elmundo.es
Europa quiere los inmigrantes a pesar de la crisis económica. No sólo los quiere, sino que además los necesita. Ésta es una de las ideas que más se han expresado durante la IV Conferencia Ministerial Europea sobre Integración que se ha clausurado el viernes en Zaragoza.
Durante dos días, los más altos representantes en materia de inmigración de los estados miembros han aparcado las cuestiones más áridas relacionadas con el control fronterizo, los visados y los centros de internamiento y han debatido sobre la cara más amable y quizá más importante del fenómeno migratorio: la integración. En la llamada Declaración de Zaragoza, que los Veintisiete han firmado con unanimidad, se recoge este nuevo espíritu europeo que ve en la inmigración una oportunidad que hay que aprovechar y no un lastre para salir de la crisis económica.
Lo ha resumido esta mañana, en rueda de prensa, la comisaria de Asuntos de Interior de la CE, Cecilia Malmström: "Para que las economías vuelvan a ser competitivas, es muy importante usar todos los recursos humanos que tenemos en nuestras sociedades. Vamos a necesitar gente, además, por razones demográficas, porque la población está disminuyendo. La UE puede hacer una regulación de cómo esto se puede hacer. Es importantísimo que haya inmigrantes".
Malström ha explicado que en los próximos meses va a proponer la redacción de la Directiva de Trabajo Estacional para regular los derechos y deberes de los inmigrantes que llegan a trabajar a los estados miembros en ámbitos como la agricultura o el turismo. "Muchos son víctimas de tráfico, vienen a trabajar en condiciones horribles y muy a menudo entran en conflicto con la gente local", ha señalado.
Por esta norma comunitaria se crearán contratos con un máximo de seis meses de duración. Los inmigrantes no podrán firmar más de uno de estos contratos al año. Fuentes del Ministerio español de Trabajo e Inmigración han indicado que esta Directiva es muy similar a lo que ya se está haciendo en España, por lo que "casi con seguridad" no habrá que trasponerla a nuestras leyes".
Tratado de Lisboa
"En un contexto como el actual de crisis económica, no debemos limitar nuestras acciones de integración; por el contrario, es más necesario que nunca que se desarrollen políticas de integración a medio y largo plazo", ha apuntado el ministro de Trabajo e Inmigración español, Celestino Corbacho, que ha presidido la denominada Cumbre de Zaragoza, en el marco de la Presidencia Española de la UE.
"No podemos salir de la crisis culpando o ignorando a los inmigrantes", ha añadido la secretaria de Estado española de Inmigración, Anna Terrón.
Desde la aprobación, el pasado mes de noviembre, del Tratado de Lisboa, la UE tiene por primera vez competencias en integración, y por eso las decisiones que se han tomado en la Cumbre de Zaragoza tienen una especial relevancia. Según el presidente de la Comisión de Libertades Civiles, de Justicia y de Asuntos de Interior del Parlamento Europeo, Juan Fernando López Aguilar, esta conferencia ministerial "es de gran relieve para definir mejor un marco común de integración".
Lucha contra el racismo
En uno de los 15 puntos de la Declaración de Zaragoza se insta a "reconocer los aspectos positivos de la inmigración, especialmente en el contexto de la mala coyuntura económica y financiera que atraviesa Europa, y seguir promoviendo fórmulas que ayuden a luchar contra el racismo y la xenofobia y todas las formas de discriminación en nuestras sociedades".
Los Veintisiete están preocupados por cómo la crisis puede propiciar brotes xenófobos. Por eso creen que hay que seguir con las políticas públicas destinadas a la integración y no recortar los fondos. De la Declaración también ha salido que se incida en la educación de las 'segundas generaciones' de inmigrantes y en el acceso al empleo.
0 Comentarios
DEJA UN COMENTARIO