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Los cursos y talleres de formación para parados, el «experimento» estrella de ese «laboratorio» contra el desempleo defendido este lunes en Oslo por el presidente del Gobierno, se llevan cada año la inmensa parte de la inversión destinada por el Gobierno a políticas activas de empleo, según aseguró ayer un portavoz del Ministerio de Trabajo a ABC. Desde que llegó a La Moncloa, Rodríguez Zapatero ha incrementado esta partida un 44%, hasta gastar en seis años más de 18.000 millones en fomentar y mejorar el empleo con su plan, sobre todo a través de los polémicos cursos que habrán costado cerca de 15.000 millones.
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Este gasto, sin embargo, no ha evitado la sangría del paro que azota a España como a pocos países. Más de cuatro millones y medio de personas, el 20% de la población activa, se encuentran sin empleo, según las últimas cifras del INE. Eso sí, para el antiguo Inem, dependiente de Trabajo, hay 271.313 parados que no lo son porque están realizando algunos de esos cursos —o cobrando subsidios como el PER en Andalucía y Extremadura— y quedan «maquillados» en su estadística bajo el difuso nombre de demandantes de empleo no ocupados.
Ésta es la tesis que defiende el presidente del Gobierno y así lo dijo en la capital noruega este mismo lunes: «Una persona que se está formando está trabajando para el país», resumió el lunes ante el Fondo Monetario Internacional, la Organización Internacional del Trabajo y sus colegas de Noruega, Liberia y Grecia.
Para poder «sacar» a estos «empleados por la nación» de esa negra estadística del paro, el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha invertido en los últimos seis años 18.384 millones de euros en programas de formación y empleo. Los Presupuestos Generales del Estado para 2004, año en que el PSOE ganó las elecciones generales, incluían 2.131 millones para políticas activas de empleo a repartir entre las comunidades autónomas, que son las encargadas de gestionar las oficinas del servicio público de empleo. En 2010 es ya de 3.072 millones.
Cursos a cuenta de Europa
De esa cantidad, este año se han destinado 1.577 millones a programas de fomento de empleo y programas de escuelas taller, casas de oficios y talleres de empleo; 1.098 millones a formación profesional para el empleo; 93 millones a la modernización de los servicios públicos de empleo, y 250 millones al capítulo general de políticas activas de empleo y formación. Cada año, la Conferencia Sectorial de Empleo y Asuntos Laborales, presidida por el ministro de Trabajo de turno, aprueba esa cuantía destinada a políticas activas, que incluyen programas de empleo y formación. Cada región es luego la encargada de gestionar ese montante para organizar y convocar los cursos.
Las administraciones locales también tienen parte de responsabilidad en la gestión de este tipo de planes formativos. A través del Fondo Social Europeo (FSE), los ayuntamientos reciben cada año una cantidad destinada a políticas activas de empleo que, en gran parte, incluyen financiación para cursos de formación. Entre 2000 y 2006, las ayudas europeas destinadas a esta materia fueron de 17.388 millones para el conjunto de municipios españoles. La actualización del FSE para el periodo 2007-2013 presupuestó una cantidad total de 11.426 millones. Según fuentes consultadas, los «alumnos» de esos cursos municipales también desaparecen de las listas oficiales del paro mientras dura esa formación, pues al mismo tiempo reciben una pequeña prestación económica.
A la polémica sobre la relación entre el coste y la eficacia real de estos cursos de formación en la lucha contra el paro, así como al debate surgido en torno a la «utilidad» que tendría de cara a rebajar la tasa oficial de paro se suman las sospechas vertidas sobre el modelo de gestión de esas «clases para desempleados», que en no pocas ocasiones recae sobre los sindicatos. Para los críticos, algunas administraciones ceden la planificación y desarrollo de los cursos de formación a las centrales sindicales, «comprando» así su respaldo, al convertirlos en los responsables últimos de gestionar esos fondos públicos.
«En 2 ó 3 años no se creará empleo»
El Círculo de Empresarios tiene claro que lo importante para la economía no es si crece al 0,1% o se contrae al -0,1%, sino cuando tendrá vigor para crear empleo y eso, según su presidente, Claudio Boada, no ocurrirá hasta dentro de dos o tres años.
En la presentación del documento «Una industria competitiva, clave para recuperar el crecimiento», Boada explicó que la internacionalización y competitividad son los grandes retos de la industria española cuyo peso en el PIB apenas alcanza el 15%, frente al 20% de Europa. Para superar la brecha, el Círculo aboga por profundizar en la reforma laboral, «que ha llegado tarde y se queda corta» y cree que la huelga es «inoportuna» y no resolverá nada.
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