) o el economista Manuel Colomer. Aunque no han sido los primeros. En Italia y en Alemania se han firmado documentos similares y en España 100 economistas suscribieron un manifiesto en 2009 para reclamar la reforma del mercado laboral y del sistema de pensiones.
"Es indispensable abrir un debate sobre la viabilidad de un sistema que permite que los ciudadanos sufran las consecuencias del neoliberalismo, dejando impune al sistema financiero deshonesto e ineficiente", explica el abogado español Juan Manuel Moreno, otro de los españoles firmantes del texto y a cargo de varias querellas contra instituciones bancarias.
Siguiendo su espíritu revolucionario, hace unas semanas este particular Ecofin galo celebró su primera cumbre en una Universidad de París. Se reunieron más de mil personas. Ahora quieren ser ellos los que cojan la sartén por el mango.
Al igual que los huelguistas y estudiantes que protagonizan las protestas estos días en Francia, ellos también están convencidos de que mil voces gritan más que una, aunque los gobiernos se empeñen en taparse los oídos.
0 Comentarios
DEJA UN COMENTARIO