Los datos no dejan lugar a dudas y ponen de manifiesto la severidad de la crisis. Desde el estallido del sistema financiero y el posterior desplome de la Bolsa, la riqueza de las familias se ha venido abajo. Hasta el punto de que los hogares han perdido un 20% de su patrimonio financiero en apenas dos años. O dicho en términos más precisos, la riqueza financiera de las familias ha descendido en 226.198 millones de euros entre 2007 y 2009.
Se trata, con diferencia, del periodo más aciago para el patrimonio de los hogares, y si se incluye la vivienda el recorte sería todavía mayor. Según datos del Banco de España, la riqueza inmobiliaria de los españoles representaba en el cuatro trimestre del año pasado un 552% del PIB, 24 puntos porcentuales menos que al comienzo de la crisis. Es decir, que el descenso de los pisos ha mermado en cerca de 240.000 millones de euros el patrimonio inmobiliario de los hogares. La cifra continúa siendo, en cualquier caso, muy elevada e indica lo escasamente que ha bajado la vivienda pese a la severidad de la recesión.
La caída de la riqueza financiera, por el contrario, ha sido mucho mayor. En particular, el valor de las inversiones empresariales, que literalmente se ha desplomado. Si en 2007 el valor de las acciones y participaciones de los hogares en empresas (cotizadas o no) ascendía a 831.389 millones de euros, dos años más tarde había caído hasta los 556.741 millones. Es decir, un quebranto superior a los 274.600 millones de euros.
Las pérdidas han sido tan cuantiosas que ni siquiera el repunte observado en 2009 -por la recuperación de la Bolsa- ha sido suficiente. El crecimiento de esta partida durante el año pasado fue de 27.300 millones de euros, lo que significa que las familias han recuperado apenas un 10% de sus inversiones empresariales.
Los datos de las cuentas financieras aportan, igualmente, una información que explica en qué medida ha cambiado la estructura del ahorro en España a consecuencia de la crisis económica. A mayor incertidumbre, mayor aversión al riesgo, y eso explica que el efectivo en manos del público -junto a los depósitos- se haya disparado. Esto quiere decir que ha habido mayor preferencia por la liquidez, lo que justifica un aumento de 160.367 millones en esta partida.
En total, y según el Banco de España, el valor de los activos en manos de los hogares se situaba al acabar el año pasado en 1,75 billones de euros. O lo que es lo mismo, 157.000 millones menos que hace dos años. Las familias, sin embargo, también son deudoras, por lo que su patrimonio neto es muy inferior. En concreto, adeudan 950.000 millones de euros en números redondos. Esto significa que su riqueza en términos netos (sin deudas) asciende a 802.100 millones de euros, un 20% menos que en 2007.
Los datos del Banco de España reflejan de manera nítida las dificultades que tienen los hogares para reducir su endeudamiento (el 95% del PIB y cerca del 130% de su renta disponible). Y por eso sus pasivos no sólo no han bajado como sería coherente en un contexto económico tan adverso, sino que ha seguido subiendo. Las familias deben hoy 28.000 millones de euros más que hace dos años.
0 Comentarios
DEJA UN COMENTARIO